domingo, 16 de junio de 2013

Ciudad Global e Identidades Locales

Durante muchos siglos, el desarrollo tecnológico e industrial de las principales potencias capitalistas de occidente (Estados Unidos y Europa Occidental), han contribuido a un acelerado proceso de globalización mundial con consecuencias positivas y negativas para el planeta. Teniendo estas gran influencia a lo largo de la historia en la formación, crecimiento y destrucción de muchos pueblos y naciones alrededor del mundo, sobre todo en los países que ahora son llamados emergentes, cuya riqueza social y cultural no son tan solidas como para trascender de manera masiva los espacios territoriales locales y más bien terminan siendo influenciados por las costumbres de los países altamente industrializados, generando  grandes problemas, conflictos y perdidas de identidad cultural. Un ejemplo de esto es se da en el dominio occidental en los patrones de vida de algunas tribus de la selva peruana que ven afectados su hábitat natural y estilos de vida tradicionales o la desaparición de ciertas lenguas nativas locales alrededor del mundo.

 Ciudad Global. Nueva York. Southern land Company 
En el caso de la arquitectura y el urbanismo, la trascendencia de la cultura occidental ha sido bastante marcada en la construcción de la ciudad en los países en vías de desarrollo desde el siglo XVI. Como mencione anteriormente en el artículo que escribí sobre los Conflictos en el Urbanismo Peruano (Composición Urbana, Noviembre 2012), la introducción de estas nuevas formas traídas de Europa e impuestas en una realidad geográfica, social y cultural completamente diferente, trajo consecuencias negativas no solo en la construcción segregada y conflictiva de nuestra sociedad urbana, si no que generó una organización fragmentaria y desordenada del territorio, así como el surgimiento de una falta de identidad por parte de muchos habitantes o grupos económicos que ignoran el cómo hacer ciudad en armonía y concordancia con el contexto geográfico y el patrimonio cultural, un ejemplo de esto es la destrucción de muchas edificaciones de origen prehispánico y colonial en el proceso de expansión urbana de las urbes peruanas. Curiosamente, en la búsqueda de llenar el vacío de identidad perdida, tanto las elites urbanas como los ciudadanos en general, han aspirado a tener o imitar modelos urbanos de los espacios de poder económico mundial. De esta forma, las ciudades latinoamericanas, africanas o del sudeste asiático, se constituían como pequeñas copias de Londres, Paris, Nueva York o Los Ángeles en su proceso de evolución urbana, generándose un desarrollo eclético, fragmentario y mestizo en constante construcción de una identidad; ecléctico por la inmensa cantidad de estilos y tendencias urbanas que son importados de fuera para la formación del organismo urbano; fragmentado porque muchas de estas tendencias, plasmadas en proyectos urbano arquitectónicos, no llegan a completarse y en algunos casos, terminan siendo espacios obsoletos y desintegrados al contexto urbano; y finalmente mestizo, porque a la larga, la combinación de estilos y tendencias termina formando un mestizaje urbano que determina la o las identidades del lugar. Este proceso se da en paralelo al los cambios de posición de los centros de poder económico y político del planeta y su influencia sobre las periferias del tercer mundo, con la consolidación de una economía cada vez mas capitalista y globalizada, la misma que se ve plasmada en la arquitectura y el urbanismo, desarrollándose una imagen de ciudad global y occidental.

Paris en Sudamerica. Buenos Aires. Turismo org
Durante siglos, cada generación urbana tuvo un imaginario urbano ideal para su ciudad según las tendencias y modas del momento. Si hace 150 años, el Paris de Hausmman era el paradigma para que nuestras ciudades sean un ejemplo de orden, belleza, cultura y éxito económico y social; en el mundo de hoy, las ciudades del primer mundo, con sus rascacielos corporativos, sus espacios de poder, sus grandes eventos deportivos y culturales y sus complejas redes de comunicaciones, son tal vez los modelos a seguir de muchas sociedades que viven en las metrópolis de los países emergentes; las ciudades compiten de manera desesperada por tener una marca, un símbolo, ser sedes de una cumbre u olimpiada. La idea de los CBD, conocidos como los complejos empresariales de grandes rascacielos que simbolizan el éxito del poder capitalista, es uno de los elementos más importantes de la ciudad global, el tener el edificio más alto o más bonito como símbolo o marca de una ciudad es algo que muchos grupos empresariales y de gestión urbana explotan para promocionar y mejorar su imagen. Si bien algunas ciudades en el mundo han logrado crear una identidad a partir de la edificación de esta imagen (como las torres de comunicaciones y los rascacielos tipo pagoda de Shanghái, las desaparecidas torres gemelas de Nueva York o el Burj Al Arab hotel de Dubai), muchos proyectos urbanos y arquitecturas terminan desarrollándose de manera repetitiva, sin un sentido del lugar, como parte de la creación divina de un arquitecto famoso o son simples copias de rascacielos neoyorkinos insertadas en otros contextos urbanos.

Pudong. Shanghai. Edsa 
Dubai. Mi Brujula
 
Por otro lado, la relación entre ciudad global, patrimonio urbano arquitectónico y medio ambiente, no ha estado alejada de conflictos y desavenencias. En la construcción de las metrópolis contemporáneas, muchos espacios urbanos arquitectónicos de valor histórico han sido destruidos, como los casos de muchas ciudades en Estados Unidos y América Latina en los años 40 y 50 o el caso del centro de Beijing en China durante los años 90, con la destrucción de los Hutong o quintas del siglo XIV o XV para construir bloques de vivienda y torres de oficinas. Estos procesos negativos generan la perdida de las identidades locales y la producción de espacios residuales o intersticios urbanos sin valores ni elementos simbólicos donde la memoria del lugar se ha perdido radicalmente, como los llamados no lugares o espacio de paso en los intercambios viales, estacionamientos públicos o corredores de integración nodal. Sin embargo, muchas ciudades han apostado por ir más allá de mostrar un modelo banal y superficial de éxito y poder, generado un desarrollo mucho mas integral y holístico, al tener como objetivo la búsqueda del bienestar general para todos sus habitantes, resultando ser urbes exitosas y proyectadas al mundo, como los casos conocidos de Barcelona o Medellín en Colombia, en que los proyectos de regeneración urbana tuvieron un impacto positivo en la articulación de los diferentes piezas urbanas, la disminución de la inseguridad ciudadana, el fortalecimiento de los sistemas ambientales y las identidades locales.

Centro de los Angeles hacia 1930. Skyscraperpage
Demolición del Centro de los Angeles
para la construccion de la CBD. 1972.
Skyscraperpage
En mi opinión, la idea de ciudad global  no es solamente la construcción de una mera imagen corporativa y formalista ligada o influenciada por un determinado poder político u económico, es también trasmitir al mundo un clima de éxito con bienestar social y seguridad ciudadana, con una solida identidad histórica y cultural, que respeta el medio ambiente y el patrimonio; lineamientos producidos por una buena gestión urbana en la que están implicados tanto los gobiernos locales, la empresa privada y las juntas de vecinos.

La Rambla de Barcelona. Foto Enrique Cortes