lunes, 28 de marzo de 2016

Elementos para la Construcción de la Identidad Urbana


Las ciudades, al igual que los seres vivos, tienen una personalidad propia que las distinguen y las caracteriza; esa personalidad o identidad(es), se va formando a través del tiempo en el proceso de evolución urbana, la misma que se transmite mediante las imágenes que la gente percibe y capta, haciendo que cada persona tenga su propia visión de ciudad o que un grupo de personas construya su propio imaginario, constituyéndose así la memoria colectiva de un determinado lugar.

De esta forma, nos hacemos las siguientes preguntas ¿Qué hace distinto Paris de Roma en cuanto a su conformación como ciudades?, ¿En qué se diferencia Londres de Nueva York o Tokio? o ¿Qué elementos tienen Sao Paolo que no tiene Lima o Ciudad de México? .Si lo llevamos a una escala más pequeña, ¿Por qué Barranco se diferencia de Miraflores o Pueblo Libre, distinguiéndose la primera como el centro de la bohemia y la vida artística de Lima?. Para responder estas preguntas, es fundamental tener en claro el sentido, el significado y las características que tiene cada territorio o espacio urbano, esto se ve reflejado en el Genius Loci o el espíritu del lugar, concepto que tiene su origen en la mitología romana, y en la cual, determinaba que toda región, poblado o ciudad tiene un espíritu protector.

Londres. El Big Ben. Londres.es
Nueva York. Nuevayork.net

La Idea de Genius Loci como una forma de entender el lugar y percibir la identidad de la misma fue desarrollada por los arquitectos Aldo Rossi y Christian Norberg – Shultz (1). El primero de ellos, Aldo Rossi, en su libro “Arquitectura de la Ciudad”. Se refiere al locus como aquello que simplemente no es un espacio natural, sino que es un espacio que pertenece a la cultura, que la interpretación que puede tener de él está dada por la historia que ha sufrido y la ha transformado. El lugar no es simplemente un espacio compuesto por elementos externos al ser humano, sino que está hecho de la manera como el humano lo ha vivido y vive, como lo ha mirado y mira, como se integra, pertenece y es redefinido por él. En esta concepción el entendimiento de región se convierte en una construcción móvil, con límites temporales, abierta, que se recrea y recompone permanentemente. (2)

Genius Loci. Misfits Architecture

Igualmente, Norberg – Shultz en su libro “Genius Loci, Toward a Phenomenology of Architecture”, propone una mirada fenomenológica al lugar que toma como guía el pensamiento de Heidegger, y lo presenta como aquello donde el ser humano mora a través de su existencia, poniendo de presente sus horizontes de vida. De esta manera, el lugar cobra la dimensión poética que le corresponde. (3)

De esta forma, el ser humano no está ajeno a los procesos de construcción de la identidad y el sentido del lugar, sino que participa en las mismas, produciéndose una simbiosis bastante interesante. Por un lado, el hombre transforma y moldea un lugar según sus necesidades y cosmovisión, generándose a su vez un sentido de identificación y permanencia, contribuyendo de esta manera a la edificación de la identidad de lugar. Por otro lado, el hombre es influenciado por el medio natural y artificial (rural y urbano) proceso en que la percepción definida en la teoría de la Gestalt desarrolla un rol importante, mediante el fortalecimiento del sentido de orientación y la noción del saber dónde estás. Además, las vivencias, anécdotas y percepciones que cada ser humano ha tenido en un lugar o varios lugares no solamente intervienen en la construcción de sus imaginarios urbanos, si no que estos en su conjunto forman uno de los elementos que determinan la personalidad y la identidad de cada persona.

Para que un lugar, en este caso una ciudad cualquiera, tenga una identidad propia tiene que pasar por un proceso de construcción que empieza con las características del territorio en la que esta asienta. La geografía, es talvez el elemento básico en el desarrollo de la personalidad de una ciudad, esta influye en su configuración urbana y el desarrollo social y cultural de la misma; por ejemplo una ciudad como Cádiz en España, no tiene las mismas características que Tuttlingen en Alemania. La primera es una ciudad donde el mar juega un rol muy importante en su actividad económica, social y cultural; además su imagen urbana, muy propio de las ciudades de la costa mediterránea, denota que es una ciudad donde hace sol y calor casi todo el año, esto se ve reflejado en una arquitectura muy compacta y en el color blanco de sus edificaciones, que generan sombras y frescura; mientras que en las segunda, la carencia de mar y su ubicación en zonas montañosas y de bosques, determinan una personalidad distinta; su clima seco y frio, donde cae nieve en invierno y llueve casi todo el año, genera una imagen urbana en la que los techos a dos aguas bastantes pronunciadas y la arquitectura de madera y piedra es lo que la define.

Cadiz. Foto Enrique Cortes
Tuttlingen. Foto Enrique Cortes

Otro caso curioso es el de Roma, la ciudad se forma sobre un sistema de siete colinas en la rivera este del rio Tíber, su crecimiento irregular fue una adaptación al territorio, en la que se aprovechó las cimas de los principales cerros (los más cercanos al rio y al puerto que se formó en sus orillas), el Palatino y el Capitolio, para poder fundar la ciudad en la primera (4) y construir el principal centro ceremonial y religioso en la segunda. (5) Además, algunas de estas colinas definieron muchos de los barrios que desde la antigua roma hasta la actualidad forman parte de la organización y la identidad urbana de la ciudad (como el Aventino, Celio, Esquilino y Campitelli), las mismas que están también en la memoria colectiva de sus habitantes.

Maqueta de Roma en la época de Constantino.
Museo de la Civilización Romana.
Foto Notafly para Wikipedia
Plano de Roma en la época de Constantino.
Se puede ver el emplazamiento de la ciudad sobre las siete colinas.
Mapsof.net
                        
Un caso peruano bastante interesante es el de Arequipa, la ciudad se asienta sobre un extenso valle ubicado en una de las zonas más desérticas del Perú, el valle se configura alrededor del rio Chili y un sistema de torrenteras que llegan en forma diagonal y que nacen en las estribaciones del sistema volcánico ubicado al norte y noreste (conformado por los volcanes Misti, Chachani y Pichu Pichu). La parte cercana al cauce del rio es un poco accidentada, por lo que Arequipa, cuya traza fundacional era bastante regular, se tuvo que adecuándose a las torrenteras y a los antiguos caminos prehispánicos que existían antes de la fundación, configurándose una ciudad bastante heterogénea y fragmentada cuyo impacto en el valle ha sido bastante negativo para esta última. (6) Curiosamente, los tres volcanes antes mencionados han marcado de alguna forma la personalidad de la ciudad, no solamente por la imagen imponente que estas trasmiten como fondo escénico en contraste con el perfil urbano de la metrópoli, sino porque desde las canteras ubicadas en sus faldas, ha salido la piedra blanca de origen volcánico, conocido como “sillar”, que sirvió para construir gran parte de la antigua ciudad y por la cual merece el título de “ciudad blanca”.

Vista panoramica de Arequipa de los archivos de National Geografic.
 Foto Bates Littlehales

Un segundo punto a considerar es el modelo o forma de ciudad que se funda o aparece en el territorio y que puede adaptarse o no el. Generalmente, las formas irregulares se adaptan bien a territorios planos horizontales o a algunas pendientes, cerros o colinas (tenemos el caso del cerro San Cosme o el Cerro San Cristóbal en Lima), mientras que las formas regulares o en damero, se configuran mejor en territorios planos y horizontales. De esta forma, el origen de la ciudad y adaptación al territorio es muy importante, si está cerca de un rio, al mar o sobre una colina, si en su fundación se tuvo una planificación regular o de otra forma, o simplemente surgió de manera espontánea, como mucha de las ciudades medievales europeas, marcará de alguna forma su identidad para el resto de su existencia. Por otro lado, la ubicación de los principales edificios y plazas al momento de planificar la ciudad y la definición de sus jerarquías y roles en el espacio urbano, determinaran nuevos puntos de orientación en sus habitantes, contribuyendo a la construcción de los distintos imaginarios urbanos.

Formas irregulares en el cerro San Cosme. ForosPerú 
Ensanche de Barcelona 
con la iglesia de la Sagrada Familia en primer plano. 
Ilivebarcelona

La cosmovisión de una determinada cultura también van a influir mucho en la organización y la identidad de una ciudad, la misma que se desarrollará a partir de la analogía con la configuración y jerarquía del universo, la relación entre el cielo y la tierra, entre el mundo de los vivos y el de los muertos. En la cultura china por ejemplo, la capital de un país representa el punto de transición ontológica entre el mundo divino y profano. (7) La capital perfecta está en el centro del universo donde se encuentran las zonas cósmicas del cielo y de la tierra. La orientación respeta los principales puntos cardinales, así como su forma geométrica regular. La centralidad del lugar representa el punto donde está la universal columna que une la tierra al cielo y que mira la estrella polar. En el corazón de la composición está el emperador, asociado a la estrella polar gran mediador entre la tierra y el cielo. (8) La centralidad – Estrella Polar – Emperador seria el palacio imperial, y alrededor de ella, de forma regular y casi radial se van formando los diferentes barrios y calles de la ciudad, un ejemplo de esto lo vemos en ciudades como Beijing en China o Kioto, en Japón.

Plano de Beijing en 1925. Wikipedia
Plano de la trama urbana de Kioto.
En la parte superior y en amarillo el palacio imperial.
Wikipedia

Finalmente, un tercer elemento importante es la historia de la evolución urbana, los acontecimientos históricos, los factores externos que la afectaron (desastres naturales, invasiones, guerras, etc), las transformaciones que ella sufrió a partir de estas situaciones (la reconstrucción de muchas ciudades europeas tras la segunda guerra mundial como Rotterdam y Berlín), y las influencias externas que tuvieron sus habitantes de distintos modelos urbanos que sirvieron para ir moldeando la personalidad urbana (la influencia del Paris de Haussmann en Buenos Aires, Lima o Santiago en el siglo XIX o el crecimiento de las periferias de muchas ciudades Latinoamericanas siguiendo el modelo de los suburbios de la ciudades Norteamericanas como los Ángeles o Miami), constituyéndose así una nueva identidad o una suma o collage de identidades urbano arquitectónicas. Un ejemplo de esto lo vemos en la descripción que hace el arquitecto Gustavo Munizaga sobre el centro histórico de Santiago de Chile, “El Área Central se constituye en una ciudad referencial en los tipos formales y en una ciudad análoga en las funciones y significados. Así, el borde del Rio Mapocho, el Museo de Bellas Artes, el Parque Forestal se unen en nuestros ojos como referencias instantáneas a un Paris. La Iglesia de los Sacramentos, la Plaza Almagro y los vendedores de libros en San Diego nos advierten equivocadamente los rincones de Montmatre. El Epicentro de Santiago, la “City”, el corazón financiero, las bocas del Metro, y los edificios más altos nos traen imágenes de New York. El área de la Bolsa, la calle New York, podrían ser lugares de Madrid, Londres o Buenos Aires. La Plaza de Armas, la Catedral, los edificios que la rodean nos hablan de la Colonia, de la Plaza Mayor, del lugar de fundación de Santiago, a través de la cual vinculamos la ciudad a otras ciudades americanas de fundación española”. (9)


Fuentes
(1) García Moreno, Beatriz. “Región y Lugar, Arquitectura Latinoamericana Contemporánea”. Centro editorial Javeriano. Bogotá. 2000. Pag. 47
(2) Ibíd.
(3) Ibíd.
(4) El Palatino fue durante la republica el barrio aristocrático donde vivían los patricios, durante el imperio, se construyeron en su cima un sistema palaciego bastante grande donde residieron los emperadores romanos.
(5) El Capitolio fue la sede de los principales templos de la ciudad, en donde se daba culto a la llamada “Triada capitolina”, Júpiter, Juno y Minerva
(6) Actualmente, el valle del Chili está desapareciendo ante el crecimiento desordenado de Arequipa.
(7) Wang, Robin. “Yingyang. The Way of Heaven and Earth in Chinese Thought and Culture”. Loyola Marymount University. Los Angeles. 2002. Pag. 16-22
(8) Ibíd.
(9) Munizaga Vigil, Gustavo. “Estructura y Ciudad”. Ediciones Universidad Católica. 1985. Pag. 123

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