viernes, 8 de febrero de 2013

Nomadismo y Simbiosis Urbana


Nomadismo y simbiosis, dos palabras con significados diferentes pero muy relacionados cuando hablamos especialmente del urbanismo peruano en su proceso de evolución histórica. El termino nomadismo, se refiere a ciertas especies vivas o grupos humanos que se establecen temporalmente en ciertos territorios, para luego emigrar a otros lugares de acuerdo a sus necesidades básicas; en el caso de las simbiosis, es un fenómeno biológico por el cual dos especies dependen simultáneamente una de la otra para poder vivir. Si estas dos situaciones las aplicamos al estudio de la ciudad, el caso del nomadismo podría estar relacionado tanto al cambio de ubicación de una determinada área urbana, producto de un desastre natural o enfermedades (el caso de Piura en el norte peruano, que cambio de ubicación cuatro veces durante el siglo XVI) como también al desplazamiento de una clase social con características particulares dentro de una gran urbe, en diferentes periodos de tiempo, asociado sobre todo a ciertas elites que forman parte de una estructura social claramente estratificada, con una marcada diferenciación con otros sectores o grupos poblacionales que muchas veces son  marginados y discriminados por los grupos de poder; sin embargo, ambas realidades, en muchos casos, terminan dependiendo una de la otra para subsistir, por lo que se produce la simbiosis, creándose relaciones sociales que tiene como objetivo solamente el brindar servicios de carácter comercial y económico, aunque no se llegue a producir una integración más profunda entre estos.

Nomadismo en el Tibet. Asia onlus

Es muy común encontrar en la historia del urbanismo peruano, especialmente en el caso limeño, esta clase de fenómenos. Los grupos de poder se establecen en ciertos espacios importantes por su ubicación estratégica, cercanas a equipamientos importantes (colegios privados, grandes centros comerciales) o zonas de gran valor paisajístico y de ocio (playas y campos); sin embargo, estas elites tienen una permanencia relativamente temporal, pueden quedarse décadas o siglos en el mismo sitio pero luego se van mudando a otras aéreas con mejores condiciones de vida, esto producto de varios factores importantes, como el aumento y la presión poblacional de otras clases sociales que quieren acceder a la vivienda, el surgimiento de nuevas formas de desplazamiento (como el automóvil), transformación de los barrios con nuevos usos que generan problemas de contaminación, y finalmente cambios en los patrones de vida y costumbres de estas familias, influenciados por nuevos paradigmas urbanos, estilos y modas traídos de los países industrializados (Europa y Estados Unidos) que son los modelos a seguir. De esta forma, las elites urbanas “huyen” de manera gradual hacia otras partes, contribuyendo a la metamorfosis y la expansión urbana de la metrópoli.

Simbiosis. Miel sabinares arlanza

Cuando surge un barrio donde habitan un grupo social acomodado, aparecen a su alrededor otras urbanizaciones cuyos habitantes tienen otros patrones de vida completamente distintos, separadas ambas por una barrera física (autopistas, muros, ríos o quebradas) y en la que residen personas de escasos recursos que necesitan subsistir, y que de pronto empiezan a prestar servicios a las elites de manera constante. Así como un edificio tiene espacios servidores y espacios servidos dentro de su organización funcional, podríamos decir que existen algunos barrios a los que llamaremos servidores y otros a los que son servidos, los que definiría mejor el proceso de simbiosis urbana en Lima.

Lima Virreinal. Foros Peru

Desde la fundación de Lima en 1535 hasta finales del siglo XIX, la antigua aristocracia limeña tubo su residencia habitual en el centro histórico, donde moraban en las típicas casonas virreinales con patio interior y zaguán, muchas de las cuales subsisten hasta el día de hoy; era costumbre que las familias más adineradas vivieran más cerca a las plaza de armas y al palacio del virrey, centro del poder político y social del virreinato. A finales del siglos XVI surgen nuevos barrios como San Lázaro y Santiago del Cercado, el primero ubicado al otro lado del rio Rímac, habitado por indígenas y esclavos libertos que se dedicaban a la pesca de camarones en el mencionado rio, y el segundo, una reducción indígena cercada por un muro (el primer “condominio urbano”) con su iglesia y su plaza en forma de rombo (asociado al modelo de la “nueva Jerusalén”); los habitantes de ambos lugares servían en muchas de las casas de la aristocracia limeña, trabajaban en el servicio público de la ciudad o en las encomiendas y tierras agrícolas de los alrededores, esto ultimo, es un ejemplo de esa primera simbiosis entre clases que se dio en la ciudad.

Plano Reconstructivo de Lima en 1613. Con los
barrios de San Lazaro y el Cercado (Archivo Juan Gunther)
San Lazaro a finales del siglo XIX. Skyscrapercity

Durante más de trescientos años, los grupos de elite ocuparon las mismas casas del centro histórico, de generación en generación, hasta que a finales del siglo XIX se produce un cambio; después de las reformas urbanas del gobierno de Balta, la demolición de las murallas y el inicio de la expansión urbana hacia el sur, las nuevas familias aristocráticas surgidas en la posguerra peruano - chilena, empiezan a ocupar otros espacios urbanos, como los palacetes y departamentos de la avenida Nueve de Diciembre (actual Paseo Colón) con un modelo urbano que emula los Campos Elíseos parisinos; a su vez, estos grupos tenían casa de segunda habitación en los pueblos y balnearios cercanos (como Pueblo Libre, Magdalena, Miraflores, Barranco y Chorrillos) a los que asistían en la época de verano para descansar. Este proceso de desplazamiento urbano continuó de manera más expansiva en las siguientes décadas, cuando una nueva burguesía surgida del boom minero después de la primera guerra mundial, con otros patrones y costumbres mas influenciados por el estilo de vida americano (modelo de vivienda en chalets rodeados de jardines y el uso del automóvil para desplazamientos urbanos) empiezan a desplazarse hacia el sur, surgiendo nuevos barrios como San Isidro y la consolidación de Miraflores y Barranco en los años 20, espacios en los que se producirían procesos de simbiosis urbanos interesantes, como la aparición en el primer caso, del barrio de Surquillo, al otro lado de la carretera a Chorrillos (actual Vía Expresa), el cual fue construido por Tomas Marzano, propietario de esas tierras agrícolas, para familias de escasos recursos, muchos de ellos migrantes que llegaban de la sierra sur o antiguos empleados de las haciendas vecinas. Según Juan Gunther, los habitantes de Surquillo brindaban servicio domestico a las casas de Miraflores, de tal forma que se crearon empresas especializadas para brindar este trabajo, muchos de la cuales aun subsisten; otra actividad importante que surge es el de las ferreterías y mecánicas, los cuales, eran visitados por los habitantes de Miraflores para la reparación de sus autos o la compra de diversos productos, algo similar a la situación que se dio en Barranco, entre las casas y ranchos del litoral y los barrios de Tejadita y Tejada Alta al este, pero con una menor intensidad.

Paseo Colon. Principios del siglo XX. Paseo Colon de Lima - Peru
Paseo Colon en la actualidad. Paseo Colon de Lima - Peru

Paralelamente, hacia mediados de los años 30, el centro histórico empieza a ser abandonado gradualmente por las antiguas elites, siendo este remplazado por comercios de lujo y servicios terciarios (oficinas, bancos, etc.), las casas abandonadas son puestas en alquiler por sus antiguos propietarios a personas de escasos recursos o son ocupadas por migrantes recién llegados de la provincia, lo que generaría la tugurización de estos espacios.

El Country Club. San Isidro. Servicio Aerofotografico Nacional
Miraflores hacia 1929. Skyscrapercity

Para finales de los años 50 y principios de los 60, las nuevas generaciones de la elite limeña empiezan a abandonar los distritos de San Isidro y Miraflores para ir mas al este, ocupando los terrenos agrícolas de Surco y la Molina, con la creación de urbanizaciones tipo ciudad jardín que seguían el modelo de beverly Hills, en la que el uso del automóvil era la norma y en donde, en muchos casos no se diseñaron veredas ni caminos peatonales, aumentando el aislamiento de las relaciones vecinales y generando un ambiente de exclusividad, como los sucedido en las Casuarinas o el Golf los Incas (que  tenía una cancha de golf dentro de la urbanización), ambas en las laderas de los cerros de Monterrico, y finalmente, Rinconada y la Planicie en la Molina, siguiendo el mismo modelo.

Simbiosis. Plano de Surquillo y Miraflores. Skyscrapercity
Miraflores en los años 40. Municipalidad de Miraflores

Al igual que en el siglo XIX, estos grupos sociales tenían viviendas de segunda habitación en otros lugares periféricos de la ciudad; en el caso de la sierra, Chaclacayo, Chosica y el Cuadro (considerado uno de los primeros condominios de su tipo), era los refugios preferidos para buscar el sol en los periodos invernales, y los balnearios del sur chico, surgidos de manera gradual entre los años 30 y 50, como La Encantada y Villa en Chorrillos, Punta Hermosa, San Bartolo, Santa María, Naplo, La Honda y la Quipa, para el periodo de verano.

Las Casuarinas. Foto Gustavo Basso. Panoramico
Casuarinas y Pamplona Alta. Google Earth

Durante la década del 70, surgen al sur de la ciudad urbanizaciones populares para la gente de origen humilde, como Villa el Salvador, Villa María del Triunfo y Pamplona; este último, surge en la ladera sur de los cerros de Monterrico, en el distrito de San Juan de Miraflores, cercano a Casuarinas (que esta ubicado en la ladera oeste del mismo cerro); ambas urbanizaciones, en el transcurso de los años, empiezan a crecer hacia la cumbre, y por ende a acercase, generándose otra simbiosis, debido a que muchos habitantes de Pamplona empezaron a trabajaban en el servicio domestico de Casuarinas. Para mediados de los 80, este ultimo barrio empieza a condomizarce, cercándose con un muro y colocando tranqueras y controles en los accesos, esto fue producto, por un lado, de la inseguridad que se vivía en aquella época ocasionada por la violencia del terrorismo, y por otro lado, para impedir el acceso a cualquier persona de Pamplona a Casuarinas, probablemente por miedo a posibles infiltraciones terroristas (recordemos que en las zonas como San Juan y Villa el Salvador existía gran actividad de Sendero Luminoso y el MRTA), lo que ocasionó una división muy grande entre estos barrios, obligando a muchos de los pobladores que trabajaban en Casuarinas a dar una gran vuelta para entrar por el acceso principal ubicado más al este, en Santiago de Surco. Durante ese mismo periodo, los sectores altos de la sociedad tuvieron un relativo aislamiento y poca demostración de su estilo de vida en el ámbito económico, social y cultural de la ciudad, algo que cambio en la década del 90, cuando el terrorismo empezó a disminuir.

Playas de Asia. Plataforma Urbana
Los balnearios de Asia y a la derecha de la autopista
Santa Cruz de Asia. Google Earth

Desde hace mas de veinte años se ha estado dando una serie de tendencias en la ocupación del territorio por parte de estos grupos sociales; por un lado, Miraflores y San Isidro van perdiendo fuerza como lugares de residencia de las elites urbanas para convertirse en nuevas centralidades de comercio y finanzas, a su vez, se genera un aumento de la densificación en algunas urbanizaciones de estos distritos, en donde las grandes residencias, cuyos propietarios (generalmente parejas mayores de 70 y 80 años cuyos hijos ya han abandonado el hogar) las alquilan para eventos o fiestas, o terminan siendo vendidas para la construcción de condominios o multifamiliares en las que van a vivir tanto sus propios hijos con sus familias, como grupos de otras procedencias, sin perder ese aire de exclusividad y lujo en el que vivieron su padres, algo similar ocurre en Barranco en el litoral marino, Surco y la Molina (el área que ocupa estos distritos junto con San Borja se le conoce como el eje de la riqueza).

Plano del proceso de nomadismo
 y simbiosis urbana en Lima.
Dibujo del autor

Una segunda tendencia se da en el litoral sur de Lima, donde desde finales de los 90, han surgido de manera compulsiva, condominios de playa para sectores A y B, en principio como lugares de segunda habitación para el periodo de verano, como el conocido caso del litoral de Asia, en la que prácticamente en menos de 10 años se ha urbanizado varios kilómetros de playa, de manera expansiva y desordenada, lo que ha generado unos impactos ambientales bastante fuertes. Actualmente, muchas viviendas que originalmente fueron compradas para pasar el verano, ahora son alquiladas por sus propios propietarios, ya que es más rentable mantener una casa con un ingreso fijo mensual que vivir los tres meses de verano con los grandes eso implica (eso sin considerar los gastos de mantenimiento por los nueve meses restantes); algunas residencias ya están siendo usadas para la permanencia todo el año, pero son muy pocas, lo que convierte a Asia en una especie de ciudad (o no ciudad?, ese es el dilema) fantasma, nómade y efímera, solamente usada tres meses del año, como un escenario que se monta para el espectáculo y el glamur veraniego y luego se desmonta, algo que no ocurre en otras ciudades balnearios del mundo, donde existe una permanencia constante y sostenible de las aéreas urbanas. Curiosamente, en el caso de Asia, al igual que ocurrió en el pasado, se da un proceso de simbiosis bastante curioso; al otro lado de la carretera, ha surgido un barrio llamado Santa Cruz de Asia, frente al centro comercial de Asia (mal llamado Boulevard), en la que viven ciento de familias que trabajan tanto en los servicios del mencionado centro, como en el cuidado de las casas de playa durante el periodo invernal, así la historia se repite nuevamente. Finalmente, En estos últimos cinco años, la tendencia de las residencias veraniegas de lujo está empezando ir mas hacia el sur, ahora en Paracas, donde se está dando un desarrollo inmobiliario bastante fuerte con casas de playa y hoteles de lujo frente a la bahía para los ricos y famosos, es el último grito de la moda; sin embargo, de continuar esta tendencia, podríamos llegar hasta Arequipa, Chile o la Antártida.

Como conclusión, podemos ver que a lo largo de la historia de Lima, espacialmente en el siglo pasado y el presente, se ha dado un desplazamiento gradual y rítmico en la ocupación residencial de los grupos de poder económico, de manera fragmentada, desordenada y discontinua, siguiendo modelos, tendencias y modas que cada sociedad ha gozado en su momento, a diferencia de otras ciudades donde existen zonas bastante definidas y zonificadas para estos grupos. Podemos así identificar cuatro etapas de ocupación:

1. El centro fundacional y el Paseo Colon (1535 – 1920).
2. Desde el centro fundacional hacia el sur, San Isidro y Miraflores (1920 – 1960).
3. Ocupación hacia el este, urbanizando las laderas y cerros de Surco y la Molina (1960 – 1990).
4. Fuera del área metropolitana, siguiendo el litoral sur, Puerto Viejo, San Antonio, Asia y alrededores, Paracas (1990 – 2013).

Paralelamente se dan algunos procesos de simbiosis, donde los barrios servidores (Cercado, San Lázaro, Surquillo, Pamplona, Santa Cruz de Asia), abastecen a los barrios servidos (Centro Histórico, Miraflores, Casuarinas y Asia), generándose un fenómeno urbano bastante curioso. Finalmente, podemos decir que a medida que un nuevo lugar o espacio de elite surge, los otros pierden vigencia, se transforman o finalmente entran en un periodo de deterioro urbano.