martes, 28 de julio de 2015

Planificación Territorial en los Andes. Los Valles de la Costa en la época lítica


Continuando con el tema de la planificación territorial en los andes peruanos, voy a explicar en esta ocasión el proceso de asentamiento de los valles de la costa realizada por el hombre durante la época prehispánica, empezando por el periodo lítico (13000 a.C. – 7000 a.C.), siguiendo la secuencia cronológica de Luis Lumbreras (1981) (1); ya el mes pasado y a manera de introducción al tema, hice una descripción de las características geográficas y espaciales del valle costeño, de tal forma que se comprenda mejor los fenómenos de transformación que se dieron en el lugar.

La formación de la estructura urbana y rural en estos espacios rivereños se dio a lo largo de miles de años, desde la aparición de los primeros cazadores recolectores nómades en el periodo lítico hasta la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI. Esta transformación se dio de manera lenta y compleja, una serie de pueblos se fueron asentando de manera sucesiva en cada uno de los valles, generalmente habían dos o hasta tres espacios culturales que ocupaban todo el largo de esta, asentándose en los diferentes niveles que tenía (valle alto, medio y bajo); cada una de estas pequeñas culturas se fueron organizando primero provisionalmente con campamentos y aldeas, para luego quedarse permanente, formando un sistema de poblados interconectados por una serie de caminos. A su vez, estos se conectaban a uno o dos complejos urbano - arquitectónicos importantes, centros que organizaban el territorio, generalmente utilizados como edificaciones para actividades religiosas y/o administrativas, y en la cual probablemente habitaba una elite que gobernaba cada uno de estos pueblos. El área agrícola se formó en las planicies y el cono de deyección, cuyo suelo aluviónico era rico en limos, siendo propicio para sembrar y cosechar; para extender la frontera agrícola se construyó un sistema de canales de regadío que llevaban las aguas de los ríos desde las partes altas hacia las bajas, proceso que duro siglos en consolidarse, convirtiendo a los valles en pequeños oasis en medio del desierto costeño, con una producción lo suficientemente grande para alimentar a todos sus habitantes. Por otro lado, las actividades económicas no se dieron de manera homogénea, según el lugar donde se asentaban los pobladores, estos fueron desarrollando distintos procesos de extracción y producción; de esta forma, los que se asentaron en las playas del litoral se dedicaron a la pesca y recolección de productos marinos, los del valle bajo a la agricultura intensiva y los del valle medio y alto a la agricultura y ganadería; curiosamente se dio un fenómeno simbiótico entre los diferentes pueblos de manera longitudinal, que consistía en el intercambio de productos, de tal forma que los habitantes de las partes medias y altas consumían el pescado del mar, y los del valle bajo y el litoral los productos agrícolas y la lana de las zonas altas, formándose una cadena productiva y económica muy importante. Estos fenómenos y procesos de transformación han sido estudiados por varios arquitectos y arqueólogos en los últimos cincuenta años, tenemos así los trabajos de Carlos Williams, José Canziani, Santiago Agurto, y Roger Ravines, en cuyas publicaciones detallan tanto el proceso de trasformación de la estructura económica y social, como la organización morfológica y espacial de los asentamientos urbanos y los complejos arquitectónicos ceremoniales y administrativos. A continuación hare una descripción un poco más detallada de este proceso empezando por el periodo lítico.

Reconstrucción hipotética de un valle costeño
en el periodo de los Desarrollos Regionales (100 a.C. - 900 d.C.).
Dibujo Jose Canziani
Sistema de planificación longitudinal del valle costeño
en la época prehispánica.
Dibujo Marta Vilela Malpartida

La primera ocupación de los valles costeños se da aproximadamente hacia el año 13000 a.C., en la etapa final del Pleistoceno e inicios del Holoceno (2), durante el llamado periodo Lítico Andino, por grupos de cazadores recolectores que vivían en estado nómade. Según los estudios de Santiago Uceda, Canziani y más recientemente los de Elmo Leon, estos cazadores formaban parte de comunidades bastante definidas, los mismos que se caracterizaban porque usaban puntas de piedra bien alargadas y pedunculadas (3). Estos se asentaron en gran parte de los valles y planicies de la costa peruana, quedando demostrado su ocupación por la cantidad de yacimientos arqueológicos donde se han encontrado artefactos líticos con las características mencionadas, especialmente en la costa norte y central. A estos grupos se les conoce en conjunto como cultura paijanence, ya que fue en Paijan, en el valle de Chicama, donde se descubrieron los primeros vestigios asociados a estas sociedades humanas.

Puntas de piedra de estilo Paijanense
encontradas en la Pampa de los Fósiles.
El Rubio Kna Arbiter Elegantiarum

La imagen y el paisaje de la costa peruana a finales del Pleistoceno era muy diferente a la actual, según Santiago Agurto, en esa época se llevaba a cabo la última de las grandes glaciaciones del periodo y en toda la costa existía una fuerte humedad y abundantes recursos hídricos. La costa norte del Perú era prácticamente una sábana tropical, bañada frecuentemente de lluvias de tipo monzónico y dotada de numerosos lagos y lagunillas, donde polulaba una numerosa fauna, tanto terrestre como acuática, entre las que destacaban los megaterios, mastodontes, milodontes, esmilodontes, gigantescos lagartos, caballos primitivos y antepasados de los camélidos actuales y, por supuesto, muchos animales menores e incontables aves. (4) Estas condiciones de vida se dieron no solo en el extremo norte de la costa sino también bastante más al sur, pues en el departamento de La Libertad, en la Pampa de los Fósiles (5), se han encontrado restos de dicha fauna, tanto como en los yacimientos de brea en la zona de Talara. (6) En el resto de la costa, si bien las condiciones reinantes no tenían las características tropicales de las zona norte, en la que influyo notablemente un avance hacia el sur de la Corriente del Niño, el clima de sitios como Lurín (7) era bastante húmedo y sus extensas planicies estuvieron regadas, hasta hace 9000 años, por ríos que permitían las existencia de una rica flora y abundante fauna. (8) Este contexto climático y geográfico permitió que existiera una gran cantidad de recursos alimenticios suficientemente abundante para la recolección y la caza por parte de estas comunidades para su sustento diario.

Las consecuencias de las glaciaciones en los andes peruanos, eran por un lado un clima frio con grandes tempestades de nieve en la sierra, y un clima húmedo y lluvioso en toda la costa, y por el otro, según los estudios de Elmo León Canales, una disminución del nivel del mar en todo el litoral peruano, producto de la solidificación de las masas acuáticas en los océanos (glaciales) que generaron una reducción del volumen líquido. (9) si bien no hay estudios sobre las variaciones del nivel del mar tanto en el Perú como en gran parte de Sudamérica, León asume que para el periodo lítico, el retiro del mar pudo estar entre los 60 a 50 metros por debajo del nivel actual en toda la costa peruana, este dato lo da en base al análisis de casos de otros lugares en el hemisferio norte, como la evidencia de la descarga de deshielo medida en Barbados realizada por Richard Fairbanks en 1989. (10) De esta forma, el litoral era una planicie bastante ancha y en la cual, los cazadores recolectores tuvieron suficiente espacio para poder asentarse y desarrollar sus actividades de extracción y consumo.

La ocupación del territorio por parte de estos grupos humanos se da de dos formas; la primera relacionada con la fabricación de herramientas de piedra usadas para la caza y la recolección; y la segunda para el desarrollo mismo de estas actividades, relacionadas a la extracción y consumo de alimentos. De la primera podemos ver tres tipos de asentamiento; los Campamentos, las Canteras y los Talleres (11). Los Campamentos eran los lugares donde habitaban temporalmente los cazadores recolectores y donde se han encontrado tanto material lítico y orgánico como fogones, y en algunos casos enterramientos humanos. Las Canteras eran los espacios de extracción del material lítico para la elaboración de armas para la caza, generalmente ubicados en las laderas de los cerros de las estribaciones andinas. Finalmente, los Talleres, eran los sitios donde se transformaba el material lítico extraído en artefactos como puntas de proyectil, cuchillos y otros utensilios; estos asentamientos estaban cercanos a los campamentos.

En cuanto a las actividades de caza y recolección, la ocupación del territorio se da a partir de la organización de los campamentos ya mencionados, ubicándose estos en los lados laterales de los valles, cuyas planicies actualmente desérticas eran en ese entonces ricas en vegetación. De acuerdo a los estudios hechos por arqueólogos en varios sitios paijanences a largo de la costa, se visualiza que la  organización era casi radial, existía un campamento base o principal en el centro de la planicie y varios asentamientos secundarios inmediatos a los sitios de recolección y caza, estos lugares eran las lomas de las laderas de los cerros ubicadas al este, los bosques y matorrales que estaban junto a las quebradas y causes de los ríos, y las playas ubicadas al oeste, así como los humedales y lagunas ubicadas en las partes bajas de los valles, para la pesca de los productos marinos y lacustres.

Reconstrucción hipotética de un valle costeño
en el periodo Lítico con la ubicación de
 los campamentos base y secundarios.
Dibujo Jose Canziani

Los principales yacimientos paijanences en la costa peruana son, quebrada Batan entre los valles del Zaña y Jequetepeque; quebrada Malambo, también en Jequetepeque; Pampa de los Fosiles, Pampa de Paijan y quebrada de Cupisnique entre Jequetepeque y el valle del Chicama; Quirihuac y Ochiputur en el Valle de Moche; Casma y Huarmey en la costa de Ancash; Ancón y Chivateros, cercanos al valle del Chillon en Lima, entre otros sitios importantes.

Ubicación del campamentos base y secundarios
 en el cerro Ochiputur. Valle de Moche.
Dibujo Lucia Medina
Plano del campamento base del cerro Ochiputur.
Dibujo Lucia Medina

A manera de conclusión, podemos visualizar que la condiciones geográficas  y climáticas de finales del Pleistoceno permitieron condiciones de vida bastante benignas para los grupos humanos nómades que pudieron tanto cazar y recolectar frutos en las planicies inter valles donde había una abundante fauna y flora, como la pesca de recursos marinos en las playas; esto dio paso a una ocupación del territorio por parte de estas comunidades con patrones de asentamiento asociadas a un sistema de transformación de los recursos tanto para la fabricación de materiales y utensilios para la caza y recolección, como para el desarrollo de estas últimas como actividades de extracción, proceso que se da para el primer caso de manera longitudinal (Este – cerros – canteras, centro oeste – planicie – talleres – campamentos) y para el segundo de manera radial (lugares de recolección – campamentos secundarios – campamentos base), siendo el campamento base el lugar final para el consumo y el hábitat de estos grupos humanos.

Fuentes:
(1) Existen dos secuencias cronológicas para explicar el proceso de periodificación histórica de la Época Prehispánica en los andes centrales, la de John Rowe, que la divide en Horizontes e intermedios, y la de Luis Lumbreras, que es la más reciente y aceptada por la mayoría de los historiadores y arqueólogos, estos periodos se definieron en función a los periodos de unidad o diversidad cultural y nacional que se dio en el mundo andino hasta antes de la conquista española.
(2) El Pleistoceno y el Holoceno son las edades geológicas que conforman el periodo Cuaternario, la primera comienza hace 2,59 millones de años y termina por el año 10,000 a.C. y se caracteriza por ser el periodo donde se dieron las ultimas glaciaciones. El Holoceno en cambio es la última y actual época geológica tras la última glaciación de Wisconsin ocurrida hace 14,000 años.
(3) Canziani, José. “Ciudad y Territorio en los Andes. Contribuciones a la Historia del Urbanismo Prehispánico”. Editorial PUCP. 2009. Pag. 45
(4) Agurto, Santaigo. “Lima Prehispanica”. Municipalidad de Lima Metropolitana. 1984. Pag. 34
(5) Las Pampas de los Fósiles son unas planicies desérticas ubicadas cerca de Pacasmayo, entre el valle de Jequetepeque y el valle del Chicama, en ella se encontraron bastante restos de asentamientos temporales y utensilios de piedra del tipo “paijanence”, este lugar junto con los sitios de Paijan y Cupisnique en el valle del Chicama forman una sola unidad o complejo arqueológico integrado.
(6) Agurto, Santaigo. “Lima Prehispanica”. Municipalidad de Lima Metropolitana. 1984. Pag. 34
(7) Ibid.
(8) Ibid. Pag 35
(9) Leon, Elmo. “Origenes Humanos en los Andes Centrales”. EPTH – USMP. 2007. Pag. 48
(10) Ibid. Pag 49
(11) Canziani, José. “Ciudad y Territorio en los Andes. Contribuciones a la Historia del Urbanismo Prehispánico”. Editorial PUCP. 2009. Pag. 45