viernes, 28 de agosto de 2015

Planificación Territorial en los Andes. Los Valles Costeños hasta el Siglo VII d.C.


Para este mes de Agosto he querido continuar escribiendo sobre la planificación urbana en los andes, explicando el proceso de transformación de los valles costeños entre el periodo Arcaico hasta la época de los Desarrollos Regionales.

A principios del Holoceno, aproximadamente entre el 7000 a.C. al 5000 a.C. coincidiendo con el inicio del Arcaico temprano, se produce una serie de cambios climáticos en toda la costa peruana. El clima extremadamente húmedo, caluroso y lluvioso fue desapareciendo, la corrientes marinas cálidas del océano pacifico se fueron desplazando hacia el norte y fue remplazada por una corriente más fría, generándose la desertificación de toda la costa, ocasionando que los bosques y arbustos desaparezcan, al igual que la flora y fauna, quedando solamente algunas vegetaciones de lomas y pequeños bosques precordilleranos que aparecerían sobre todo en los periodos invernales. Sin embargo, el mar frio de la corriente peruana trajo consigo una abundante cantidad de especies marinas mucho más extensa que en épocas anteriores. Estos cambios afectaron bastante a los cazadores recolectores de la costa en su hábitos de vida, obligándolos a ubicarse en ciertos espacios específicos para la recolección (aquellas zonas que no habían sido afectadas por la desertificación) como los puquiales, riveras de los ríos y algunas lomas; en estos lugares, fueron creando nuevas técnicas para domesticar y cultivar ciertas plantas, frutos y tubérculos, observando la germinación y fructificación de ciertas especies. Esto obligó a los cazadores recolectores a tener una vida más sedentaria, convirtiéndose en horticultores seminomades, quedándose mucho más tiempo en los lugares donde antes solo cazaban y recolectaban. Otro lugar donde se empezó a desarrollar un sedentarismo mucho más fuerte fue en el litoral, la abundancia de recursos marinos que tenía el mar generó el desarrollo de economías extractivas para el consumo de estos pobladores, los mismos que se fueron asentando poco a poco en las playas cerca a los valles.

Para el año 5000 a.C. este proceso de asentamiento y sedentarismo se va consolidando poco a poco en toda la costa peruana. Según José Canziani, en las primeras fases del Arcaico (5000 a.C. al 2500 a.C.) las comunidades costeñas estaban orientadas básicamente a una economía que dependía fuertemente de la pesca y la extracción de los recursos marinos, combinada con la recolección en las lomas y el desarrollo de una incipiente horticultura (1). Estas actividades agrícolas se dieron en principio aprovechando tierras naturalmente inundadas en las márgenes de las riberas de los ríos, o en determinadas zonas húmedas por la proximidad superficial de la napa freática. No se puede excluir que como parte de estas prácticas de agricultura incipiente se utilizaran primitivas formas de riego, las que podrían haber constituido los primeros rudimentos de los posteriores sistemas de irrigación artificial (2).

Reconstrucción hipotética del valle costeño
durante el periodo arcaico (5000 a.C. - 1800 a.C)
Dibujo José Canziani

En cuanto a las formas de asentamiento, se estarían registrando en estas regiones el transito gradual de campamentos cada vez más prolongados, hacia el establecimientos de aldeas con una ocupación estable y de mayor permanencia (3). Los estudios de Michael Moseley y Carlos Williams sobre las primeras aldeas sedentarias, visualizan una primera ocupación en todo el litoral, como ya habíamos mencionado antes, especialmente en la costa central, asociadas a la extracción de recursos marinos. Estas se ubicaban de manera lineal con distancias entre 7 a 10 km una de la otra, y cuyos habitantes fluctuaban entre 10 y 20 familias (4), restos de estas aldeas las encontramos en los sitios arqueológicos de Ancón y en la ladera sur del Morro Solar en Chorrillos, frente a la playa la Chira. Otras aldeas ubicadas más al interior asociadas a la horticultura y a la transformación y consumo de productos marinos son La Paloma y Chilca, ambas situadas al sur de Lima.

Reconstrucción del recinto cuadrangular de
Cerro Paloma.
Reconstruyendo el Perú Milenario

Durante el Arcaico Tardío (2500 – 1800 a.C.), los cambios sociales y económicos en el proceso de sedentarización de los habitantes de la costa se hace cada vez más rápido y profundo. El énfasis en la pesca y la extracción de recursos marinos se ven acompañados de un incremento de las especies cultivadas y una creciente importancia de estas en la alimentación y la provisión de importantes insumos para la elaboración de instrumentos y el desarrollo de una serie de procesos productivos. Estos nuevos niveles de desarrollo económico estarán acompañados por la aparición de nuevas formas de organización social en el seno de las comunidades, los que conducirán a un incipiente proceso de diferenciación social. Todo este complejo proceso se manifiesta de manera patente en el aumento de los asentamientos aldeanos y, en especial, con el surgimiento y creciente importancia que asumirá en ellos la arquitectura pública. (5) De esta forma, en algunas de las aldeas tanto del litoral como del interior de los valles surgen edificaciones especializadas en actividades tanto de tipo administrativo como de culto donde residía probablemente una elite que dirigía a la comunidad, en muchos casos, estos complejos arquitectónicos estaban separados de las áreas de vivienda, probablemente por un asunto de diferenciación social, como podemos ver en el sitio arqueológico de Bandurria, ubicado en la provincia de Huaura en el departamento de Lima. En otros casos, estas edificaciones llegaron a tener grandes dimensiones, consolidándose como grandes centros administrativos y religiosos, como el caso de Caral en el valle de Supe, al norte de Lima, donde un sistema de edificios piramidales y plazas circulares, definen una organización concéntrica y anular alrededor de un gran espacio abierto.

Plano del sitio arqueológico de Caral.
dibujo Proyecto Especial Arqueológico Caral Supe
Sito arqueológico de Caral. El templo mayor. Lima Discovery

En cuanto a la planificación territorial y agrícola de los valles costeños, al consolidarse el sedentarismo como forma de vida en las comunidades costeras, estas dan inicio a un proceso de transformación sustancial de ciertos sectores del paisaje natural, donde con una tecnología relativamente sencilla se pudiera establecer presas simples, asociadas a bocatomas y desarrollar sistemas de canalización no muy extensas para habilitar tierras de cultivo bajo riego. Este proceso mayormente se verificaría en el cuello de muchos valles, donde gracias a su especial topografía y con técnicas relativamente sencillas se pueden establecer bocatomas y desplegar canales pequeños y medianos. Dado que su trazo por las márgenes del valle se desarrolla por zonas donde las pendientes son bastantes acentuadas, esto permite alcanzar rápidamente un nivel más elevado de los campos a irrigar. Este proceso que se verificaría mayormente en las partes altas y medias – aunque no es de excluir que interesara también ciertos sectores de sus partes bajas –,debió estar restringido a ciertas zonas de los valles, no solamente por el limitado desarrollo de las tecnologías hidráulicas que se disponían en ese entonces, si no también en la medida que las nacientes entidades políticas no habrían estado aun en capacidad de movilizar una gran fuerza de trabajo para la ejecución de estas obras y asegurar su mantenimiento periódico, así como contar con el complejo aparato que les permitiera administrar y regular la distribución del agua de regadío entre la comunidad de agricultores. (6)

Reconstrucción Hipotética del valle costeño
durante el periodo Formativo (1800 a.C. - 200 a.C.).
Dibujo José Canziani

Durante el Periodo Formativo (1800 a.C. – 200 a.C.), este sistema de planificación territorial y agrícola se mantiene casi inalterable, al igual que las formas de organización política y social (comunidades y sociedades teocráticas que se asientan en cada uno de los valles costeños), sin embargo, es en este periodo donde la arquitectura publica adquiere connotaciones monumentales, con la construcción de grandes complejos ceremoniales, ubicados en lugares estratégicos de los valles y separados de las aldeas. Estas construcciones se desarrollaron tanto en la costa norte como en la costa central y el sur chico, dándose en paralelo a un aumento considerable de las aldeas, ubicándose estas especialmente cercanas a las zonas de producción que ya desde el Arcaico Tardío se fueron consolidándose, las cuales llevarían a la conformación de los valles agrícolas. (7) En algunos casos, tanto las aldeas como las zonas de producción agrícola se ubicaban en el cuello del cono de deyección de los valles (entre el valle medio y el bajo) como el caso del valle del Viru en la Libertad, en otros casos se concentraban en el valle bajo donde empezaron a desarrollar los primeros canales como el caso del valle de Chincha en Ica. (8) Estos dos elementos de la planificación territorial (aldeas y centros ceremoniales) formaban un sistema integrado donde los complejos dedicados al culto eran a la vez los centros de gestión y administración del territorio, y las aldeas los lugares de residencia de la comunidad que labraba la tierra y desarrollaban otras economías asociadas a la agricultura (alfarería, carpintería, etc.), todas unidas por un sistema de caminos con una configuración casi longitudinal a lo largo del valle, el mismo cuyas zonas productivas para la actividad agrícola no eran urbanizadas, por lo que las aldeas y los centros ceremoniales se ubicaban casi en los bordes del valle mismo.

Plano del valle del Chincha con los sitios arqueológicos del Formativo
y la época de los Desarrollos Regionales. Cinabrio blog

La arquitectura de los complejos dedicados al culto se caracterizaba por tener formas regulares y simétricas, como Huaca Lucia y Purulen en Lambayeque, o formas más alargadas con una secuencia de plazas y recintos como Las Aldas y Sechin en la costa de Ancash y finalmente formaciones en U, como la huaca de los reyes en el valle de Moche o el conjunto de templos que se desarrollaron en la costa central (entre Huacho y Lurín), todas estas con un patrón bastante repetitivo (un edificio central con dos brazos laterales y un gran espacio abierto al centro) y con una orientación constante hacia el norte – este, dándose un fenómeno arquitectónico muy interesante. (En un próximo artículo hablare con más detalle de esta tipología de templos).

Plano del sitio arqueológico de las Aldas. Ancash.
Perú antiguo
Aerofoto del templo en U del Paraíso. Google Earth

En el periodo de los Desarrollos Regionales Tempranos (200 a.C. – 600 d.C.), Surgen en determinados valles de la costa norte y central formaciones sociales cuyo mayor nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y organización política de carácter estatal les habría permitido emprender ambiciosas obras públicas, con el desarrollo de grandes canales principales a lo largo de los márgenes de los valles o a través de sus planicies aluviales, y gracias a los cuales fue posible extender la irrigación de los cultivos a las partes medias y bajas de los valles, es decir a las zonas que por su gran extensión conformaron las mayores áreas de producción agrícola. (9) Un ejemplo de esto lo vemos en la creación del sistema de canales del valle bajo del Rimac, construido por la cultura Lima entre los años 200 d.C al 700 d.C., el cual permitió extender de manera sustancial el área agrícola en todo el cono de deyección y cuyos vestigios forman parte de la actual red de agua y desagüe de Lima Metropolitana, como los canales Huatica, Maranga y Magdalena.


Reconstrucción Hipotética del valle costeño durante
los Desarrollos Regionales (200 a.C. - 600 d.C.).
Dibujo José Canziani
Plano del sitio arqueológico de Maranga.
Dibujo José Canziani 1987

Paralelamente, estos desarrollos culturales (como los Moche en el norte, la cultura Lima en la costa central y los Nasca en el Sur), continuaron con la construcción de grandes complejos ceremoniales y administrativos como centros importantes dentro del territorio, pero a diferencia del periodo anterior, estas edificaciones tenían forma de grandes pirámides con rampas que las bordeaban, y un sistema de patios en la parte superior de la edificación (ejemplo de esto lo vemos en el caso de Pampa Grande en Lambayeque, la Huaca del Sol y la Luna en el valle del Moche, el complejo Maranga en el valle del Rímac, la primera etapa de Pachacamac en el valle de Lurín o Cahuachi en Nazca). En muchos casos, estos complejos estaban rodeados de pequeñas áreas con unidades de habitación hasta grandes áreas residenciales con patrones de organización casi irregulares, donde vivían tanto los artesanos como la clase guerrera que estaba al servicio de la elite sacerdotal que ejercían el poder, conformándose verdaderos centros urbanos importantes.


Fuentes:
(1) Canziani, José. “Ciudad y Territorio en los Andes. Contribuciones a la Historia del Urbanismo Prehispánico”. Editorial PUCP. 2009. Pag. 61
(2) Canziani, José. “Paisajes Culturales y Desarrollo Territorial en los Andes”. Cuadernos 5, Arquitectura y Ciudad. Departamento de Arquitectura. PUCP. 2007. Pag. 22
(3) Canziani, José. Op. Cit. Pag. 62
(4) Agurto, Santaigo. “Lima Prehispanica”. Municipalidad de Lima Metropolitana. 1984. Pag. 48
(5) Canziani, José. “Ciudad y Territorio en los Andes. Contribuciones a la Historia del Urbanismo Prehispánico”. Editorial PUCP. 2009. Pag. 64
(6) Canziani, José. Op. Cit. Pag. 23 - 24
(7) Canziani, José. Op. Cit. Pag. 95
(8) Ibid. Pag 96
(9) Canziani, José. “Paisajes Culturales y Desarrollo Territorial en los Andes”. Cuadernos 5, Arquitectura y Ciudad. Departamento de Arquitectura. PUCP. 2007. Pag. 25