viernes, 8 de febrero de 2013

Nomadismo y Simbiosis Urbana


Nomadismo y simbiosis, dos palabras con significados diferentes pero muy relacionados cuando hablamos especialmente del urbanismo peruano en su proceso de evolución histórica. El termino nomadismo, se refiere a ciertas especies vivas o grupos humanos que se establecen temporalmente en ciertos territorios, para luego emigrar a otros lugares de acuerdo a sus necesidades básicas; en el caso de las simbiosis, es un fenómeno biológico por el cual dos especies dependen simultáneamente una de la otra para poder vivir. Si estas dos situaciones las aplicamos al estudio de la ciudad, el caso del nomadismo podría estar relacionado tanto al cambio de ubicación de una determinada área urbana, producto de un desastre natural o enfermedades (el caso de Piura en el norte peruano, que cambio de ubicación cuatro veces durante el siglo XVI) como también al desplazamiento de una clase social con características particulares dentro de una gran urbe, en diferentes periodos de tiempo, asociado sobre todo a ciertas elites que forman parte de una estructura social claramente estratificada, con una marcada diferenciación con otros sectores o grupos poblacionales que muchas veces son  marginados y discriminados por los grupos de poder; sin embargo, ambas realidades, en muchos casos, terminan dependiendo una de la otra para subsistir, por lo que se produce la simbiosis, creándose relaciones sociales que tiene como objetivo solamente el brindar servicios de carácter comercial y económico, aunque no se llegue a producir una integración más profunda entre estos.

Nomadismo en el Tibet. Asia onlus

Es muy común encontrar en la historia del urbanismo peruano, especialmente en el caso limeño, esta clase de fenómenos. Los grupos de poder se establecen en ciertos espacios importantes por su ubicación estratégica, cercanas a equipamientos importantes (colegios privados, grandes centros comerciales) o zonas de gran valor paisajístico y de ocio (playas y campos); sin embargo, estas elites tienen una permanencia relativamente temporal, pueden quedarse décadas o siglos en el mismo sitio pero luego se van mudando a otras aéreas con mejores condiciones de vida, esto producto de varios factores importantes, como el aumento y la presión poblacional de otras clases sociales que quieren acceder a la vivienda, el surgimiento de nuevas formas de desplazamiento (como el automóvil), transformación de los barrios con nuevos usos que generan problemas de contaminación, y finalmente cambios en los patrones de vida y costumbres de estas familias, influenciados por nuevos paradigmas urbanos, estilos y modas traídos de los países industrializados (Europa y Estados Unidos) que son los modelos a seguir. De esta forma, las elites urbanas “huyen” de manera gradual hacia otras partes, contribuyendo a la metamorfosis y la expansión urbana de la metrópoli.

Simbiosis. Miel sabinares arlanza

Cuando surge un barrio donde habitan un grupo social acomodado, aparecen a su alrededor otras urbanizaciones cuyos habitantes tienen otros patrones de vida completamente distintos, separadas ambas por una barrera física (autopistas, muros, ríos o quebradas) y en la que residen personas de escasos recursos que necesitan subsistir, y que de pronto empiezan a prestar servicios a las elites de manera constante. Así como un edificio tiene espacios servidores y espacios servidos dentro de su organización funcional, podríamos decir que existen algunos barrios a los que llamaremos servidores y otros a los que son servidos, los que definiría mejor el proceso de simbiosis urbana en Lima.

Lima Virreinal. Foros Peru

Desde la fundación de Lima en 1535 hasta finales del siglo XIX, la antigua aristocracia limeña tubo su residencia habitual en el centro histórico, donde moraban en las típicas casonas virreinales con patio interior y zaguán, muchas de las cuales subsisten hasta el día de hoy; era costumbre que las familias más adineradas vivieran más cerca a las plaza de armas y al palacio del virrey, centro del poder político y social del virreinato. A finales del siglos XVI surgen nuevos barrios como San Lázaro y Santiago del Cercado, el primero ubicado al otro lado del rio Rímac, habitado por indígenas y esclavos libertos que se dedicaban a la pesca de camarones en el mencionado rio, y el segundo, una reducción indígena cercada por un muro (el primer “condominio urbano”) con su iglesia y su plaza en forma de rombo (asociado al modelo de la “nueva Jerusalén”); los habitantes de ambos lugares servían en muchas de las casas de la aristocracia limeña, trabajaban en el servicio público de la ciudad o en las encomiendas y tierras agrícolas de los alrededores, esto ultimo, es un ejemplo de esa primera simbiosis entre clases que se dio en la ciudad.

Plano Reconstructivo de Lima en 1613. Con los
barrios de San Lazaro y el Cercado (Archivo Juan Gunther)
San Lazaro a finales del siglo XIX. Skyscrapercity

Durante más de trescientos años, los grupos de elite ocuparon las mismas casas del centro histórico, de generación en generación, hasta que a finales del siglo XIX se produce un cambio; después de las reformas urbanas del gobierno de Balta, la demolición de las murallas y el inicio de la expansión urbana hacia el sur, las nuevas familias aristocráticas surgidas en la posguerra peruano - chilena, empiezan a ocupar otros espacios urbanos, como los palacetes y departamentos de la avenida Nueve de Diciembre (actual Paseo Colón) con un modelo urbano que emula los Campos Elíseos parisinos; a su vez, estos grupos tenían casa de segunda habitación en los pueblos y balnearios cercanos (como Pueblo Libre, Magdalena, Miraflores, Barranco y Chorrillos) a los que asistían en la época de verano para descansar. Este proceso de desplazamiento urbano continuó de manera más expansiva en las siguientes décadas, cuando una nueva burguesía surgida del boom minero después de la primera guerra mundial, con otros patrones y costumbres mas influenciados por el estilo de vida americano (modelo de vivienda en chalets rodeados de jardines y el uso del automóvil para desplazamientos urbanos) empiezan a desplazarse hacia el sur, surgiendo nuevos barrios como San Isidro y la consolidación de Miraflores y Barranco en los años 20, espacios en los que se producirían procesos de simbiosis urbanos interesantes, como la aparición en el primer caso, del barrio de Surquillo, al otro lado de la carretera a Chorrillos (actual Vía Expresa), el cual fue construido por Tomas Marzano, propietario de esas tierras agrícolas, para familias de escasos recursos, muchos de ellos migrantes que llegaban de la sierra sur o antiguos empleados de las haciendas vecinas. Según Juan Gunther, los habitantes de Surquillo brindaban servicio domestico a las casas de Miraflores, de tal forma que se crearon empresas especializadas para brindar este trabajo, muchos de la cuales aun subsisten; otra actividad importante que surge es el de las ferreterías y mecánicas, los cuales, eran visitados por los habitantes de Miraflores para la reparación de sus autos o la compra de diversos productos, algo similar a la situación que se dio en Barranco, entre las casas y ranchos del litoral y los barrios de Tejadita y Tejada Alta al este, pero con una menor intensidad.

Paseo Colon. Principios del siglo XX. Paseo Colon de Lima - Peru
Paseo Colon en la actualidad. Paseo Colon de Lima - Peru

Paralelamente, hacia mediados de los años 30, el centro histórico empieza a ser abandonado gradualmente por las antiguas elites, siendo este remplazado por comercios de lujo y servicios terciarios (oficinas, bancos, etc.), las casas abandonadas son puestas en alquiler por sus antiguos propietarios a personas de escasos recursos o son ocupadas por migrantes recién llegados de la provincia, lo que generaría la tugurización de estos espacios.

El Country Club. San Isidro. Servicio Aerofotografico Nacional
Miraflores hacia 1929. Skyscrapercity

Para finales de los años 50 y principios de los 60, las nuevas generaciones de la elite limeña empiezan a abandonar los distritos de San Isidro y Miraflores para ir mas al este, ocupando los terrenos agrícolas de Surco y la Molina, con la creación de urbanizaciones tipo ciudad jardín que seguían el modelo de beverly Hills, en la que el uso del automóvil era la norma y en donde, en muchos casos no se diseñaron veredas ni caminos peatonales, aumentando el aislamiento de las relaciones vecinales y generando un ambiente de exclusividad, como los sucedido en las Casuarinas o el Golf los Incas (que  tenía una cancha de golf dentro de la urbanización), ambas en las laderas de los cerros de Monterrico, y finalmente, Rinconada y la Planicie en la Molina, siguiendo el mismo modelo.

Simbiosis. Plano de Surquillo y Miraflores. Skyscrapercity
Miraflores en los años 40. Municipalidad de Miraflores

Al igual que en el siglo XIX, estos grupos sociales tenían viviendas de segunda habitación en otros lugares periféricos de la ciudad; en el caso de la sierra, Chaclacayo, Chosica y el Cuadro (considerado uno de los primeros condominios de su tipo), era los refugios preferidos para buscar el sol en los periodos invernales, y los balnearios del sur chico, surgidos de manera gradual entre los años 30 y 50, como La Encantada y Villa en Chorrillos, Punta Hermosa, San Bartolo, Santa María, Naplo, La Honda y la Quipa, para el periodo de verano.

Las Casuarinas. Foto Gustavo Basso. Panoramico
Casuarinas y Pamplona Alta. Google Earth

Durante la década del 70, surgen al sur de la ciudad urbanizaciones populares para la gente de origen humilde, como Villa el Salvador, Villa María del Triunfo y Pamplona; este último, surge en la ladera sur de los cerros de Monterrico, en el distrito de San Juan de Miraflores, cercano a Casuarinas (que esta ubicado en la ladera oeste del mismo cerro); ambas urbanizaciones, en el transcurso de los años, empiezan a crecer hacia la cumbre, y por ende a acercase, generándose otra simbiosis, debido a que muchos habitantes de Pamplona empezaron a trabajaban en el servicio domestico de Casuarinas. Para mediados de los 80, este ultimo barrio empieza a condomizarce, cercándose con un muro y colocando tranqueras y controles en los accesos, esto fue producto, por un lado, de la inseguridad que se vivía en aquella época ocasionada por la violencia del terrorismo, y por otro lado, para impedir el acceso a cualquier persona de Pamplona a Casuarinas, probablemente por miedo a posibles infiltraciones terroristas (recordemos que en las zonas como San Juan y Villa el Salvador existía gran actividad de Sendero Luminoso y el MRTA), lo que ocasionó una división muy grande entre estos barrios, obligando a muchos de los pobladores que trabajaban en Casuarinas a dar una gran vuelta para entrar por el acceso principal ubicado más al este, en Santiago de Surco. Durante ese mismo periodo, los sectores altos de la sociedad tuvieron un relativo aislamiento y poca demostración de su estilo de vida en el ámbito económico, social y cultural de la ciudad, algo que cambio en la década del 90, cuando el terrorismo empezó a disminuir.

Playas de Asia. Plataforma Urbana
Los balnearios de Asia y a la derecha de la autopista
Santa Cruz de Asia. Google Earth

Desde hace mas de veinte años se ha estado dando una serie de tendencias en la ocupación del territorio por parte de estos grupos sociales; por un lado, Miraflores y San Isidro van perdiendo fuerza como lugares de residencia de las elites urbanas para convertirse en nuevas centralidades de comercio y finanzas, a su vez, se genera un aumento de la densificación en algunas urbanizaciones de estos distritos, en donde las grandes residencias, cuyos propietarios (generalmente parejas mayores de 70 y 80 años cuyos hijos ya han abandonado el hogar) las alquilan para eventos o fiestas, o terminan siendo vendidas para la construcción de condominios o multifamiliares en las que van a vivir tanto sus propios hijos con sus familias, como grupos de otras procedencias, sin perder ese aire de exclusividad y lujo en el que vivieron su padres, algo similar ocurre en Barranco en el litoral marino, Surco y la Molina (el área que ocupa estos distritos junto con San Borja se le conoce como el eje de la riqueza).

Plano del proceso de nomadismo
 y simbiosis urbana en Lima.
Dibujo del autor

Una segunda tendencia se da en el litoral sur de Lima, donde desde finales de los 90, han surgido de manera compulsiva, condominios de playa para sectores A y B, en principio como lugares de segunda habitación para el periodo de verano, como el conocido caso del litoral de Asia, en la que prácticamente en menos de 10 años se ha urbanizado varios kilómetros de playa, de manera expansiva y desordenada, lo que ha generado unos impactos ambientales bastante fuertes. Actualmente, muchas viviendas que originalmente fueron compradas para pasar el verano, ahora son alquiladas por sus propios propietarios, ya que es más rentable mantener una casa con un ingreso fijo mensual que vivir los tres meses de verano con los grandes eso implica (eso sin considerar los gastos de mantenimiento por los nueve meses restantes); algunas residencias ya están siendo usadas para la permanencia todo el año, pero son muy pocas, lo que convierte a Asia en una especie de ciudad (o no ciudad?, ese es el dilema) fantasma, nómade y efímera, solamente usada tres meses del año, como un escenario que se monta para el espectáculo y el glamur veraniego y luego se desmonta, algo que no ocurre en otras ciudades balnearios del mundo, donde existe una permanencia constante y sostenible de las aéreas urbanas. Curiosamente, en el caso de Asia, al igual que ocurrió en el pasado, se da un proceso de simbiosis bastante curioso; al otro lado de la carretera, ha surgido un barrio llamado Santa Cruz de Asia, frente al centro comercial de Asia (mal llamado Boulevard), en la que viven ciento de familias que trabajan tanto en los servicios del mencionado centro, como en el cuidado de las casas de playa durante el periodo invernal, así la historia se repite nuevamente. Finalmente, En estos últimos cinco años, la tendencia de las residencias veraniegas de lujo está empezando ir mas hacia el sur, ahora en Paracas, donde se está dando un desarrollo inmobiliario bastante fuerte con casas de playa y hoteles de lujo frente a la bahía para los ricos y famosos, es el último grito de la moda; sin embargo, de continuar esta tendencia, podríamos llegar hasta Arequipa, Chile o la Antártida.

Como conclusión, podemos ver que a lo largo de la historia de Lima, espacialmente en el siglo pasado y el presente, se ha dado un desplazamiento gradual y rítmico en la ocupación residencial de los grupos de poder económico, de manera fragmentada, desordenada y discontinua, siguiendo modelos, tendencias y modas que cada sociedad ha gozado en su momento, a diferencia de otras ciudades donde existen zonas bastante definidas y zonificadas para estos grupos. Podemos así identificar cuatro etapas de ocupación:

1. El centro fundacional y el Paseo Colon (1535 – 1920).
2. Desde el centro fundacional hacia el sur, San Isidro y Miraflores (1920 – 1960).
3. Ocupación hacia el este, urbanizando las laderas y cerros de Surco y la Molina (1960 – 1990).
4. Fuera del área metropolitana, siguiendo el litoral sur, Puerto Viejo, San Antonio, Asia y alrededores, Paracas (1990 – 2013).

Paralelamente se dan algunos procesos de simbiosis, donde los barrios servidores (Cercado, San Lázaro, Surquillo, Pamplona, Santa Cruz de Asia), abastecen a los barrios servidos (Centro Histórico, Miraflores, Casuarinas y Asia), generándose un fenómeno urbano bastante curioso. Finalmente, podemos decir que a medida que un nuevo lugar o espacio de elite surge, los otros pierden vigencia, se transforman o finalmente entran en un periodo de deterioro urbano.

martes, 8 de enero de 2013

Barranco y su Metamorfosis Urbana


En este mes, el blog cumple un año de aniversario, motivo para tocar un tema que siempre me ha fascinando, y que esta relacionado al estudio del distrito de Barranco, un lugar  tan particular y lleno de encanto dentro del caótico organismo limeño; un espacio urbano que a pesar de los problemas que tiene, no pierde su identidad tan llena de tradición, centro de la bohemia, el teatro y las exposiciones de arte, la música del bar “la Noche” y las tertulias en el tradicional “Juanitos”; un barrio asociado al romance y la cultura criolla nacional.

Un punto importante dentro del aspecto urbano, tiene que ver con su origen y su forma urbana; a diferencia de otros distritos tradicionales de Lima como Pueblo Libre, Surco, Pachacamac o Carabayllo, Barranco no tiene un nacimiento ligado a las reducciones indígenas, con una estructura en damero perfectamente diseñada, su origen fue muy posterior y tuvo un crecimiento más espontaneo e irregular, adaptado a la topografía y las quebradas que bajaban a la playa, con una arquitectura republicana muy particular de casas rancho y viviendas de estilos neoclásicos, esto ligado a su relación visual con el mar y su posición sobre el acantilado, generando una percepción urbana única e indescriptible.

Barranco. Google Earth.

Barranco se ubica en la zona sur del área central de Lima, sobre los barrancos que dan a la Costa Verde (motivo por lo que se le da el nombre al distrito). Su geografía está definida por cuatro elementos importantes, una llanura de baja pendiente que forma parte del cono de deyección del valle del Rímac, y en la cual se asienta el distrito. El acantilado con una altura entre 40 y 50 metros y que forma una barrera natural entre la ciudad y la playa, ambos comunicados por una red de quebradas, que caen de manera perpendicular, de las cuales la más importante es la bajada de los baños. Otro elemento importante es la playa misma, formada recién hace mas de 40 años por los desmontes dejados cuando se construyo la Vía Expresa, ya que hasta ese entonces el mar llegaba casi a los pies del acantilado y finalmente el Océano Pacifico.


Cuando estudie la metamorfosis urbana del lugar, note que esta tenía básicamente cuatro etapas de crecimiento urbano bastante definidos:

1. Etapa Pre Urbana.- este periodo inicial es correspondiente a las épocas prehispánica y colonial, que se inicia con la implementación del sistema de canales en el valle del Rímac para aumentar la frontera agrícola; uno de estos canales, el de Surco, construido posiblemente por la etnia Ichma en el siglo XII d.c. llegaba a las tierras donde hoy se encuentra Barranco, de está salieron los ramales conocidos como Comuco ubicado al norte y Talana, este ultimo llegaba hasta Chorrillos y delimitó el lado este del territorio barranquino por los próximos siglos. Los canales están asociados a unas edificaciones prehispánicas probablemente de origen ichma, como la huaca la Viñita, ubicada al costado de la quebrada de Armendáriz y relacionada con el canal de Comuco, y la Huaca Tejadita ligada a la acequia Talana.



Otro punto importante es la red de caminos prehispánicos que existía en el territorio, definido principalmente por dos vías importantes, un camino norte – sur (actual avenida Grau) que comunicaba el Santuario de Lima con Armatambo, dos importantes centros de la cultura Ichma y la vía este – oeste, que conectaba el asentamiento de Ydcay (1), donde actualmente se asienta el pueblo de Surco y el mar, cruzando la acequia de Talana, siguiendo la dirección de las actuales calles F. Roosevelt, Salaverry Carrillo, Unión y Domeyer, terminando este en una antigua quebrada de difícil acceso que conducía al mar y que era usado por los pescadores de Ydcay. Este cruce de caminos es crucial en la posterior génesis de Barranco, debido a su posición céntrica en el territorio y sobre todo por la importancia que adquirió la vía hacia Armatambo, que se convirtió con la llegada de los incas en un ramal del camino de la costa y que durante la colonia sería usado bastante por viajeros y veraneantes para visitar Miraflores y Chorrillos.

Hacia mediados del siglo XVIII, el territorio se fue fragmentando en pequeños fundos conocidos como Pacayares, y que fueron configurando la estructura rural del territorio, una de estas parcelas, la de Cesareo Agustín la Torre, estaría ligado al origen de Barranco como asentamiento urbano.

La Ermita de Barranco. Foto Enrique Cortes

2. Génesis Urbana.- El origen de Barranco, está relacionado a un milagro asociado a la aparición de una imagen de cristo en los terrenos del Pacayar de Agustín la Torre, junto a la bajada Domeyer y cerca al cruce de caminos que estructuraban el territorio hacia finales del siglo XVIII, motivo por lo cual se construye una Ermita dedicada a la santísima cruz en ese lugar. La ubicación de esta y su accesibidad, además del contexto rural y marino, hiso que muchas personas de Lima fueran asentándose en los alrededores; así, a lo largo del siglo XIX, se generó una urbanización lineal y espontanea teniendo como eje las calle Domeyer y Unión, con una tendencia de crecimiento hacia el este del cruce con el camino a Chorrillos, proceso que se reforzó con la llegada del ferrocarril Lima Chorrillos, que partió el territorio en dos de manera curvilínea. Para 1870, los terrenos entre la Ermita y la calle Domeyer se empiezan a lotizar, con un manzaneo alargado que se organiza alrededor de la plaza bolívar, hoy desaparecida, siguiendo la topografía de la quebradas y los caminos ubicados en el lugar; la apertura de la bajada de baños, de mayor accesibilidad que la quebrada Domeyer, genera una mejor conexión entre el nuevo asentamiento y el mar; así mismo, se empezó a urbanizar el lado sur de la bajada (calle Ayacucho) de manera todavía espontanea, por lo que se vio en la necesidad de construir el puente de los suspiros, que hoy conecta ambos frentes. Finalmente, en 1881, la estructura urbana era una formación irregular y axial cuyo eje conector era el camino a Surco (Calle Domeyer y Unión) que unían tanto el núcleo urbano de la Ermita, como los nuevos equipamientos urbanos del mercado y el cuartel, ubicados cerca del cruce de caminos y la estación del ferrocarril, este último con una tendencia de urbanización bastante fuerte; estos elementos fueron referencias muy importantes en el balneario durante ese periodo.


Bajada de Baños. Foto Enrique Cortes

3. Adolescencia o Crecimiento.- esta etapa empieza en 1881 con el saqueo y destrucción que sufre Barranco durante la guerra con Chile, posteriormente se da un proceso de reconstrucción urbana, seguido de un fenómeno de consolidación del núcleo original y un crecimiento expansivo y disperso hacia el nor - este, con la formación de tejidos irregulares cuyos ejes importantes eran el camino de surco (calles Domeyer, Unión, Salaverry y Roosevelt), el camino a Chorrillos (avenida Grau) y la línea del Ferrocarril (avenida Bolognesi) . En 1900, surge en el lado sur de la bajada de baños el parque central con el palacio municipal, en el cruce de la avenida Grau y la nueva carretera a Chorrillos (actual avenida Pedro de Osma), generándose un nuevo nodo central que entra en competencia con el antiguo núcleo de la plaza Bolívar y la Ermita. Hacia el norte y este surgen tres nuevos barrios, Saenz Peña, San Francisco y el barrio de la Plaza la Victoria (actual Plaza Raimondi), estos se organizan de manera casi regular alrededor de espacios públicos importantes; en el caso de Sáenz Peña, ubicado al norte de la calle Domeyer, se desarrolla a lo largo del malecón de los Ingleses y la alameda Sáenz Peña, con un tejido relativamente regular y alargado siguiendo el sentido de la línea de costa; el barrio San Francisco se estructura de manera casi axial y en diagonal hacia la avenida Grau, sobre un eje (calle San Marcos) que remata en la plaza e iglesia del mismo nombre, y el barrio de la plaza de la Victoria, al otro lado del la línea del ferrocarril, se define alrededor de la misma, en pleno camino hacia Surco, con una organización irregular y espontanea. Curiosamente, las plazas san Francisco y la Victoria siguen un modelo espacial parecido a la plaza Vendome en Paris y la Plaza San Martin en Lima, que luego sería usado en el diseño del parque Buttler (2), en el barrio Tejada Alta, un estilo propio del urbanismo clásico francés del siglo XVIII, aplicado a la trama urbana barranquina. Paralelamente, el eje de la avenida Pedro de Osma también se va urbanizando hacia el sur de manera más dispersa que en el norte.


Parque Central de Barranco. Foto Enrique Cortes

Para 1921 el área conformada por el núcleo original y los tres barrios mencionados están en un proceso de consolidación, Barranco cuenta con nuevos equipamientos como colegios, iglesias y un servicio de baños municipales en la playa; surge un segundo proceso urbanizador hacia el norte y el este con la lotización por un lado del pacayar de la Condesa y sus parcelas vecinas, y por el otro de la hacienda tejada alta, ubicada esta ultima al otro lado de la línea del ferrocarril; en el caso de la Condesa, esta fue lotizada por varias compañías urbanizadoras, generándose diferentes tejidos urbanos irregulares e islas rusticas, en el caso de Tejada alta, la urbanización fue más ordenada, organizada alrededor del parque buttler, siguiendo el modelo en damero de manzanas rectangulares. El proceso urbanizador en estas zonas fue bastante lento y duró hasta bien entrada la década de los 30.



A inicios de la década del 40, gran parte del territorio municipal estaba urbanizado, quedando algunos zonas agrícolas libres en los limites periféricos, la estructura urbana se había modificado, pasando de un sistema lineal este - oeste a una configuración casi alargada en sentido norte - sur con las avenidas Grau y Bolognesi (antiguo ferrocarril Lima Chorrillos) como ejes ordenadores del espacio, y un eje secundario que es la avenida Pedro de Osma en el lado sur. Si bien la Ermita seguía siendo la principal centralidad, su jerarquía se va perdiendo por el surgimiento de nuevos espacios importantes como el Parque central, la Plaza san Francisco, cuya iglesia original era la única en su tipo en toda Lima, con cuatro torres extremas (después fue demolida para construirse la iglesia actual) siendo un referente importante en el distrito, la Plaza de la  Victoria y la Alameda Sáenz Peña.

4. Consolidación o Adultez.- El terremoto de 1940 destruye gran parte del núcleo original de barranco y muchos ranchos quedan destruidos, por lo que se decide demoler gran parte de las edificaciones ubicadas en esta zona, junto con la plaza Bolívar, para crear un gran parque lineal y conectar visualmente el parque central con el puente de los suspiros y el mar; además se amplió la avenida San Martin con un puente sobre la bajada de baños, conectándose con la avenida Pedro de Osma; esto causo la desaparición de un patrimonio edificado importante y por ende, la imagen urbana se vio fuertemente afectada. Paralelamente, al desaparecer esta zona, el principal nodo urbano se traslada definitivamente al parque central con sus nuevos equipamientos urbanos (la iglesia parroquial y la municipalidad); sin embargo, la iglesia de la Ermita no llegó a ser demolida y es hasta el día de hoy uno de los pocos hitos de identidad importantes que mantiene el distrito, el Genius loci Barranquino.


En los últimos 60 años, Barranco se consolidó en gran parte de su territorio, finalizando su expansión hacia los limites distritales, se construyeron nuevas vías como la Vía Expresa y su conexión con el mar por la quebrada de Armendáriz hacia el nuevo circuito de playas de la Costa Verde; a su vez, se edifican nuevo equipamientos deportivos como el estadio Municipal de Barranco al sur en el límite con Chorrillos y el complejo deportivo Gálvez Chipoco al norte, entre la avenida Grau y la quebrada de Armendáriz, ambos en los extremos del distrito. Surgen al norte la urbanización San Luis, cerca al antiguo canal de Comuco y la entrada a la Vía Expresa, con una trama irregular y un modelo propio de la ciudad jardín americana, la urbanización Confraternidad en los terrenos de la Viñita junto a la quebrada de Armendáriz, con una configuración mas irregular que la de San Luis, organizándose ambas alrededor de un parque, y la urbanización Fundo Tejadita al este con una organización también irregular pero carente de un espacio publico importante. Paralelamente se da un proceso de deterioro urbano debido tanto a la demolición de muchas casonas antiguas como a la presión inmobiliaria que desde los años 60 se ha desarrollado en el distrito, proceso que se da hasta el día de hoy con la densificación en altura de nuevos multifamiliares para sectores A y B, encima de los acantilados, en zonas de protección paisajista, lo que ha traído grandes problemas de contaminación visual, generado un gran deterioro urbano; por otro lado, los barrios ubicados en la parte nor- este del distrito como Tejada Alta y Fundo Tejadita, tienen grandes problemas en salubridad, viviendo en condiciones de tugurización e inseguridad urbana bastantes preocupantes. Este proceso de división entre el oeste y este, entre zonas de mayor poder adquisitivo y sectores de escasos recursos, es un fenómeno que se da desde principios del siglo XX, definido por los trazados de las avenidas Grau y Bolognesi, situación que se da en otros sitios de Lima y que forma parte de la urbanística peruana durante siglos.


Una de las ultimas situaciones que han ocasionado gran malestar en la población es la ocupación de equipamientos y comercios en las zonas destinadas a playa de manera ilegal en litoral barranquino; y por otro lado, la construcción del tramo sur del metropolitano que va por la avenida Bolognesi, que ha generado una barrera muy fuerte separando aun más el oeste y el este del distrito, impidiendo la accesibilidad peatonal y vehicular entre ambos sectores. A pesar de todo, Barranco sigue siendo uno de esos lugares acogedores para caminar, un oasis dentro de la vorágine y el estrés nuestra metrópoli limeña.

Fuentes:
(1) Charney, Paul. “Indian Society in the Valley of Lima, Peru, 1532 - 1824”. University Press of America. Boston. 2001. Pag 61.
(2) Los ingresos a La Plaza Vendome se dan por una vía que tiene dos nombres, la Rue de Castiglione y la Rue de la Paix, que la parte por la mitad, en su lado mas corto. Es un ejemplo típico del urbanismo clásico francés y que es usado como referente en otros proyectos urbanos.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Luis Dórich Torres, urbanista

Soc. Antonio Rengifo Balarezo

Pocos saben que Luis Dórich, el patriarca del urbanismo peruano, fue en su juventud el “destructor” de una utopía al convertirla en realidad, porque él es el autor del planeamiento urbano de la Unidad Vecinal Nº 3 denominada la ciudad hogar. Aunque posteriormente trazó varias urbanizaciones su nombre está asociado, sobre todo, a la Unidad Vecinal Nº 3.

Mencionar a Dórich es, por antonomasia, evocar la caballerosidad y al urbanista.  Trata a toda clase de personas con urbanidad. Es decir, acorta las distancias sociales subliminalmente; es distinguido y fino especialmente con mujeres y niños; a su alrededor, las personas se desinhiben. Aunque no se lo proponga, se siente su humilde prestancia.

No hace ostentación de su sabiduría ni aparenta ser un destacado profesional, pues simplemente él es el urbanismo. Como pocos, ha logrado el ideal de la humanidad, es decir, en él, trabajo y placer están unidos. Es un hombre, me aventuro a decir, sin frustraciones, realizado. Quizá de ahí provenga su carácter afable y longevidad.

            Luis Dórich y Antonio Rengifo en la oficina de Dórich.
                                   (Foto Antonio Rengifo)
Su familia

Nació en Mollendo, Arequipa, el 20 de diciembre de 1915.  (El haber nacido y criado en una ciudad porteña, seguramente, le amplió el horizonte social). Su bisabuelo, Tomás, era croata de la ciudad de Costrena, un pequeño puerto en el mar Adriático.  Fue navegante tuvo una flota de veleros para hacer la travesía entre Europa y América.

Uno de los hijos de Tomás, Alejandro, fue su abuelo; también navegante, nació en La Coruña, Galicia ahí radicó por un tiempo. En uno de sus viajes a América, pasando por el estrecho de Magallanes, llegó a Mollendo y luego a Arequipa en donde se afincó y se casó con una arequipeña.

Su padre Luis Dórich Meneses, nació en Islay; fue administrador de la hacienda El Pino en el valle del Tambo, en la Punta de Bombón. Mollendo en ese entonces, era el puerto más importante de la región.

En Mollendo cursó sus estudios primarios y la mitad de la secundaria, la otra mitad en el colegio Independencia de Arequipa.  Al terminar la educación secundaria, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad de San Agustín de Arequipa, que fue clausurada por la dictadura del Mariscal Oscar R. Benavides. Regresó a Mollendo en donde estuvo cachueleando por corto tiempo para luego partir al extranjero.

Tiene tres hijos, Ricardo y Erik, de su primer matrimonio con una dama sueca; y Roberto, de su segundo matrimonio con una peruana barranquina. (Nunca se olvidó de su tierra natal, y después de un largo periplo, visita Mollendo. El 10 de julio de 1981 el alcalde de la municipalidad le otorga un diploma declarándolo hijo predilecto de Mollendo)

Fernando Belaunde Terry y Antonio Rengifo Balarezo
Jr. Conde de la Monclova, San Isidro, Lima
(Foto Antonio Rengifo)

Estudiante universitario

Para continuar sus estudios viajó en 1934 a Suiza en donde residía una tía, hermana de su padre. En la Escuela de Ingenieros de Lausana cursó estudios de Matemáticas y Diseño Técnico. Luego, en 1937, se fue a París, a La Sorbona, ahí estudió en la Escuela Especial de Arquitectura y en el Instituto de urbanismo. Residió en el pabellón Argentino de la ciudad universitaria, pues los únicos países latinoamericanos que tenían un pabellón en dicha ciudad eran Cuba y Argentina.

En 1938, el joven Dórich, a nombre de los estudiantes latinoamericanos, le cursó una carta de felicitación al presidente de México, Lázaro Cárdenas, por haber nacionalizado el petróleo.  Carta que fue contestada por el propio Presidente a nombre de su país, agradeciéndole el gesto de solidaridad. Su inquietud por el urbanismo lo condujo a informarse, en la residencia universitaria argentina, que el arquitecto de la Paollera instituyó el Día Mundial del Urbanismo en Buenos Aires.

Ante la inminencia del estallido de la Segunda guerra Mundial, el gobierno francés dio un plazo perentorio para que los extranjeros abandonaran París. Se embarcó en el puerto de La Rochelle el 28 de julio 1939 para regresar al Perú. El 1ro. de setiembre estalló la guerra. 

Ya en Lima, a comienzos de 1940, en una reunión social conoció al Ing. Alberto Jochamowitz, Director de la Oficina de Obras Públicas del Ministerio de Fomento; quien simpatizó con él, al saber que había estudiado en París en el Instituto de Urbanismo, tan igual como él.  Y lo invitó a trabajar en el Ministerio.  Propuesta que Dórich aceptó.  Ahí trabajó con los arquitectos Carlos Morales Machiavello, Alfredo Dammert Muelle, Eugenio Montagne, Manuel Valega Sayán y otros más.

Fernando Belaúnde, Anita Botteri, esposa de Alberto Andrade, alcalde de Lima y Luis Dórich
en la Unidad vecinal No.3. Celebración del 50 aniversario de nuestra “ciudad hogar”.
(Foto Antonio Rengifo)

El primer peruano en obtener una maestría en Planeamiento Urbano

Durante la II Guerra Mundial, EE.UU., aunque no había aún entrado a la guerra, propició, previsoramente, un acercamiento con los países latinoamericanos. Para tal fin, instituyó la política exterior llamada del Buen Vecino. Dentro de ella, otorgaba becas a los profesionales latinoamericanos que quisieran perfeccionarse o terminar estudios en EE.UU.  Apenas apareció el anuncio Dórich se fue a la Embajada y obtuvo la primera beca. El quería ir al Instituto de San Francisco de California, que era la única universidad que él conocía.  Sin embargo, aceptó el Instituto Tecnológico de Massachusetts por sugerencia de su entrevistador. Ahí obtuvo el Grado de Master en Planificación Urbana el 28 de febrero de 1944 con la tesis: Basis for a city planning procedure in Peru (Bases para instituir el planeamiento urbano en el Perú). Ahí expresa su reconocimiento a Frederick Adams, director de estudios de Planificación urbana e hijo del célebre urbanista inglés Thomas Adams.

A su retorno, se reincorporó al Ministerio de Fomento, asumiendo el cargo de Jefe del Departamento de Planeamiento Urbano.  Y empieza un periodo especialmente fecundo. 

La creación de la Oficina Nacional de Planeamiento y Urbanismo (ONPU)

Las propuestas de los urbanistas siempre necesitan del apoyo del poder político para materializarse. Felizmente, en el Perú, las masas populares irrumpen en 1945 en el escenario político con El Frente Democrático Nacional, las que conducen a la Presidencia de la República al Dr. Luis Bustamante y Rivero y a una diputación por Lima al arquitecto Fernando Belaúnde Terry, quien había elaborado el Programa de Vivienda del Frente. Entre los objetivos de dicho Programa estaban los siguientes: crear una entidad dedicada exclusivamente al urbanismo y construir Unidades Vecinales para contribuir a la destugurización de los barrios antiguos de Lima.

Ya Diputado de la República, Fernando Belaúnde fue convocado por el presidente Bustamante para otorgarle carta blanca para plasmar inmediatamente su Programa de vivienda.  Belaúnde le solicitó otra reunión, pues él dijo que respondía a un equipo: Alfredo Dammert, Carlos Morales Machiavello, Manuel Valega Sayán, Luis Dórich, Eugenio Montagne y Juan Benites.  En esa reunión Beláunde le encargó a Dórich el proyecto de creación de una entidad de urbanismo, en mérito al contenido de su tesis de Maestría.  Inmediatamente, empezó a elaborar el reglamento de organización y funciones que sirvió como insumo para la redacción del proyecto de ley.

Rápidamente se promulgó la Ley 10723, creando El Consejo Nacional de Urbanismo; integrado por el Ministro de Fomento y Obras Públicas, el Director de Obras Públicas, el Alcalde de Lima, un representante de las Sociedades Geográfica, Arquitectos, Ingenieros, etc. Dicha Ley dispuso también la formación de la Oficina Nacional de Planeamiento y Urbanismo, su órgano ejecutivo, tal como figuraba en la tesis de Dórich.

El Ministro de Fomento Michel Fort lo llamó a su despacho para anunciarle que el Presidente de la República lo había propuesto para el cargo de Director de la nueva Oficina Nacional de Planeamiento y Urbanismo, órgano ejecutivo del Consejo. Dórich aceptó y mostró su propuesta ya elaborada en la que figuraba el cuadro de asignación de personal y la escala de sueldos respectiva.  Acá se suscitó un dialogo insólito

-Ministro:    ¿cuál es el sueldo que piensa asignarse?
-Dórich:     4,000 soles
-Ministro:  ¡¿Cómo?!  ¡¿Sí yo gano 3, 500 soles?!
-Dórich:    ¡Y yo qué culpa tengo que Ud. gane tan poco!
-Ministro:  ¡Ahhh!  (gesto de sorpresa, pero permisivo)

La primera preocupación de Dórich para tener libertad de movimientos fue buscar un local fuera del Ministerio.  Lo logró a través de su amigo, el Arq. Manuel Valega, quien era gerente de la flamante Corporación Nacional de la Vivienda, Valega le cedió el tercer piso del edificio que ocupaba.

La Unidad Vecinal No.3

A partir del término de la II Guerra Mundial empieza el auge del urbanismo.  En Europa se reconstruyen las ciudades arrasadas y los movimientos sociales están en ascenso pugnando por mejores condiciones de vida. 

Fueron los ingleses quienes concibieron la idea de las Unidades Vecinales (Neighbourdhood Unity), al reconstruir la ciudad de Londres, bombardeada durante la guerra.  Las Unidades Vecinales no se conocían en ninguna parte del mundo.  Según la teoría de los ingleses una ciudad debería crecer en unidades orgánicas, con todos sus servicios y equipamiento.

El volumen de dicho estudio le fue enviado a Dórich, quien difundió la novísima concepción en el curso de Urbanismo que dictaba en el recién fundado Instituto de urbanismo.  (Creado por Fernando Belaúnde y Luis Dórich).  A Belaúnde le gustó la idea y en sus discursos políticos propuso la construcción de cinco Unidades Vecinales a lo largo de la Av. Colonial.

“Muchachos” de los blocks 54 y 56 de la unidad Vecinal Nº3 Lima.
(Foto Antonio Rengifo)

El Plan original contenía cinco Unidades vecinales a ambos lados del eje de la Av. Colonial que une El Callao con Lima y cerca de la Av. Argentina, que era la zona fabril. Se empezó por LA UNIDAD VECINAL No. 3: porque ya había un terreno expropiado para el proyectado estadio nacional y sobraba un área; en cambio, la ubicación de las otras Unidades Vecinales, necesitaba un proceso tedioso para lograr su expropiación.


Los valores que orientaron la mano prodigiosa de los diseñadores fueron dos: Justicia social y la prevención de daños a la salud. 

Las ideas se intercambiaban en las sesiones iniciales del equipo; en las cuales también participaba el Arquitecto Fernando Belaúnde, al escaparse de sus actividades parlamentarias. Belaúnde fue el gran animador y facilitador de la obra. Arrasó con todas las barreras políticas que se oponían.

Antonio Rengifo, Andaluz, Alfredo Geldres, Alfredo Ballón, Alfredo Prieto (Sentados de izquierda a derecha). José Stuard (a) Pancito, El Zambo Alfonso Costa, Alberto Aguinaga (a) El Gallo, y Joaquín Hidalgo. Otrora muchachos de la Unidad Vecinal No. 3.-En una de las reuniones mensuales. Club Lambayeque, Miraflores.
(Foto Antonio Rengifo)

Luis Dórich trabajaba en esa época en la Sección de Estudios urbanos de la Dirección de Urbanizaciones del Ministerio de Fomento. Fue él quien hizo el planteamiento urbano, el que generó la visión de conjunto.  A los otros miembros del equipo se les asignaron las diferentes secciones y zonas del diseño de lo que llegaría a ser la mítica Unidad Vecinal No. 3. En el diseño de obras menores también participaron alumnos destacados del último año de arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería tales como Santiago Agurto, Roberto Wackeham y otros.


El equipo trabajó sigilosamente en un salón exclusivo y contiguo al del Ministro.  Nadie más que ellos podían entrar a dicha sala de trabajo. Eran los únicos que tenían la llave de acceso. Esa forma de trabajo algo misteriosa se debió al carácter subversivo de su proyecto.  Estaban transgrediendo la normatividad urbana; los mismos que deberían velar por su cumplimiento.  En efecto, por primera vez se dejaba de lado, en el trazado urbano, los ejes centrales en los cuales se inscribe una cuadrícula, una especie de parilla.

En una superficie de 30 hectáreas se diseñó una ciudad hogar con equipamiento completo para 1,112 familias, esto es 5,500 ó 6,000 habitantes. Todas las edificaciones fueron trazadas a escala humana para elevar el espíritu de sus habitantes. Todas las vías al interior son peatonales para evitar las tensiones y temores de los transeúntes. Por consiguiente, a todos los servicios, simplemente se accede caminando; y además, no existen barreras urbanas que impidan el acceso a los discapacitados, ancianos y niños, mujeres en cinta, personas con sus coches de bebe, etc. (La glorieta, La Posta médica, el mercado, el cine-teatro, etc., tienen una rampa de acceso).

Los mismos amigos de la foto anterior con la asistencia de Domingo Carrera Linares (de espalda a la columna). Reunión mensual; club Terrazas de Miraflores.NOTA: La joven que abraza el Zambo Costa es la persona que atendía nuestra mesa. (Foto Antonio Rengifo)

De la superficie total, el 87% corresponde a áreas libres.  Se plantaron dos árboles por cada habitante.  No existe edificación que no tenga vista a un parque. El cerco forestal perimétrico constituye una cortina de salubridad y seguridad a la cual, los vecinos llaman “bosque”.


De los servicios únicamente mencionaré las instalaciones deportivas. Camarines, Canchas de baloncesto, voleibol, fútbol, pista de atletismo y, después, el arquitecto Belaúnde agregó una piscina. Sería extenso describir todas las zonas funcionales de la UV3.  Para poner fin a esta parte, diré que no se descuidaron los detalles.

Mencionaré dos aspectos que se lograron con los carboncillos y el tablero de los diseñadores: barrio y mejoramiento de la calidad de vida. En el barrio todos se conocen; si no personalmente, por lo menos, de vista: los caminos y el acceso a los servicios propician la interacción social. El barrio es una de las instituciones de socialización que influyen decisivamente en la educación, las otras dos: la familia y la universidad o la escuela. En el barrio todos son iguales y se respetan normas, además se gesta una cultura original y un sentido de pertenencia. Pasar de un tugurio a vivir en la UV3, obviamente, mejora las condiciones de vida.  Solamente un indicador de resultados: los niños que nacieron en la UV3 o llegaron bebés lograron mayor estatura que sus hermanos mayores, ya adultos.

Me he detenido en la UV3 por ser una obra ejemplar y ya a sus 50 años pertenece a la mitología del urbanismo.  Y porque Dórich y todo el equipo estuvieron en una etapa de plena vitalidad y porque pusieron su idealismo, sensibilidad social y lo mejor de su conocimiento para que se materializara el ideal de justicia social y de preservación de la salud. Con la UV3 se demostró algo que parecía imposible: que la utopía puede ser realizable.  Bien, con sólo la UV3 ya bastaría para pasar a formar parte de los grandes urbanistas, pero seguiré presentando a Dórich.

La Unidad Vecinal Nº3 ha sido considerada por un grupo de arquitectos entre las mejores obras de todos los tiempos, según la encuesta del diario El Comercio.  Recientemente, Frederick Cooper, Decano de la facultad de arquitectura de la Pontificia Universidad Católica, declaró a El Comercio: entre los programas colectivos hay uno que es el mejor de América latina, la Unidad Vecinal Nº 3.  En 1948 fue pionera de la vivienda económica correctamente entendida…

Otras urbanizaciones

Diseñó la urbanización Selva Alegre en Arequipa, cuya construcción estuvo a cargo de la empresa GRAMONVEL (Ings. Graña, Montero y Velarde). El Ministerio de Fomento tenía un Plan de Construcción de hoteles de turistas. Su contacto con ellos ocurrió de manera fortuita. Fue luego de concluir una conferencia que ofreció en la Universidad de San Agustín sobre planificación urbana. El ingeniero Carlos Montero Bernales se acercó a felicitarlo y le hizo la propuesta para que los asesore en la ubicación y el contexto para un hotel de turistas. Así es como escogieron el fundo Selva Alegre, lugar en donde no había ninguna construcción, todo era terreno de cultivo. Dórich propuso no sólo la ubicación del hotel de turistas, sino también un parque y una urbanización, pues tenía una vista muy bonita. Él diseñó el parque y la urbanización y el arquitecto Emilio Harth-Terré, el hotel de turistas.

También formuló el planeamiento urbano en los terrenos de lo que otrora fuera la hacienda Chacarilla-Santa Cruz de los hermanos Gutiérrez en San Isidro, Lima. Con su visión  de futuro –que caracteriza al urbanista- columbró lo que devino ahora en uno de los centros más dinámicos del comercio, la administración y las finanzas.  (Ovalo Gutiérrez, Miguel Dasso y el Golf). Lo tomaron por loco, pues en San Isidro no había ninguna oficina ni consultorio.  Todos los servicios se concentraban en el centro de Lima.  En el anteproyecto diseñó, tímidamente,  un shopping center pequeño para luego agrandarlo. Pero los propietarios se lanzaron a construir la urbanización tomando su anteproyecto. Y una parte de sus honorarios le fue dada en un terreno en donde luego de tres años formó una compañía inmobiliaria con amigos y  construyó un conjunto de oficinas sencillas por ser algo aventurado en esa época. Nuevamente le dijeron que estaba loco por construir oficinas en San Isidro. (Una de ellas es el lugar en donde hasta hoy día labora).

Sirvió de mediador entre la Corporación Peruana del Santa y la empresa norteamericana Paul Lester Winner y José Luis Sert que diseñó el Plan Regulador de Chimbote. Ahí trabó amistad con Sert, arquitecto catalán y profesor de la Universidad de Harvard.

En 1957 elaboró los Estudios urbanísticos de los terrenos del ex aeropuerto Limatambo, propiedad de la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (CORPAC). En ese Estudio abarató los costos de urbanización al aprovechar las pistas del entonces aeropuerto para trazar las avenidas.

Labor docente (Forjador de urbanistas)

Al poco de tiempo del funcionamiento de la Oficina Nacional de Planeamiento Urbano (ONPU), dictó, por primera vez en el Perú un curso de urbanismo. Para dar el ejemplo de la importancia del curso y atraer alumnos, el primero en matricularse fue el arquitecto Fernando Belaúnde. Luego de conformase un plantel de profesores de urbanismo en ONPU, estos fueron acogidos, en 1951, por la Universidad Nacional de Ingeniería. Dicha universidad se constituyó en el primer Centro académico de enseñanza de Planeamiento urbano en Latinoamérica.

Fue profesor principal durante 15 años de Urbanismo y Planeamiento Urbano (1947-62) en la Facultad de Arquitectura de la UNI. También fue profesor en las Universidades de Sao Paulo, México y Consultor técnico en la CEPAL en Santiago de Chile.

Distinciones

Ha merecido las siguientes distinciones:  Profesor Emérito de la Universidad Nacional de Ingeniería, Miembro Honorario Correspondiente del Instituto Real de Planificación Urbana de Inglaterra, Socio correspondiente del Centro Paraguayo de Ingenieros y Miembro Honorario del Instituto de Urbanismo del Perú.

Asociaciones profesionales

Está afiliado a las siguientes asociaciones profesionales:  Asociación Mundial de Vivienda Rural, American Society of Planning Officials, Sociedad Interamericana de Planificación, Asociación Peruana de Vivienda y Asentamientos Rurales, Unión internacional de Gobiernos Locales (IULA), Consultores Internacionales en Salud, Miembro honorario del Colegio de Arquitectos del Perú, etc.

Participación en Misiones y eventos

Ha desempeñado diversas misiones de asistencia técnica encomendadas por la Oficina Panamericana de la Salud, OEA, NN UU y el Banco Mundial en varios países latinoamericanos.  Así como también labores de consultoría.

Ha participando en reuniones nacionales, panamericanas y mundiales en diversos países ofreciendo aportes mediante ponencias e informes cuya temática es la que sigue: renovación urbana, aspectos sanitarios de la vivienda, vivienda rural, normas mínimas de urbanización y construcción para los países del Caribe, etc.

Publicaciones

Así como maneja el carboncillo a mano alzada, también esgrime la pluma.  Es autor de diversos artículos y publicaciones en asuntos de su especialidad. Director y fundador de la revista técnica Plaza Mayor. Y es autor del libro de notable diagramación y contenido:  Al Rescate de Lima, la evolución de Lima y sus planes de desarrollo urbano; publicado en 1996.  Es fuente de consulta ineludible, no solo para urbanistas, sino para epidemiólogos.  (Ejemplo:   la tesis de Maestría del Dr. Nazario Silva: Prevalencia de asma bronquial asociado a niveles de PTS en Lima metropolitana).  Actualmente está preparando una monumental obra sobre el manejo del territorio en el Perú.

Arq. Fernando Belaúnde Terry en la biblioteca de su casa, en san Isidro.
(Foto Antonio Rengifo)

Una ancianidad saludable y productiva

No es necesario apelar a la historia para citar los casos de grandes hombres que han disfrutado de una larga existencia sin menoscabo de su impulso creativo; aquí, al alcance de nuestra mano tenemos un ejemplo que emociona gratamente: Luis Dórich en su oficina, su lugar de trabajo.  Se preguntarán ¿cuál es el secreto de Luis Dórich?  Las respuestas son diversas: facultad innata, ingiere alguna sustancia prodigiosa, milagro, su estilo de vida, etc.  Indudablemente, todas las respuestas aportan algo, pero lo fundamental es el arte de alimentar su cerebro. Es decir, ha sabido estimularse con un conjunto de intereses intelectuales y afectivos durante toda su vida. Y, seguramente, sin vacaciones; puesto que quien goza y está satisfecho con su trabajo no necesita vacaciones. ¡Imagínense!  Hace ya más de cincuenta años que diseñó el planeamiento urbano de la UV3 y su cerebro aún continúa bullente!.

Dórich, como pocos, ha logrado en su vida personal unir el trabajo y el placer. Es un hombre, me aventuro a decir, sin frustraciones, realizado. Quizá de ahí provenga su carácter afable y su longevidad

Antes de finalizar esta breve semblanza, quiero advertir lo siguiente. No vaya a creerse que cuando he dicho que en Dórich está unido el trabajo con el placer; que fuese adicto al trabajo per se; pues, no. Tratándose de Dórich, hasta el ocio es digno y creativo.  Dórich le hizo una jugarreta al sistema social para crearse un microclima y perdurar en buenas condiciones. 

Que las nuevas generaciones de urbanista aprecien en Dorich la coherencia entre el hombre y su obra. Y rescaten el valor de la caballerosidad encarnado en su persona; cuya estampa está nimbada por su humilde prestancia.

Este Artículo fue escrito el 14/11/02 y publicado en la revista “ARQUITEXTOS” de la facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo Palma. Nº 17  Lima, mayo del 2004.

Antonio Rengifo Balarezo es Sociólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, escritor e investigador, a publicado diferentes libros y artículos sobre diferentes temas, tanto de la actualidad peruana  como de nuestro pasado reciente, ha sido docente en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Facultad de arquitectura de la Universidad Ricardo Palma y en otros centros académicos.