martes, 8 de enero de 2013

Barranco y su Metamorfosis Urbana


En este mes, el blog cumple un año de aniversario, motivo para tocar un tema que siempre me ha fascinando, y que esta relacionado al estudio del distrito de Barranco, un lugar  tan particular y lleno de encanto dentro del caótico organismo limeño; un espacio urbano que a pesar de los problemas que tiene, no pierde su identidad tan llena de tradición, centro de la bohemia, el teatro y las exposiciones de arte, la música del bar “la Noche” y las tertulias en el tradicional “Juanitos”; un barrio asociado al romance y la cultura criolla nacional.

Un punto importante dentro del aspecto urbano, tiene que ver con su origen y su forma urbana; a diferencia de otros distritos tradicionales de Lima como Pueblo Libre, Surco, Pachacamac o Carabayllo, Barranco no tiene un nacimiento ligado a las reducciones indígenas, con una estructura en damero perfectamente diseñada, su origen fue muy posterior y tuvo un crecimiento más espontaneo e irregular, adaptado a la topografía y las quebradas que bajaban a la playa, con una arquitectura republicana muy particular de casas rancho y viviendas de estilos neoclásicos, esto ligado a su relación visual con el mar y su posición sobre el acantilado, generando una percepción urbana única e indescriptible.

Barranco. Google Earth.

Barranco se ubica en la zona sur del área central de Lima, sobre los barrancos que dan a la Costa Verde (motivo por lo que se le da el nombre al distrito). Su geografía está definida por cuatro elementos importantes, una llanura de baja pendiente que forma parte del cono de deyección del valle del Rímac, y en la cual se asienta el distrito. El acantilado con una altura entre 40 y 50 metros y que forma una barrera natural entre la ciudad y la playa, ambos comunicados por una red de quebradas, que caen de manera perpendicular, de las cuales la más importante es la bajada de los baños. Otro elemento importante es la playa misma, formada recién hace mas de 40 años por los desmontes dejados cuando se construyo la Vía Expresa, ya que hasta ese entonces el mar llegaba casi a los pies del acantilado y finalmente el Océano Pacifico.


Cuando estudie la metamorfosis urbana del lugar, note que esta tenía básicamente cuatro etapas de crecimiento urbano bastante definidos:

1. Etapa Pre Urbana.- este periodo inicial es correspondiente a las épocas prehispánica y colonial, que se inicia con la implementación del sistema de canales en el valle del Rímac para aumentar la frontera agrícola; uno de estos canales, el de Surco, construido posiblemente por la etnia Ichma en el siglo XII d.c. llegaba a las tierras donde hoy se encuentra Barranco, de está salieron los ramales conocidos como Comuco ubicado al norte y Talana, este ultimo llegaba hasta Chorrillos y delimitó el lado este del territorio barranquino por los próximos siglos. Los canales están asociados a unas edificaciones prehispánicas probablemente de origen ichma, como la huaca la Viñita, ubicada al costado de la quebrada de Armendáriz y relacionada con el canal de Comuco, y la Huaca Tejadita ligada a la acequia Talana.



Otro punto importante es la red de caminos prehispánicos que existía en el territorio, definido principalmente por dos vías importantes, un camino norte – sur (actual avenida Grau) que comunicaba el Santuario de Lima con Armatambo, dos importantes centros de la cultura Ichma y la vía este – oeste, que conectaba el asentamiento de Ydcay (1), donde actualmente se asienta el pueblo de Surco y el mar, cruzando la acequia de Talana, siguiendo la dirección de las actuales calles F. Roosevelt, Salaverry Carrillo, Unión y Domeyer, terminando este en una antigua quebrada de difícil acceso que conducía al mar y que era usado por los pescadores de Ydcay. Este cruce de caminos es crucial en la posterior génesis de Barranco, debido a su posición céntrica en el territorio y sobre todo por la importancia que adquirió la vía hacia Armatambo, que se convirtió con la llegada de los incas en un ramal del camino de la costa y que durante la colonia sería usado bastante por viajeros y veraneantes para visitar Miraflores y Chorrillos.

Hacia mediados del siglo XVIII, el territorio se fue fragmentando en pequeños fundos conocidos como Pacayares, y que fueron configurando la estructura rural del territorio, una de estas parcelas, la de Cesareo Agustín la Torre, estaría ligado al origen de Barranco como asentamiento urbano.

La Ermita de Barranco. Foto Enrique Cortes

2. Génesis Urbana.- El origen de Barranco, está relacionado a un milagro asociado a la aparición de una imagen de cristo en los terrenos del Pacayar de Agustín la Torre, junto a la bajada Domeyer y cerca al cruce de caminos que estructuraban el territorio hacia finales del siglo XVIII, motivo por lo cual se construye una Ermita dedicada a la santísima cruz en ese lugar. La ubicación de esta y su accesibidad, además del contexto rural y marino, hiso que muchas personas de Lima fueran asentándose en los alrededores; así, a lo largo del siglo XIX, se generó una urbanización lineal y espontanea teniendo como eje las calle Domeyer y Unión, con una tendencia de crecimiento hacia el este del cruce con el camino a Chorrillos, proceso que se reforzó con la llegada del ferrocarril Lima Chorrillos, que partió el territorio en dos de manera curvilínea. Para 1870, los terrenos entre la Ermita y la calle Domeyer se empiezan a lotizar, con un manzaneo alargado que se organiza alrededor de la plaza bolívar, hoy desaparecida, siguiendo la topografía de la quebradas y los caminos ubicados en el lugar; la apertura de la bajada de baños, de mayor accesibilidad que la quebrada Domeyer, genera una mejor conexión entre el nuevo asentamiento y el mar; así mismo, se empezó a urbanizar el lado sur de la bajada (calle Ayacucho) de manera todavía espontanea, por lo que se vio en la necesidad de construir el puente de los suspiros, que hoy conecta ambos frentes. Finalmente, en 1881, la estructura urbana era una formación irregular y axial cuyo eje conector era el camino a Surco (Calle Domeyer y Unión) que unían tanto el núcleo urbano de la Ermita, como los nuevos equipamientos urbanos del mercado y el cuartel, ubicados cerca del cruce de caminos y la estación del ferrocarril, este último con una tendencia de urbanización bastante fuerte; estos elementos fueron referencias muy importantes en el balneario durante ese periodo.


Bajada de Baños. Foto Enrique Cortes

3. Adolescencia o Crecimiento.- esta etapa empieza en 1881 con el saqueo y destrucción que sufre Barranco durante la guerra con Chile, posteriormente se da un proceso de reconstrucción urbana, seguido de un fenómeno de consolidación del núcleo original y un crecimiento expansivo y disperso hacia el nor - este, con la formación de tejidos irregulares cuyos ejes importantes eran el camino de surco (calles Domeyer, Unión, Salaverry y Roosevelt), el camino a Chorrillos (avenida Grau) y la línea del Ferrocarril (avenida Bolognesi) . En 1900, surge en el lado sur de la bajada de baños el parque central con el palacio municipal, en el cruce de la avenida Grau y la nueva carretera a Chorrillos (actual avenida Pedro de Osma), generándose un nuevo nodo central que entra en competencia con el antiguo núcleo de la plaza Bolívar y la Ermita. Hacia el norte y este surgen tres nuevos barrios, Saenz Peña, San Francisco y el barrio de la Plaza la Victoria (actual Plaza Raimondi), estos se organizan de manera casi regular alrededor de espacios públicos importantes; en el caso de Sáenz Peña, ubicado al norte de la calle Domeyer, se desarrolla a lo largo del malecón de los Ingleses y la alameda Sáenz Peña, con un tejido relativamente regular y alargado siguiendo el sentido de la línea de costa; el barrio San Francisco se estructura de manera casi axial y en diagonal hacia la avenida Grau, sobre un eje (calle San Marcos) que remata en la plaza e iglesia del mismo nombre, y el barrio de la plaza de la Victoria, al otro lado del la línea del ferrocarril, se define alrededor de la misma, en pleno camino hacia Surco, con una organización irregular y espontanea. Curiosamente, las plazas san Francisco y la Victoria siguen un modelo espacial parecido a la plaza Vendome en Paris y la Plaza San Martin en Lima, que luego sería usado en el diseño del parque Buttler (2), en el barrio Tejada Alta, un estilo propio del urbanismo clásico francés del siglo XVIII, aplicado a la trama urbana barranquina. Paralelamente, el eje de la avenida Pedro de Osma también se va urbanizando hacia el sur de manera más dispersa que en el norte.


Parque Central de Barranco. Foto Enrique Cortes

Para 1921 el área conformada por el núcleo original y los tres barrios mencionados están en un proceso de consolidación, Barranco cuenta con nuevos equipamientos como colegios, iglesias y un servicio de baños municipales en la playa; surge un segundo proceso urbanizador hacia el norte y el este con la lotización por un lado del pacayar de la Condesa y sus parcelas vecinas, y por el otro de la hacienda tejada alta, ubicada esta ultima al otro lado de la línea del ferrocarril; en el caso de la Condesa, esta fue lotizada por varias compañías urbanizadoras, generándose diferentes tejidos urbanos irregulares e islas rusticas, en el caso de Tejada alta, la urbanización fue más ordenada, organizada alrededor del parque buttler, siguiendo el modelo en damero de manzanas rectangulares. El proceso urbanizador en estas zonas fue bastante lento y duró hasta bien entrada la década de los 30.



A inicios de la década del 40, gran parte del territorio municipal estaba urbanizado, quedando algunos zonas agrícolas libres en los limites periféricos, la estructura urbana se había modificado, pasando de un sistema lineal este - oeste a una configuración casi alargada en sentido norte - sur con las avenidas Grau y Bolognesi (antiguo ferrocarril Lima Chorrillos) como ejes ordenadores del espacio, y un eje secundario que es la avenida Pedro de Osma en el lado sur. Si bien la Ermita seguía siendo la principal centralidad, su jerarquía se va perdiendo por el surgimiento de nuevos espacios importantes como el Parque central, la Plaza san Francisco, cuya iglesia original era la única en su tipo en toda Lima, con cuatro torres extremas (después fue demolida para construirse la iglesia actual) siendo un referente importante en el distrito, la Plaza de la  Victoria y la Alameda Sáenz Peña.

4. Consolidación o Adultez.- El terremoto de 1940 destruye gran parte del núcleo original de barranco y muchos ranchos quedan destruidos, por lo que se decide demoler gran parte de las edificaciones ubicadas en esta zona, junto con la plaza Bolívar, para crear un gran parque lineal y conectar visualmente el parque central con el puente de los suspiros y el mar; además se amplió la avenida San Martin con un puente sobre la bajada de baños, conectándose con la avenida Pedro de Osma; esto causo la desaparición de un patrimonio edificado importante y por ende, la imagen urbana se vio fuertemente afectada. Paralelamente, al desaparecer esta zona, el principal nodo urbano se traslada definitivamente al parque central con sus nuevos equipamientos urbanos (la iglesia parroquial y la municipalidad); sin embargo, la iglesia de la Ermita no llegó a ser demolida y es hasta el día de hoy uno de los pocos hitos de identidad importantes que mantiene el distrito, el Genius loci Barranquino.


En los últimos 60 años, Barranco se consolidó en gran parte de su territorio, finalizando su expansión hacia los limites distritales, se construyeron nuevas vías como la Vía Expresa y su conexión con el mar por la quebrada de Armendáriz hacia el nuevo circuito de playas de la Costa Verde; a su vez, se edifican nuevo equipamientos deportivos como el estadio Municipal de Barranco al sur en el límite con Chorrillos y el complejo deportivo Gálvez Chipoco al norte, entre la avenida Grau y la quebrada de Armendáriz, ambos en los extremos del distrito. Surgen al norte la urbanización San Luis, cerca al antiguo canal de Comuco y la entrada a la Vía Expresa, con una trama irregular y un modelo propio de la ciudad jardín americana, la urbanización Confraternidad en los terrenos de la Viñita junto a la quebrada de Armendáriz, con una configuración mas irregular que la de San Luis, organizándose ambas alrededor de un parque, y la urbanización Fundo Tejadita al este con una organización también irregular pero carente de un espacio publico importante. Paralelamente se da un proceso de deterioro urbano debido tanto a la demolición de muchas casonas antiguas como a la presión inmobiliaria que desde los años 60 se ha desarrollado en el distrito, proceso que se da hasta el día de hoy con la densificación en altura de nuevos multifamiliares para sectores A y B, encima de los acantilados, en zonas de protección paisajista, lo que ha traído grandes problemas de contaminación visual, generado un gran deterioro urbano; por otro lado, los barrios ubicados en la parte nor- este del distrito como Tejada Alta y Fundo Tejadita, tienen grandes problemas en salubridad, viviendo en condiciones de tugurización e inseguridad urbana bastantes preocupantes. Este proceso de división entre el oeste y este, entre zonas de mayor poder adquisitivo y sectores de escasos recursos, es un fenómeno que se da desde principios del siglo XX, definido por los trazados de las avenidas Grau y Bolognesi, situación que se da en otros sitios de Lima y que forma parte de la urbanística peruana durante siglos.


Una de las ultimas situaciones que han ocasionado gran malestar en la población es la ocupación de equipamientos y comercios en las zonas destinadas a playa de manera ilegal en litoral barranquino; y por otro lado, la construcción del tramo sur del metropolitano que va por la avenida Bolognesi, que ha generado una barrera muy fuerte separando aun más el oeste y el este del distrito, impidiendo la accesibilidad peatonal y vehicular entre ambos sectores. A pesar de todo, Barranco sigue siendo uno de esos lugares acogedores para caminar, un oasis dentro de la vorágine y el estrés nuestra metrópoli limeña.

Fuentes:
(1) Charney, Paul. “Indian Society in the Valley of Lima, Peru, 1532 - 1824”. University Press of America. Boston. 2001. Pag 61.
(2) Los ingresos a La Plaza Vendome se dan por una vía que tiene dos nombres, la Rue de Castiglione y la Rue de la Paix, que la parte por la mitad, en su lado mas corto. Es un ejemplo típico del urbanismo clásico francés y que es usado como referente en otros proyectos urbanos.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Luis Dórich Torres, urbanista

Soc. Antonio Rengifo Balarezo

Pocos saben que Luis Dórich, el patriarca del urbanismo peruano, fue en su juventud el “destructor” de una utopía al convertirla en realidad, porque él es el autor del planeamiento urbano de la Unidad Vecinal Nº 3 denominada la ciudad hogar. Aunque posteriormente trazó varias urbanizaciones su nombre está asociado, sobre todo, a la Unidad Vecinal Nº 3.

Mencionar a Dórich es, por antonomasia, evocar la caballerosidad y al urbanista.  Trata a toda clase de personas con urbanidad. Es decir, acorta las distancias sociales subliminalmente; es distinguido y fino especialmente con mujeres y niños; a su alrededor, las personas se desinhiben. Aunque no se lo proponga, se siente su humilde prestancia.

No hace ostentación de su sabiduría ni aparenta ser un destacado profesional, pues simplemente él es el urbanismo. Como pocos, ha logrado el ideal de la humanidad, es decir, en él, trabajo y placer están unidos. Es un hombre, me aventuro a decir, sin frustraciones, realizado. Quizá de ahí provenga su carácter afable y longevidad.

            Luis Dórich y Antonio Rengifo en la oficina de Dórich.
                                   (Foto Antonio Rengifo)
Su familia

Nació en Mollendo, Arequipa, el 20 de diciembre de 1915.  (El haber nacido y criado en una ciudad porteña, seguramente, le amplió el horizonte social). Su bisabuelo, Tomás, era croata de la ciudad de Costrena, un pequeño puerto en el mar Adriático.  Fue navegante tuvo una flota de veleros para hacer la travesía entre Europa y América.

Uno de los hijos de Tomás, Alejandro, fue su abuelo; también navegante, nació en La Coruña, Galicia ahí radicó por un tiempo. En uno de sus viajes a América, pasando por el estrecho de Magallanes, llegó a Mollendo y luego a Arequipa en donde se afincó y se casó con una arequipeña.

Su padre Luis Dórich Meneses, nació en Islay; fue administrador de la hacienda El Pino en el valle del Tambo, en la Punta de Bombón. Mollendo en ese entonces, era el puerto más importante de la región.

En Mollendo cursó sus estudios primarios y la mitad de la secundaria, la otra mitad en el colegio Independencia de Arequipa.  Al terminar la educación secundaria, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad de San Agustín de Arequipa, que fue clausurada por la dictadura del Mariscal Oscar R. Benavides. Regresó a Mollendo en donde estuvo cachueleando por corto tiempo para luego partir al extranjero.

Tiene tres hijos, Ricardo y Erik, de su primer matrimonio con una dama sueca; y Roberto, de su segundo matrimonio con una peruana barranquina. (Nunca se olvidó de su tierra natal, y después de un largo periplo, visita Mollendo. El 10 de julio de 1981 el alcalde de la municipalidad le otorga un diploma declarándolo hijo predilecto de Mollendo)

Fernando Belaunde Terry y Antonio Rengifo Balarezo
Jr. Conde de la Monclova, San Isidro, Lima
(Foto Antonio Rengifo)

Estudiante universitario

Para continuar sus estudios viajó en 1934 a Suiza en donde residía una tía, hermana de su padre. En la Escuela de Ingenieros de Lausana cursó estudios de Matemáticas y Diseño Técnico. Luego, en 1937, se fue a París, a La Sorbona, ahí estudió en la Escuela Especial de Arquitectura y en el Instituto de urbanismo. Residió en el pabellón Argentino de la ciudad universitaria, pues los únicos países latinoamericanos que tenían un pabellón en dicha ciudad eran Cuba y Argentina.

En 1938, el joven Dórich, a nombre de los estudiantes latinoamericanos, le cursó una carta de felicitación al presidente de México, Lázaro Cárdenas, por haber nacionalizado el petróleo.  Carta que fue contestada por el propio Presidente a nombre de su país, agradeciéndole el gesto de solidaridad. Su inquietud por el urbanismo lo condujo a informarse, en la residencia universitaria argentina, que el arquitecto de la Paollera instituyó el Día Mundial del Urbanismo en Buenos Aires.

Ante la inminencia del estallido de la Segunda guerra Mundial, el gobierno francés dio un plazo perentorio para que los extranjeros abandonaran París. Se embarcó en el puerto de La Rochelle el 28 de julio 1939 para regresar al Perú. El 1ro. de setiembre estalló la guerra. 

Ya en Lima, a comienzos de 1940, en una reunión social conoció al Ing. Alberto Jochamowitz, Director de la Oficina de Obras Públicas del Ministerio de Fomento; quien simpatizó con él, al saber que había estudiado en París en el Instituto de Urbanismo, tan igual como él.  Y lo invitó a trabajar en el Ministerio.  Propuesta que Dórich aceptó.  Ahí trabajó con los arquitectos Carlos Morales Machiavello, Alfredo Dammert Muelle, Eugenio Montagne, Manuel Valega Sayán y otros más.

Fernando Belaúnde, Anita Botteri, esposa de Alberto Andrade, alcalde de Lima y Luis Dórich
en la Unidad vecinal No.3. Celebración del 50 aniversario de nuestra “ciudad hogar”.
(Foto Antonio Rengifo)

El primer peruano en obtener una maestría en Planeamiento Urbano

Durante la II Guerra Mundial, EE.UU., aunque no había aún entrado a la guerra, propició, previsoramente, un acercamiento con los países latinoamericanos. Para tal fin, instituyó la política exterior llamada del Buen Vecino. Dentro de ella, otorgaba becas a los profesionales latinoamericanos que quisieran perfeccionarse o terminar estudios en EE.UU.  Apenas apareció el anuncio Dórich se fue a la Embajada y obtuvo la primera beca. El quería ir al Instituto de San Francisco de California, que era la única universidad que él conocía.  Sin embargo, aceptó el Instituto Tecnológico de Massachusetts por sugerencia de su entrevistador. Ahí obtuvo el Grado de Master en Planificación Urbana el 28 de febrero de 1944 con la tesis: Basis for a city planning procedure in Peru (Bases para instituir el planeamiento urbano en el Perú). Ahí expresa su reconocimiento a Frederick Adams, director de estudios de Planificación urbana e hijo del célebre urbanista inglés Thomas Adams.

A su retorno, se reincorporó al Ministerio de Fomento, asumiendo el cargo de Jefe del Departamento de Planeamiento Urbano.  Y empieza un periodo especialmente fecundo. 

La creación de la Oficina Nacional de Planeamiento y Urbanismo (ONPU)

Las propuestas de los urbanistas siempre necesitan del apoyo del poder político para materializarse. Felizmente, en el Perú, las masas populares irrumpen en 1945 en el escenario político con El Frente Democrático Nacional, las que conducen a la Presidencia de la República al Dr. Luis Bustamante y Rivero y a una diputación por Lima al arquitecto Fernando Belaúnde Terry, quien había elaborado el Programa de Vivienda del Frente. Entre los objetivos de dicho Programa estaban los siguientes: crear una entidad dedicada exclusivamente al urbanismo y construir Unidades Vecinales para contribuir a la destugurización de los barrios antiguos de Lima.

Ya Diputado de la República, Fernando Belaúnde fue convocado por el presidente Bustamante para otorgarle carta blanca para plasmar inmediatamente su Programa de vivienda.  Belaúnde le solicitó otra reunión, pues él dijo que respondía a un equipo: Alfredo Dammert, Carlos Morales Machiavello, Manuel Valega Sayán, Luis Dórich, Eugenio Montagne y Juan Benites.  En esa reunión Beláunde le encargó a Dórich el proyecto de creación de una entidad de urbanismo, en mérito al contenido de su tesis de Maestría.  Inmediatamente, empezó a elaborar el reglamento de organización y funciones que sirvió como insumo para la redacción del proyecto de ley.

Rápidamente se promulgó la Ley 10723, creando El Consejo Nacional de Urbanismo; integrado por el Ministro de Fomento y Obras Públicas, el Director de Obras Públicas, el Alcalde de Lima, un representante de las Sociedades Geográfica, Arquitectos, Ingenieros, etc. Dicha Ley dispuso también la formación de la Oficina Nacional de Planeamiento y Urbanismo, su órgano ejecutivo, tal como figuraba en la tesis de Dórich.

El Ministro de Fomento Michel Fort lo llamó a su despacho para anunciarle que el Presidente de la República lo había propuesto para el cargo de Director de la nueva Oficina Nacional de Planeamiento y Urbanismo, órgano ejecutivo del Consejo. Dórich aceptó y mostró su propuesta ya elaborada en la que figuraba el cuadro de asignación de personal y la escala de sueldos respectiva.  Acá se suscitó un dialogo insólito

-Ministro:    ¿cuál es el sueldo que piensa asignarse?
-Dórich:     4,000 soles
-Ministro:  ¡¿Cómo?!  ¡¿Sí yo gano 3, 500 soles?!
-Dórich:    ¡Y yo qué culpa tengo que Ud. gane tan poco!
-Ministro:  ¡Ahhh!  (gesto de sorpresa, pero permisivo)

La primera preocupación de Dórich para tener libertad de movimientos fue buscar un local fuera del Ministerio.  Lo logró a través de su amigo, el Arq. Manuel Valega, quien era gerente de la flamante Corporación Nacional de la Vivienda, Valega le cedió el tercer piso del edificio que ocupaba.

La Unidad Vecinal No.3

A partir del término de la II Guerra Mundial empieza el auge del urbanismo.  En Europa se reconstruyen las ciudades arrasadas y los movimientos sociales están en ascenso pugnando por mejores condiciones de vida. 

Fueron los ingleses quienes concibieron la idea de las Unidades Vecinales (Neighbourdhood Unity), al reconstruir la ciudad de Londres, bombardeada durante la guerra.  Las Unidades Vecinales no se conocían en ninguna parte del mundo.  Según la teoría de los ingleses una ciudad debería crecer en unidades orgánicas, con todos sus servicios y equipamiento.

El volumen de dicho estudio le fue enviado a Dórich, quien difundió la novísima concepción en el curso de Urbanismo que dictaba en el recién fundado Instituto de urbanismo.  (Creado por Fernando Belaúnde y Luis Dórich).  A Belaúnde le gustó la idea y en sus discursos políticos propuso la construcción de cinco Unidades Vecinales a lo largo de la Av. Colonial.

“Muchachos” de los blocks 54 y 56 de la unidad Vecinal Nº3 Lima.
(Foto Antonio Rengifo)

El Plan original contenía cinco Unidades vecinales a ambos lados del eje de la Av. Colonial que une El Callao con Lima y cerca de la Av. Argentina, que era la zona fabril. Se empezó por LA UNIDAD VECINAL No. 3: porque ya había un terreno expropiado para el proyectado estadio nacional y sobraba un área; en cambio, la ubicación de las otras Unidades Vecinales, necesitaba un proceso tedioso para lograr su expropiación.


Los valores que orientaron la mano prodigiosa de los diseñadores fueron dos: Justicia social y la prevención de daños a la salud. 

Las ideas se intercambiaban en las sesiones iniciales del equipo; en las cuales también participaba el Arquitecto Fernando Belaúnde, al escaparse de sus actividades parlamentarias. Belaúnde fue el gran animador y facilitador de la obra. Arrasó con todas las barreras políticas que se oponían.

Antonio Rengifo, Andaluz, Alfredo Geldres, Alfredo Ballón, Alfredo Prieto (Sentados de izquierda a derecha). José Stuard (a) Pancito, El Zambo Alfonso Costa, Alberto Aguinaga (a) El Gallo, y Joaquín Hidalgo. Otrora muchachos de la Unidad Vecinal No. 3.-En una de las reuniones mensuales. Club Lambayeque, Miraflores.
(Foto Antonio Rengifo)

Luis Dórich trabajaba en esa época en la Sección de Estudios urbanos de la Dirección de Urbanizaciones del Ministerio de Fomento. Fue él quien hizo el planteamiento urbano, el que generó la visión de conjunto.  A los otros miembros del equipo se les asignaron las diferentes secciones y zonas del diseño de lo que llegaría a ser la mítica Unidad Vecinal No. 3. En el diseño de obras menores también participaron alumnos destacados del último año de arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería tales como Santiago Agurto, Roberto Wackeham y otros.


El equipo trabajó sigilosamente en un salón exclusivo y contiguo al del Ministro.  Nadie más que ellos podían entrar a dicha sala de trabajo. Eran los únicos que tenían la llave de acceso. Esa forma de trabajo algo misteriosa se debió al carácter subversivo de su proyecto.  Estaban transgrediendo la normatividad urbana; los mismos que deberían velar por su cumplimiento.  En efecto, por primera vez se dejaba de lado, en el trazado urbano, los ejes centrales en los cuales se inscribe una cuadrícula, una especie de parilla.

En una superficie de 30 hectáreas se diseñó una ciudad hogar con equipamiento completo para 1,112 familias, esto es 5,500 ó 6,000 habitantes. Todas las edificaciones fueron trazadas a escala humana para elevar el espíritu de sus habitantes. Todas las vías al interior son peatonales para evitar las tensiones y temores de los transeúntes. Por consiguiente, a todos los servicios, simplemente se accede caminando; y además, no existen barreras urbanas que impidan el acceso a los discapacitados, ancianos y niños, mujeres en cinta, personas con sus coches de bebe, etc. (La glorieta, La Posta médica, el mercado, el cine-teatro, etc., tienen una rampa de acceso).

Los mismos amigos de la foto anterior con la asistencia de Domingo Carrera Linares (de espalda a la columna). Reunión mensual; club Terrazas de Miraflores.NOTA: La joven que abraza el Zambo Costa es la persona que atendía nuestra mesa. (Foto Antonio Rengifo)

De la superficie total, el 87% corresponde a áreas libres.  Se plantaron dos árboles por cada habitante.  No existe edificación que no tenga vista a un parque. El cerco forestal perimétrico constituye una cortina de salubridad y seguridad a la cual, los vecinos llaman “bosque”.


De los servicios únicamente mencionaré las instalaciones deportivas. Camarines, Canchas de baloncesto, voleibol, fútbol, pista de atletismo y, después, el arquitecto Belaúnde agregó una piscina. Sería extenso describir todas las zonas funcionales de la UV3.  Para poner fin a esta parte, diré que no se descuidaron los detalles.

Mencionaré dos aspectos que se lograron con los carboncillos y el tablero de los diseñadores: barrio y mejoramiento de la calidad de vida. En el barrio todos se conocen; si no personalmente, por lo menos, de vista: los caminos y el acceso a los servicios propician la interacción social. El barrio es una de las instituciones de socialización que influyen decisivamente en la educación, las otras dos: la familia y la universidad o la escuela. En el barrio todos son iguales y se respetan normas, además se gesta una cultura original y un sentido de pertenencia. Pasar de un tugurio a vivir en la UV3, obviamente, mejora las condiciones de vida.  Solamente un indicador de resultados: los niños que nacieron en la UV3 o llegaron bebés lograron mayor estatura que sus hermanos mayores, ya adultos.

Me he detenido en la UV3 por ser una obra ejemplar y ya a sus 50 años pertenece a la mitología del urbanismo.  Y porque Dórich y todo el equipo estuvieron en una etapa de plena vitalidad y porque pusieron su idealismo, sensibilidad social y lo mejor de su conocimiento para que se materializara el ideal de justicia social y de preservación de la salud. Con la UV3 se demostró algo que parecía imposible: que la utopía puede ser realizable.  Bien, con sólo la UV3 ya bastaría para pasar a formar parte de los grandes urbanistas, pero seguiré presentando a Dórich.

La Unidad Vecinal Nº3 ha sido considerada por un grupo de arquitectos entre las mejores obras de todos los tiempos, según la encuesta del diario El Comercio.  Recientemente, Frederick Cooper, Decano de la facultad de arquitectura de la Pontificia Universidad Católica, declaró a El Comercio: entre los programas colectivos hay uno que es el mejor de América latina, la Unidad Vecinal Nº 3.  En 1948 fue pionera de la vivienda económica correctamente entendida…

Otras urbanizaciones

Diseñó la urbanización Selva Alegre en Arequipa, cuya construcción estuvo a cargo de la empresa GRAMONVEL (Ings. Graña, Montero y Velarde). El Ministerio de Fomento tenía un Plan de Construcción de hoteles de turistas. Su contacto con ellos ocurrió de manera fortuita. Fue luego de concluir una conferencia que ofreció en la Universidad de San Agustín sobre planificación urbana. El ingeniero Carlos Montero Bernales se acercó a felicitarlo y le hizo la propuesta para que los asesore en la ubicación y el contexto para un hotel de turistas. Así es como escogieron el fundo Selva Alegre, lugar en donde no había ninguna construcción, todo era terreno de cultivo. Dórich propuso no sólo la ubicación del hotel de turistas, sino también un parque y una urbanización, pues tenía una vista muy bonita. Él diseñó el parque y la urbanización y el arquitecto Emilio Harth-Terré, el hotel de turistas.

También formuló el planeamiento urbano en los terrenos de lo que otrora fuera la hacienda Chacarilla-Santa Cruz de los hermanos Gutiérrez en San Isidro, Lima. Con su visión  de futuro –que caracteriza al urbanista- columbró lo que devino ahora en uno de los centros más dinámicos del comercio, la administración y las finanzas.  (Ovalo Gutiérrez, Miguel Dasso y el Golf). Lo tomaron por loco, pues en San Isidro no había ninguna oficina ni consultorio.  Todos los servicios se concentraban en el centro de Lima.  En el anteproyecto diseñó, tímidamente,  un shopping center pequeño para luego agrandarlo. Pero los propietarios se lanzaron a construir la urbanización tomando su anteproyecto. Y una parte de sus honorarios le fue dada en un terreno en donde luego de tres años formó una compañía inmobiliaria con amigos y  construyó un conjunto de oficinas sencillas por ser algo aventurado en esa época. Nuevamente le dijeron que estaba loco por construir oficinas en San Isidro. (Una de ellas es el lugar en donde hasta hoy día labora).

Sirvió de mediador entre la Corporación Peruana del Santa y la empresa norteamericana Paul Lester Winner y José Luis Sert que diseñó el Plan Regulador de Chimbote. Ahí trabó amistad con Sert, arquitecto catalán y profesor de la Universidad de Harvard.

En 1957 elaboró los Estudios urbanísticos de los terrenos del ex aeropuerto Limatambo, propiedad de la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (CORPAC). En ese Estudio abarató los costos de urbanización al aprovechar las pistas del entonces aeropuerto para trazar las avenidas.

Labor docente (Forjador de urbanistas)

Al poco de tiempo del funcionamiento de la Oficina Nacional de Planeamiento Urbano (ONPU), dictó, por primera vez en el Perú un curso de urbanismo. Para dar el ejemplo de la importancia del curso y atraer alumnos, el primero en matricularse fue el arquitecto Fernando Belaúnde. Luego de conformase un plantel de profesores de urbanismo en ONPU, estos fueron acogidos, en 1951, por la Universidad Nacional de Ingeniería. Dicha universidad se constituyó en el primer Centro académico de enseñanza de Planeamiento urbano en Latinoamérica.

Fue profesor principal durante 15 años de Urbanismo y Planeamiento Urbano (1947-62) en la Facultad de Arquitectura de la UNI. También fue profesor en las Universidades de Sao Paulo, México y Consultor técnico en la CEPAL en Santiago de Chile.

Distinciones

Ha merecido las siguientes distinciones:  Profesor Emérito de la Universidad Nacional de Ingeniería, Miembro Honorario Correspondiente del Instituto Real de Planificación Urbana de Inglaterra, Socio correspondiente del Centro Paraguayo de Ingenieros y Miembro Honorario del Instituto de Urbanismo del Perú.

Asociaciones profesionales

Está afiliado a las siguientes asociaciones profesionales:  Asociación Mundial de Vivienda Rural, American Society of Planning Officials, Sociedad Interamericana de Planificación, Asociación Peruana de Vivienda y Asentamientos Rurales, Unión internacional de Gobiernos Locales (IULA), Consultores Internacionales en Salud, Miembro honorario del Colegio de Arquitectos del Perú, etc.

Participación en Misiones y eventos

Ha desempeñado diversas misiones de asistencia técnica encomendadas por la Oficina Panamericana de la Salud, OEA, NN UU y el Banco Mundial en varios países latinoamericanos.  Así como también labores de consultoría.

Ha participando en reuniones nacionales, panamericanas y mundiales en diversos países ofreciendo aportes mediante ponencias e informes cuya temática es la que sigue: renovación urbana, aspectos sanitarios de la vivienda, vivienda rural, normas mínimas de urbanización y construcción para los países del Caribe, etc.

Publicaciones

Así como maneja el carboncillo a mano alzada, también esgrime la pluma.  Es autor de diversos artículos y publicaciones en asuntos de su especialidad. Director y fundador de la revista técnica Plaza Mayor. Y es autor del libro de notable diagramación y contenido:  Al Rescate de Lima, la evolución de Lima y sus planes de desarrollo urbano; publicado en 1996.  Es fuente de consulta ineludible, no solo para urbanistas, sino para epidemiólogos.  (Ejemplo:   la tesis de Maestría del Dr. Nazario Silva: Prevalencia de asma bronquial asociado a niveles de PTS en Lima metropolitana).  Actualmente está preparando una monumental obra sobre el manejo del territorio en el Perú.

Arq. Fernando Belaúnde Terry en la biblioteca de su casa, en san Isidro.
(Foto Antonio Rengifo)

Una ancianidad saludable y productiva

No es necesario apelar a la historia para citar los casos de grandes hombres que han disfrutado de una larga existencia sin menoscabo de su impulso creativo; aquí, al alcance de nuestra mano tenemos un ejemplo que emociona gratamente: Luis Dórich en su oficina, su lugar de trabajo.  Se preguntarán ¿cuál es el secreto de Luis Dórich?  Las respuestas son diversas: facultad innata, ingiere alguna sustancia prodigiosa, milagro, su estilo de vida, etc.  Indudablemente, todas las respuestas aportan algo, pero lo fundamental es el arte de alimentar su cerebro. Es decir, ha sabido estimularse con un conjunto de intereses intelectuales y afectivos durante toda su vida. Y, seguramente, sin vacaciones; puesto que quien goza y está satisfecho con su trabajo no necesita vacaciones. ¡Imagínense!  Hace ya más de cincuenta años que diseñó el planeamiento urbano de la UV3 y su cerebro aún continúa bullente!.

Dórich, como pocos, ha logrado en su vida personal unir el trabajo y el placer. Es un hombre, me aventuro a decir, sin frustraciones, realizado. Quizá de ahí provenga su carácter afable y su longevidad

Antes de finalizar esta breve semblanza, quiero advertir lo siguiente. No vaya a creerse que cuando he dicho que en Dórich está unido el trabajo con el placer; que fuese adicto al trabajo per se; pues, no. Tratándose de Dórich, hasta el ocio es digno y creativo.  Dórich le hizo una jugarreta al sistema social para crearse un microclima y perdurar en buenas condiciones. 

Que las nuevas generaciones de urbanista aprecien en Dorich la coherencia entre el hombre y su obra. Y rescaten el valor de la caballerosidad encarnado en su persona; cuya estampa está nimbada por su humilde prestancia.

Este Artículo fue escrito el 14/11/02 y publicado en la revista “ARQUITEXTOS” de la facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo Palma. Nº 17  Lima, mayo del 2004.

Antonio Rengifo Balarezo es Sociólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, escritor e investigador, a publicado diferentes libros y artículos sobre diferentes temas, tanto de la actualidad peruana  como de nuestro pasado reciente, ha sido docente en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Facultad de arquitectura de la Universidad Ricardo Palma y en otros centros académicos.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Conflictos en el Urbanismo Peruano


En esta ocasión, me he sentido en la obligación de escribir sobre un tema que nos afecta a todos los ciudadanos de Lima y que tiene que ver con el aumento de la los conflictos urbanos y la inseguridad ciudadana, esto a raíz de una serie de acontecimientos ocurridos en el Mercado Mayorista de la Parada, que dejó el saldo de 4 muertos, un buen grupo de heridos, y comercios destrozados producto de los saqueos ocurridos en el Complejo Comercial de Gamarra, hechos de actualidad que nos hacen reflexionar sobre el destino de la ciudad peruana, su urbanística y los desafíos que ha de enfrentar en el futuro.

Conflictos en el Mercado la Parada. RPP Noticias

Los conflictos urbanos se ha dado en muchas realidades, tanto en los países industrializados como del tercer mundo, recordemos los casos de Detroit en 1967 asociado a un problema de segregación racial, las revueltas urbanas en Paris en 2005 relacionado con la exclusión social a los hijos de los inmigrantes, o los constantes conflictos entre la policía y grupos de narcotraficantes en las favelas de Río. En un planeta urbano, donde todos quieren vivir en áreas urbanas por los grandes beneficios que estas traen, es curioso ver que mucha gente no este contenta con vivir en ellas, dándose una relación de amor y odio entre la ciudad y sus habitantes, sufriendo estos grandes problemas de carencias sociales y económicas, niveles de habitabilidad infrahumanas, servicios sanitarios poco adecuados, un sistema de transporte ineficiente y una gran marginalidad social. En general, estos problemas son la respuesta a una serie de factores muy importantes a considerar, por un lado el desarrollo de sociedades en las que conviven diferentes grupos culturales, religiosos y raciales con un sistema jerárquico muy marcado, en la que una comunidad que tiene cierto poder, segrega a otras comunidades, consecuencia de una serie de episodios ligados a la conquista del territorio, migración forzada, desastres naturales, dominio y explotación de ciertos recursos o la desaparición de los mismos. Por otro lado, tienes un estado que no se ha preocupado nunca por brindar buenos estándares de educación, salud y oportunidades laborales a grupos menos favorecidos o marginados, esto ultimo relacionado a la existencia de normativas excesivamente complejas y costosas que no permiten la formalización de la actividad laboral y el acceso a la vivienda, lo que genera la informalidad que conocemos. Finalmente, la aplicación de modelos urbanos completamente ajenos a la realidad y que en vez de fomentar una integración social, propician la división y el conflicto.

Mercado la Parada. Google Earth

En el caso Peruano, la problemática urbana tiene relación directa con los tres factores mencionados anteriormente. ¿A que se debe que nuestras ciudades tengan grandes problemas de contaminación, marginación social, falta de servicios básicos, inseguridad ciudadana, transporte colapsado, corrupción y expansión urbana incontrolable?, además de la falta de convivencia y respeto entre los propios ciudadanos, una pésima cultura urbana y un mal manejo de las infraestructuras y los espacios públicos. Según mi hipótesis, las razones pueden ser históricas, sintetizadas en la implementación forzada de patrones urbanos europeos durante la conquista española en una geografía compleja, habitada por una sociedad que tenia un estilo de vida muy diferente a la del continente europeo, en donde aparentemente no existía una concepción real de lo que era una ciudad, visto claro desde una visión occidental.

Conflictos en Detroit 1967. Translate the Revolt

El espacio andino prehispánico, era un lugar donde el hombre tenia una relación muy fuerte con el entorno natural, la planificación urbana se desarrollaba a partir de integrar la arquitectura y los espacios urbanos a la geografía de manera que lo natural y lo artificial fuera una sola cosa, sin destruir las áreas de producción agrícola en suelos planos, aprovechando zonas altas y eriazas tanto para construir aldeas y equipamientos como para desarrollar sistemas de andenería ligada a las labores agrícolas, con un buen dominio de los pisos ecológicos.

Segregacion Urbana. Crudos

El proceso de conquista, destruyó esta relación, desarrollando por un lado una estructura urbana y rural en base a un sistema feudal con una economía extractiva de materias primas, en donde los indígenas pasaron a ser siervos. Las nuevas ciudades se fundaron siguiendo el modelo colonial del damero, sobre los suelos agrícolas, sin considerar la topografía del lugar, esto llevo a la larga a la desaparición de los valles periféricos de muchas ciudades peruanas. Además, se creó una organización urbana segregacionista, creando pueblos para los indios, separado de la ciudad donde vivía la elite española y criolla, con el fin de tener un controlo político, militar y económico de estas sociedades. A esto le agregamos el remplazo de las centralidades andinas por una centralidad costeña ligada a la comunicación marítima con la metrópoli española, situación que generó un desequilibro social y económico muy grande, ya que produjo un abandono del espacio andino, y por ende una división entre una costa donde estaban las principales ciudades con una economía prospera, y una sierra y selvas casi abandonadas socialmente, donde vivía gran parte de la población originaria.

Asentamiento Inca. Pìsac. Foto Enrique Cortes

Con el surgimiento de la Republica, esta estructura social no desapareció, las nuevas elites criollas, civiles y militares, heredaron casi por inercia este modelo colonial. El caudillismo y el oportunismo, la inmadures política y la falta de visión integral de la realidad nacional, sumado al centralismo costeño y limeño, y una geografía montañosa que dividía al país, no permitió un cambio de sistema. Las clases dirigentes nunca se preocuparon por hacer una reforma agraria y minera que hubiera beneficiado tanto a los hacendados y dueños de las minas como a los siervos, convirtiendo la extracción primaria en una economía de transformación manufacturera, haciendo que los campesinos se conviertan en obreros y los hacendados en burgueses, esto obligaría a tener una mano de obra calificada y por efecto, se tendrían que producir grandes reformas en la educación y la salud publica, eliminando el analfabetismo, permitiendo a los obreros convertirse en una clase media tecnificada y culta, generándose un desarrollo económico y social tanto de la ciudades de la sierra y selva como del campo andino, con un gran desarrollo en infraestructuras, lo que hubiera evitado el desborde popular y campesino a las ciudades de la costa mucho tiempo después. Así, La ciudad peruana y sobre todo la costeña, se desarrolló en oposición al medio rural circundante, con dos clases sociales muy marcadas, por un lado las elites urbanas que tenían un modo de vida que admiraba a Europa y Estados Unidos, dueñas de muchas haciendas a lo largo del territorio peruano, y una gran masa campesina iletrada, algunos de ellos siervos que trabajaban en estas haciendas.

Ciudad Colonial en Damero. Trujillo. Historia Documental de Trujillo del Perú

La introducción de la planificación urbana en el Perú del siglo XIX, se da en este contexto, copiándose modelos urbanos y culturales de los países industrializados en una realidad distinta, muy parecida a la edad media europea, surgiendo una ciudad con los lineamientos del urbanismo neobarroco europeo, desarrollando grandes boulevares y ensanches con viviendas compactas, ejemplo de esto es el plan Sada para Lima en 1872, considerado el primer plan urbano del país, proyecto que no se llego a terminar por los sucesos de la guerra con Chile. Desde esa época, no volvió a desarrollarse un planeamiento urbano para las ciudades peruanas, hasta la aparición de los primeros planes reguladores en la década del 40. Abandonado el proyecto urbano europeo, se dio en el transcurso de ese tiempo una expansión urbana siguiendo los lineamientos de la ciudad jardín, pero con los rasgos de los suburbios de las ciudades americanas, con viviendas de baja densidad y grandes jardines. Al no existir un planeamiento urbano integral, la ciudades siguieron los lineamientos del mercado inmobiliario, especulativo y lucrativo, que generó un crecimiento expansivo, consumidor del suelo, desordenado, fragmentado y atomizado, con una concepción de ciudad enfocada solamente al diseño de urbanizaciones y no a una visión integral de planificación. Esta ciudad hibrida, incompleta, elitista y autista, no estuvo preparada para recibir el gran desborde de campesinos que vinieron en busca de trabajo, a mediados de los años cuarenta. Así, la ciudad y el campo se unieron de manera violenta, después de siglos de división, cambiando para siempre la fisonomía de la metrópoli peruana.

Plano de Lima en 1613 y Pueblo de Indios del Cercado. Archivo Juan Gunther

La crisis y las carencias del campesinado peruano en el medio rural, que durante décadas había estado olvidado por parte del estado, desencadenó  una migración  muy fuerte a las ciudades de la costa, en espacial a Lima, en busca de oportunidades laborarles y un medio de vida mucho mas adecuada que el campo no le ofrecía, sin embargo, estas ciudades, al no estar preparadas para recibir tanta población, sin contar con planes urbanos integrales que fomentaran una inclusión hacia los recién llegados, y políticas de vivienda social mucho mas radicales que permitieran un fácil acceso a la casa propia, terminaron por marginar a muchas de estas personas, dándose una segregación urbana que fomentó la ocupación informal de una serie de espacios, tanto dentro como fuera de las urbes, primero en los cascos históricos y los ensanches del siglo XIX, produciéndose grandes tugurios urbanos; luego en los suelos vacíos próximos a las centralidades de trabajo y finalmente, en los territorios eriazos alejados de las metrópolis, surgirían así los pueblos jóvenes en las periferias, nuevos espacios carentes de servicios básicos, con una precariedad de vida absoluta. Por otro lado, una normativa laboral muy compleja, costosa y engorrosa que no daba facilidades a la población campesina de accender fácilmente a un trabajo digno, trajo como consecuencia la aparición de una economía informal y subempleada, en la que muchas personas, que no contaban con una instrucción educativa adecuada y un conocimiento en el uso y el funcionamiento de la ciudad, ocuparon grandes espacios públicos, como calles, plazas y avenidas, dándose grandes problemas de accesibilidad y ornato en muchos puntos , sobre todo en los cascos históricos, y en lugares de gran concertación comercial.

Ciudad Neo Barroca. Postal del Paseo Colon Lima. Skyscrapercity

El nacimiento de esta nueva forma de hacer urbanismo, informal, incompleto y atomizado, transformó el paisaje de la ciudad peruana, generándose nuevos patrones urbanos y arquitectónicos mestizos, en un proceso de búsqueda hacia una identidad propia. Paralelamente, las ciudades crecieron de manera desordenada y dividida, surgiendo grandes conflictos sociales, ya sea por la ocupación ilegal de terrenos de los sin casa y el desalojo de los mismos, como de los vendedores ambulantes que ocupaban los espacios públicos para la venta informal de sus productos, algo que la planificación urbana no ha podido solucionar en los últimos 50 años. Curiosamente, muchos pueblos jóvenes pasaron a ser distritos pujantes o emporios comerciales, como el caso del Cono Norte y Gamarra en Lima, donde un grupo de emprendedores dedicado a la micro empresa y el comercio, salió adelante a punta de esfuerzo, surgiendo una nueva clase media emergente que se ha integrado poco a poco a las ciudades en los últimos años, otros lugares no han tenido la misma suerte, los altos índices de marginalidad urbana, la carencia de servicios básicos y equipamientos para la población y la falta de oportunidades laborales, mezclado con la frustración y el resentimiento por tener estas carencias, a hecho que mucha gente, especialmente jóvenes, opte por un modo mas fácil de conseguir dinero, dedicándose a la delincuencia, el hurto y el pandillaje, problema que se da en muchas zonas de Lima y en ciudades como Trujillo y Chiclayo, sobre todo en un contexto de gran bonanza económica, en la cual muchas bandas aprovechan la prosperidad de mucha gente para cometer sus delitos, este problema se complementa con una forma de crecimiento y diseño urbano que ha fomentado la inseguridad urbana, no solo por la segregación y la marginación ya mencionadas, si no también por la creación de sistemas monofuncionales urbanos con grandes áreas residenciales para la vivienda unifamiliar, sin mucha combinación con usos comerciales que generen vida y con un excesivo uso del retiro, herencia del la ciudad jardín y aplicado muy bien a modelos nórdicos o ingleses con fines paisajísticos, pero mal planteado para una realidad diferente, lo que ha generado su cerramiento, aislando mas la casa de la calle y propiciando la soledad de la misma.

La Ciudad Jardin Limeña. SAN.

Otro problema que ha causado conflictos esta asociado al boom inmobiliario, si bien este fenómeno a hecho que muchas familias de la clase media obtengan una vivienda digna, los fondos mi vivienda y techo propio no han logrado satisfacer la demanda por parte de los sectores menos favorecidos. Actualmente los precios de los departamentos son altamente costosos, haciendo que mucha gente pobre, al no tener recursos para costear una vivienda, opte por invadir terrenos en nuevos espacios eriazos, fenómeno que es aprovechado por los traficantes de tierras para lucrar de manera ilegal con el suelo, si a esto le agregamos el impacto social y visual que ha traído la densificación forzada de muchos barrios, generando perfiles urbanos desordenados y problemas en el abastecimiento de agua y luz, además de la corrupción urbanística que se da por el cambio continuo de zonificación en zonas de parques a vivienda de alta densidad, o la ocupación de calles al momento de construir un multifamiliar por parte de las grúas que obstaculizan el paso de vehículos y personas, y el desarrollo alarmante y ansioso de condominios que brindan una aparente “seguridad y estatus” a su usuarios, pero que dividen aun mas la ciudades. De esta forma, no es posible concebir un mercado de la vivienda que esta beneficiando parcialmente a una parte de la población y a los dueños de las inmobiliarias, pero que destruye el perfil urbano de nuestras ciudades, muchas de las cuales no cuentan con un plan urbano y normativo adecuado que regule el crecimiento ordenando de los mismos, con zonas urbanas en la que vive gente en condiciones paupérrimas, donde el agua llega en camiones cisternas, sin desagüe ni luz, ni equipamientos educativos y de salud apropiados.

Casuarinas y Pamplona Alta, dos mundos opuestos. Google Earth.

Manchay. Lima. Foto Enrique Cortes

Se dice que no es bueno generalizar, pero veo que gran parte de la sociedad urbana peruana, de toda condición social y edad, no sabe usar la ciudad ni tiene conocimiento real de su funcionamiento, a pesar de que existen buenos ciudadanos, tanto autoridades como personas de a pie, que están haciendo un esfuerzo por un cambio de mentalidad, esta incultura urbana reflejada en el atropello, el egoísmo, el oportunismo y el resentimiento de la gente hacia la ciudad y sus normas, es consecuencia de un proceso de urbanización forzada, traumática y acelerada en una realidad completamente distinta, con un estado frágil que no ha podido solucionar durante siglos los grandes problemas sociales. Es responsabilidad tanto del gobierno central como de los gobiernos locales brindar oportunidades y bienestar a la población, creando reformas mas radicales que den acceso a la educación y la salud, desarrollando adecuadas infraestructuras, espacios y servicios básicos que mejoren la calidad de vida, generando ciudades con una visión de planeamiento integral y participativo, y por el lado de los vecinos, una mayor organización e implicación en la toma de decisiones, generando redes y proponiendo soluciones a los problemas urbanos, interviniendo activamente junto con las autoridades en juntas y cabildos abiertos. Así, crearemos ciudades que no sean excluyentes, si no inclusivas, evitando los conflictos que nos aquejan.