domingo, 16 de junio de 2013

Ciudad Global e Identidades Locales

Durante muchos siglos, el desarrollo tecnológico e industrial de las principales potencias capitalistas de occidente (Estados Unidos y Europa Occidental), han contribuido a un acelerado proceso de globalización mundial con consecuencias positivas y negativas para el planeta. Teniendo estas gran influencia a lo largo de la historia en la formación, crecimiento y destrucción de muchos pueblos y naciones alrededor del mundo, sobre todo en los países que ahora son llamados emergentes, cuya riqueza social y cultural no son tan solidas como para trascender de manera masiva los espacios territoriales locales y más bien terminan siendo influenciados por las costumbres de los países altamente industrializados, generando  grandes problemas, conflictos y perdidas de identidad cultural. Un ejemplo de esto es se da en el dominio occidental en los patrones de vida de algunas tribus de la selva peruana que ven afectados su hábitat natural y estilos de vida tradicionales o la desaparición de ciertas lenguas nativas locales alrededor del mundo.

 Ciudad Global. Nueva York. Southern land Company 
En el caso de la arquitectura y el urbanismo, la trascendencia de la cultura occidental ha sido bastante marcada en la construcción de la ciudad en los países en vías de desarrollo desde el siglo XVI. Como mencione anteriormente en el artículo que escribí sobre los Conflictos en el Urbanismo Peruano (Composición Urbana, Noviembre 2012), la introducción de estas nuevas formas traídas de Europa e impuestas en una realidad geográfica, social y cultural completamente diferente, trajo consecuencias negativas no solo en la construcción segregada y conflictiva de nuestra sociedad urbana, si no que generó una organización fragmentaria y desordenada del territorio, así como el surgimiento de una falta de identidad por parte de muchos habitantes o grupos económicos que ignoran el cómo hacer ciudad en armonía y concordancia con el contexto geográfico y el patrimonio cultural, un ejemplo de esto es la destrucción de muchas edificaciones de origen prehispánico y colonial en el proceso de expansión urbana de las urbes peruanas. Curiosamente, en la búsqueda de llenar el vacío de identidad perdida, tanto las elites urbanas como los ciudadanos en general, han aspirado a tener o imitar modelos urbanos de los espacios de poder económico mundial. De esta forma, las ciudades latinoamericanas, africanas o del sudeste asiático, se constituían como pequeñas copias de Londres, Paris, Nueva York o Los Ángeles en su proceso de evolución urbana, generándose un desarrollo eclético, fragmentario y mestizo en constante construcción de una identidad; ecléctico por la inmensa cantidad de estilos y tendencias urbanas que son importados de fuera para la formación del organismo urbano; fragmentado porque muchas de estas tendencias, plasmadas en proyectos urbano arquitectónicos, no llegan a completarse y en algunos casos, terminan siendo espacios obsoletos y desintegrados al contexto urbano; y finalmente mestizo, porque a la larga, la combinación de estilos y tendencias termina formando un mestizaje urbano que determina la o las identidades del lugar. Este proceso se da en paralelo al los cambios de posición de los centros de poder económico y político del planeta y su influencia sobre las periferias del tercer mundo, con la consolidación de una economía cada vez mas capitalista y globalizada, la misma que se ve plasmada en la arquitectura y el urbanismo, desarrollándose una imagen de ciudad global y occidental.

Paris en Sudamerica. Buenos Aires. Turismo org
Durante siglos, cada generación urbana tuvo un imaginario urbano ideal para su ciudad según las tendencias y modas del momento. Si hace 150 años, el Paris de Hausmman era el paradigma para que nuestras ciudades sean un ejemplo de orden, belleza, cultura y éxito económico y social; en el mundo de hoy, las ciudades del primer mundo, con sus rascacielos corporativos, sus espacios de poder, sus grandes eventos deportivos y culturales y sus complejas redes de comunicaciones, son tal vez los modelos a seguir de muchas sociedades que viven en las metrópolis de los países emergentes; las ciudades compiten de manera desesperada por tener una marca, un símbolo, ser sedes de una cumbre u olimpiada. La idea de los CBD, conocidos como los complejos empresariales de grandes rascacielos que simbolizan el éxito del poder capitalista, es uno de los elementos más importantes de la ciudad global, el tener el edificio más alto o más bonito como símbolo o marca de una ciudad es algo que muchos grupos empresariales y de gestión urbana explotan para promocionar y mejorar su imagen. Si bien algunas ciudades en el mundo han logrado crear una identidad a partir de la edificación de esta imagen (como las torres de comunicaciones y los rascacielos tipo pagoda de Shanghái, las desaparecidas torres gemelas de Nueva York o el Burj Al Arab hotel de Dubai), muchos proyectos urbanos y arquitecturas terminan desarrollándose de manera repetitiva, sin un sentido del lugar, como parte de la creación divina de un arquitecto famoso o son simples copias de rascacielos neoyorkinos insertadas en otros contextos urbanos.

Pudong. Shanghai. Edsa 
Dubai. Mi Brujula
 
Por otro lado, la relación entre ciudad global, patrimonio urbano arquitectónico y medio ambiente, no ha estado alejada de conflictos y desavenencias. En la construcción de las metrópolis contemporáneas, muchos espacios urbanos arquitectónicos de valor histórico han sido destruidos, como los casos de muchas ciudades en Estados Unidos y América Latina en los años 40 y 50 o el caso del centro de Beijing en China durante los años 90, con la destrucción de los Hutong o quintas del siglo XIV o XV para construir bloques de vivienda y torres de oficinas. Estos procesos negativos generan la perdida de las identidades locales y la producción de espacios residuales o intersticios urbanos sin valores ni elementos simbólicos donde la memoria del lugar se ha perdido radicalmente, como los llamados no lugares o espacio de paso en los intercambios viales, estacionamientos públicos o corredores de integración nodal. Sin embargo, muchas ciudades han apostado por ir más allá de mostrar un modelo banal y superficial de éxito y poder, generado un desarrollo mucho mas integral y holístico, al tener como objetivo la búsqueda del bienestar general para todos sus habitantes, resultando ser urbes exitosas y proyectadas al mundo, como los casos conocidos de Barcelona o Medellín en Colombia, en que los proyectos de regeneración urbana tuvieron un impacto positivo en la articulación de los diferentes piezas urbanas, la disminución de la inseguridad ciudadana, el fortalecimiento de los sistemas ambientales y las identidades locales.

Centro de los Angeles hacia 1930. Skyscraperpage
Demolición del Centro de los Angeles
para la construccion de la CBD. 1972.
Skyscraperpage
En mi opinión, la idea de ciudad global  no es solamente la construcción de una mera imagen corporativa y formalista ligada o influenciada por un determinado poder político u económico, es también trasmitir al mundo un clima de éxito con bienestar social y seguridad ciudadana, con una solida identidad histórica y cultural, que respeta el medio ambiente y el patrimonio; lineamientos producidos por una buena gestión urbana en la que están implicados tanto los gobiernos locales, la empresa privada y las juntas de vecinos.

La Rambla de Barcelona. Foto Enrique Cortes

lunes, 27 de mayo de 2013

Trujillo del Perú


Para este mes, he querido salir temporalmente del frío y gris ambiente limeño para escribir acerca de un caso muy particular en el urbanismo peruano; se trata de una ciudad a la cual siempre visité de niño en las vacaciones de verano y me cautivo mucho por su arquitectura, sus grandes montañas, su deliciosa comida y su pasado prehispánico, es el caso de Trujillo del Perú. Una de las ciudades más curiosas e interesantes del país.

Vista Panoramica de Trujillo. Desarrollo Urbano 

Trujillo es tal vez la única ciudad en toda la nación que se desarrolló en base a un sistema radio concéntrico de anillos periféricos y avenidas radiales, muy parecida a la de muchas ciudades importantes de Europa. Si bien esta organización determinó gran parte del crecimiento urbano y su ordenamiento inicial, finalmente no llego a completarse en su totalidad,  generándose una expansión desordenada, esto debido probablemente a una serie de factores sociales, políticos o económicos que se dieron en su evolución. Esta forma urbana se concibió en su totalidad a partir del primer plan regulador que tubo la ciudad en 1943 realizado por el Arquitecto Carlos Macchiavello, que a su vez se conceptualizó a partir de la antigua ciudad colonial en forma elíptica, con el clásico trazado fundacional en damero.

Foto Aerea de Trujillo 2009. Google Earth
El Valle del Moche en el Siglo XV. Con la 
Futura ubicacion de Trujillo del Peru.
Dibujo Enrique Cortes 

Existen varias líneas de investigación que pueden determinar una serie de hipótesis sobre la definición de este modelo urbano para el caso de Trujillo. Una primera hipótesis puede estar relacionada con su posición geográfica. La ciudad se funda en 1534 en el centro mismo del valle bajo del Moche(1), retirado un poco del mar y lejos del cauce del río del mismo nombre, en un terreno de relieve relativamente plano, cuya posición estratégica central era fundamental para acceder a todos los puntos del valle, cerca a las diferentes acequias y canales de regadío que existían en ese entonces y próxima a un posible cruce de caminos que conectaban Chan Chan, principal complejo urbano construido por la cultura chimú entre los siglos  XIII y XV, con otros asentamientos prehispánicos ubicados hacia el este, y el camino de la costa que iba de norte a sur, reutilizado por los incas como el Capac Ñan o camino real. Algo bastante curioso fue que los españoles no fundaron Trujillo sobre las ruinas del antiguo Chan Chan, como sucedió con otras ciudades precolombinas como Cusco o Tenochtitlán (ciudad de México), si no que la ubicaron más al sur este, en un espacio vacío y con un origen ex novo.

Plano del Valle del Moche siglo XVIII. 
Historia Documental de Trujillo del Peru 
Catedral de Trujillo. Foto Enrique Cortes

Una segunda hipótesis tiene que ver con la estructuración de la ciudad colonial, si bien esta se creó con el tejido regular, fue la construcción de la muralla la que determinó su futura configuración. Esta, construida entre 1687 y 1689 por el arquitecto italiano Joseph Formento, se diseñó en forma elíptica alrededor del área urbana, siguiendo el modelo ideal de las ciudades renacentistas; hay que recordar que Trujillo fue después de Lima, Callao y Cartagena de Indias en Colombia, una de las pocas ciudades del Virreinato del Perú que tuvo que construir murallas, debido a su cercanía al mar, y por ende a los peligros que con ella traía, como los ataques de corsarios y piratas ingleses y holandeses a los puertos de las colonias españolas en América.

Plano de Trujillo del Peru a Finales del Siglo XVIII.
 Jaime Martínez de Compañón. Wikipedia
Maqueta de Trujillo del Peru a finales del siglo XVIII. 
Casa de la Emancipacion. Trujillo.
 Foto Enrique Cortes 

La forma regular del trazado fundacional fue establecido por los españoles siguiendo los lineamientos de las ordenanzas de 1526 dadas por Carlos I de España, inspirada por un lado en las bastidas francesas construidas durante la guerra de los 100 años como puntos de avanzada en el territorio francés y sus similares españolas levantadas durante la reconquista en la edad media; y por otro lado, de la idea de los castrum realizados por Roma en las nuevas ciudades fundadas para los soldados veteranos en los límites del imperio; estas a su vez tienen su influencia en la trama regular de algunas ciudades coloniales griegas y los campamentos militares romanos. Los españoles, al igual que los romanos y los franceses, fundaron este tipo de ciudades como puntos de avanzada, con resultados prácticos, facilidad de replanteo, distribución y defensa (2), en un proceso rápido de conquista y colonización. Los diseños regulares también son influenciados por los ideales renacentistas, que rescatan los conceptos culturales de Roma y Grecia por un lado, y la idea de sociedad perfecta descrita en la “Utopía” de Tomas Moro. Los españoles llevarían la ciudad regular como elemento civilizatorio europeo occidental al nuevo mundo descubierto, en la construcción de una “sociedad ideal”.

Muralla de Trujillo. Foto Enrique Cortes
Sforzinda. 1457. Wikipedia

El tema de la muralla es un caso interesante. Al tener Trujillo una forma urbana bastante definida y regular, asentada sobre un territorio plano y sin muchos accidentes geográficos, se erige esta de manera sencilla alrededor de la ciudad, encerrándola de manera elíptica, con un sistema de 15 baluartes, 15 cortinas y 5 portadas (3). La idea de este diseño surge también con el renacimiento, cuando se rescata las teorías urbanas de Vitrubio, en la que se establecía que la ciudad debía tener una muralla de forma octogonal que la rodeara y la defendiera tanto de los ocho vientos dominantes, como de los ataques militares; en cada uno de sus ángulos, se coloca una torre circular o de varios lados, debido a que si son cuadradas son fácilmente destruidas por las maquinas de guerra, ya que los arietes rompen fácilmente los ángulos(4). De esta forma, la ciudad renacentista queda constituida de manera circular frente a la ciudad regular de las bastidas francesas de los últimos siglos de la edad media; sin embargo, los textos de Vitrubio no hablan de la distribución interior de las calles, algo que fue aprovechado por los tratadistas del renacimiento para el desarrollo tanto de proyectos ideales como reales;  en algunos casos se plantea dentro de la planta poligonal un tejido en damero, o una estructura radial de calles que parten de las torres defensivas hacia una plaza central. Son conocidos los proyectos utópicos de Sforzinda realizado por Averlino el Filarete o el caso concreto de Palmanova construidos con fines militares en 1593 por Vincenzo Scamozzi. Este modelo defensivo se continuó desarrollando durante el barroco europeo en muchas ciudades francesas y fue probablemente la inspiración para la construcción de la muralla trujillana, aunque según el arquitecto José Correo Orbegoso, esta fue tomada de un diseño que hiso Leonardo de Vinci para la ciudad de Florencia; sin embargo, existen otros referentes de la época que pudieron servir de base a Joseph Formento para diseñarla.

Plano de Palmanova 1600. Italia. Wikipedia 
Plano de Neuf Brisach. Francia. Forocoches

La forma semicircular de la ciudad continuaría vigente por los siguientes 250 años. Para 1940, Trujillo se organizaba en una estructura radial que la relacionaba con los pueblos periféricos; el centro fundacional mantiene parte de su estructura elíptica y regular con algunos restos de la antigua muralla (cuya demolición se inicia a finales del siglo XIX). Hacia el este se da un crecimiento urbano expansivo e irregular, desarrollándose alrededor de los antiguos caminos que conectaban Trujillo con la sierra; a su vez, al norte y al sur, se da un proceso de urbanización incipiente, siguiendo siempre los ejes radiales de las carreteras que salían del centro urbano, dándose una configuración radial casi estrellada. La problemática urbana que existía en Trujillo por aquel entonces consistía en que el área urbana era el lugar de paso obligado de toda la mercadería de productos agrícolas que venían desde los valles vecinos, y que a su vez eran llevados a Lima para su consumo, generando conflictos y congestión en la zona céntrica.

Plano de Trujillo 1929. Gamio. Guia Intineraria del Peru 
Plan Regulador de Trujillo 1943. Revista el Arquitecto Peruano 1943

El Plan Regulador de 1943 diseñado por Macchiavello, aprovechó la forma original de la ciudad solucionando la problemática existente; organizó el territorio con el modelo de la ciudad radio céntrica europea, desarrollando una serie de anillos viales de circunvalación (que permite descongestionar el tráfico motorizado que entra y sale del centro a la periferia). De esta forma, se aprovechó el espacio dejado por la muralla colonial para la construcción del primer anillo vial conformado por la Av. España, que rodea el centro histórico; luego se planteo un segundo anillo de circunvalación que con ligeras variaciones constituyo años después la futura Av. América (cuyo lado nor oeste no llego a completarse).


PRT. Esquema de Vias de Circulacion.
Revista el Arquitecto Peruano 1943
Sistema de Ciudades Jardin.
Ebenezer Howards 1902. Architizer

Esta forma urbana ha tenido varios referentes europeos. Sin embargo, el modelo más reciente que motivó el diseño de este tipo de sistema seria la ciudad jardín inglesa, cuyas teorías fueron formuladas por Sir Ebenezer Howard a finales del siglo XIX. Este paradigma surge a raíz de los grandes problemas urbanos que existían en Londres y en muchas ciudades inglesas producto del sobre poblamiento y la tugurización de muchos barrios a raíz de la migración poblacional del campo a las ciudades durante la revolución industrial. La idea de Howard era descongestionar las principales urbes y crear nuevas áreas urbanas a su alrededor, interconectadas con un sistema de anillos de circunvalación ferroviaria y de caminos; cada una de estas nuevas ciudades jardín tenía sus propios servicios de comercio, equipamientos deportivos y de salud, así como grandes industrias que permitirían a los nuevos residentes trabajar en las mismas, sin trasladarse hasta la ciudad principal.

Foto Aerea de Trujillo 1961. Instituto Geografico Nacional

Esta idea de ciudad concéntrica y radial fue aplicada posteriormente en los planes urbanísticos de muchas ciudades europeas como Paris, Londres, Roma o Madrid, con la implantación de sistemas ferroviarios y autopistas de circunvalación, a fin de descongestionar las áreas centrales; Curiosamente este modelo de ciudad funciono muy bien en Europa, ya que muchas de estas metrópolis tenían desde su génesis urbana esta forma (especialmente las ciudades medievales radioconcéntricas y las renacentistas); en muchos casos, como Paris, se tuvo que demoler las murallas de Thiers (5) que rodeaban la ciudad para construir el boulevard Periférico, autopista de circunvalación construida en los años 60.

Vista Aerea de Trujillo 2012. Skyscrapercity

El plan regulador de 1943 aplica estos conceptos a Trujillo del Perú y fue la base para la organización y el crecimiento de la ciudad durante los siguientes 70 años, a tal punto que los siguientes planes reguladores respetaron de alguna forma la concepción original del mismo. Sin embargo, la ciudad rebalsó los límites estipulados por el primer plan, creciendo de manera desordenada, con un desarrollo urbano expansivo y fragmentado de viviendas de baja densidad,  ocupando grandes áreas agrícolas del valle y amenazando con invadir muchos de los sitios arqueológicos que rodean a la metrópoli. A pesar de todo, la estructura urbana de Trujillo sigue vigente y es uno de los pocos casos en el Perú de esta forma urbana tan particular.

Fuentes:
(1) El valle de Moche es una de los espacios más importantes y productivos de la costa norte peruana, conocido por ser el lugar de origen de muchas civilizaciones prehispánicas como los Moches y los Chimús.
(2) Chueca Goitia, Fernando. Breve Historia del Urbanismo.1968. Página 129.
(3) Castañeda, Juan. Notas para una Historia de la Ciudad de Trujillo del Perú en el Siglo XVII. Página 163.
(4) Chueca Goitia, Fernando. Breve Historia del Urbanismo.196. Página 111.
(5) La muralla de Thiers fue la última muralla construida en Paris en el siglo XIX, se edificó para defender a la ciudad de posibles invasiones extranjeras, aunque los detractores del proyecto decían que se construyo para evitar que el pueblo de Paris se levante en una posible rebelión.

jueves, 4 de abril de 2013

Local Solydes. Un intento metodológico

                                                                      Arq. Juan Tokechi Gusukuda Shirota

La ciudad que es una invención humana, que creció y significó la “maravilla” del siglo XX sufre hoy de permanentes crisis, desde su propia identidad y mas por las inequidades y desencuentros de sus comunidades.

“La sociabilidad, siendo una especie de meta – concepto, como espacio y tiempo, la sociabilidad es prioritaria a cualquier experiencia humana en el sentido que no puede haber ninguna negociación con el comportamiento humano más allá de la sociabilidad, incluyendo el tema de la continua transformación de las ciudades como esencialmente procesos auto organizados”. Con el tiempo nos percatamos, que idealizaciones y raciocinios brillantes tienen límites, entre lo edificado y la acción de sus ciudadanos, un ejemplo es el Plan piloto original para Brasilia. En julio pasado, caminando por tres días, descubrí la mítica idealización del urbanista Lucio Costa y del arquitecto Óscar Niemayer, que suele decirse “todo arquitecto debe conocer”, y ratifique sus virtudes espaciales muy contrastables con su realidad humana.

La ciudad moderna  no es ni una unidad orgánica como la ciudad medieval, ni genera entidades unidas de comportamiento como los planes renacentistas – barrocos.

Como varias de las notas anteriores corresponden al arquitecto danés Peter Bherrun, “el concepto de sociabilidad puede estar considerado en términos que lidian con tiempo en vez que con espacio, como es la evolución, cambio, trasformación, movilidad.., la sociabilidad es una serie de eventos continuos en el tiempo, lo cual es verdad”.

Dejemos en este punto el intento teórico, para concentrarnos en un proyecto que intenta ser parte de una ciudad.

Lo que escribimos es pos obra, recibimos un proyecto como encargo, de materializar un local institucional, Solydes en un Grupo residencial en Villa El Salvador.

Solydes es un proyecto de educación popular y transformación social.

Nos pidieron un informe justificativo más nos pareció más ilustrativo contar el proceso, sin ninguna pretensión decimos que quisimos  más que “un proyecto ejemplar” que pueda ser “un ejemplo como proyecto de equipamiento”, por su proceso y metodología.

Nos sentimos en la necesidad de planear alternativas, en una sociedad ausente de profesionales que trabajen con la comunidad, intentamos ser “Arquitectos descalzos” y practicar lo que sentimos y pensamos, generar mecanismos de diseño participativo.

Tratamos de alcanzar todas las fases del diseño, en el pre proyecto evaluar cómo se organizan y funcionan institucionalmente, vía entrevistas, observación; diálogos muy horizontales.
Continuamos como segunda fase, permanentemente con los anteproyectos arquitectónicos varios que elaboramos. Por lo menos cinco o seis propuestas; comentando y justificando la programación y mecanismos clásicos de diseño: relaciones funcionales, evaluar áreas y su expresión espacial.  Grandes debates, con todos los trabajadores de la institución, sesiones de media mañana sobre planos en papel o imágenes en perspectivas; indicación de colores, alturas, materiales.

Unas líneas importantes de la fase previa “hablar con El lugar”, medio Grupo residencial del modelo VES, frente a un parque, más otros bloque en diagonal; con un tema social trascendente, la inseguridad, como suele decirse “gente de mal vivir” como vecinos, lo importante para nuestro proyecto muchos niños / niñas de vecinos y equipamiento público importante muy cercano, colegios y estadio municipal. Escenario imaginado de un tercer piso como mirador,  con puntos focales importantes para el distrito.

Uno de los puntos social – espacial conversado con el equipo Solydes fue valorar la sociabilidad con el barrio vía el trabajo institucional,  era y es un punto clave, que genere participación y desvirtúe la idea de “barrio peligroso”.

Lo planeado y edificado tiene esas premisas: edificio abierto, que genere libertad espacial, integración con la plaza y la calle; transparencia en su materialidad que considere prácticas constructivas del lugar. Las celosías de madera y las bóvedas de ladrillo visto le dan calidez y pretenden dar el presente diario a los vecinos.

Cuando lo vemos, en plena construcción y a la hora de los acabados, destacamos su luminosidad en cada ambiente.  La luz como integrador y un valor con el que aprendemos el ser y el espacio.

El valor, esperemos sea así, de piloto como respuesta constructiva que puede ser apropiado como modelos constructivos por los vecinos y vecinas en sus futuras casas o en sus casas que crecerán con las familias.

Un conflicto quizás irresuelto es que sus parámetros rozan con el Reglamento nacional de construcción, por ejemplo el % de sus áreas libres; que depende del criterio de medición, donde las normas pierden su calidad de capacitar por el de represión. Siempre hemos sostenido que es mejor calidad que cantidad, de seguro los años y sus usuarios serán los mejores evaluadores de nuestras premisas.

Volumen, materialidad, espacialidad intentan cumplir nuestro ideal: Integrarse a la comunidad.

Los juicios, comentarios y críticas al edificio y su funcionamiento lo veremos en el tiempo, la tarea de espacio y materialización está presente.

“Aunque el proyecto arquitectónico del siglo XX constituyó un avance en el entendimiento espacial y social, sólo está acercándose a una colectividad material... La arquitectura moderna no es capaz de disolver opuestos iníciales, como figura / terreno, cuerpo / edificio, paisaje / ciudad o naturaleza / sociabilidad y aprovechar la sintética complejidad de las ciudades. Lo que se necesita es una estrategia de intervenciones dispersas reintegrando las instituciones y las ciudades, y esto no necesariamente podría ser encarnando las instituciones como edificios” (Peter Bjerrun).


El Presente artículo fue publicado en “Diario para un Estuche de Vida”, que forma parte del libro “Edificios y Ciudades. Seminario 2009” editado por la Universidad Católica en 2012, y contiene el ciclo de conferencias y charlas organizadas por la FAU-PUCP en Noviembre de 2009, sobre la relación entre los edificios y la ciudad.
Juan Tokechi es arquitecto por la Universidad Nacional de Ingeniería, con estudios de Maestría en Renovación Urbana por la misma universidad. Proyectista, académico e investigador, ha publicado diferentes libros y artículos sobre los fenómenos urbanos que se dan en nuestra ciudad actualmente, especialmente en el tema de los espacios públicos y la densificación urbana en los asentamientos humanos periféricos de Lima. Ha desarrollado varios proyectos de diseño urbano sobre todo en Villa el Salvador y es docente en la Universidad Ricardo Palma, en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y en la Universidad Continental de Huancayo.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Patrimonio en Riesgo


Actualmente Lima y otras ciudades del país están viviendo un crecimiento expansivo y desordenado de su estructura urbana, producto de una mala planificación y una falta de visión a mediano y largo plazo por parte de sus gobernantes. Parte de esta problemática esta asociada a la demolición,  deterioro, y falta de conservación de algunos espacios urbanos, que por su historia e identidad son el alma y el ser mismo de una ciudad, me refiero a las zonas monumentales, ya sean estas estructuras prehispánicas, centros históricos o grandes haciendas agrícolas, muchas de las cuales han desaparecido en las últimas décadas, producto de tanto de una agresiva expansión urbana como del actual boom inmobiliario, además de la ampliación de algunas calles y avenidas en los centros históricos (como el caso convento de San Francisco que fue partido en dos para dar paso a la ampliación de  la avenida Abancay), el desarrollo de nuevos equipamientos ya  sean comerciales o de otros servicios o simple olvido y falta de interés por parte del municipio y el Ministerio de Cultura en la fiscalización y conservación de estas edificaciones, (sonados fueron los casos de la casa Marzano en Miraflores o el Buque en Barrios Altos el año pasado).

La Hacienda San Agustin y el Aeropuerto Jorge Chavez. Google Earth. 2011
La Hacienda San Agusitn. Google Earth. 2011

Si bien la construcción de grandes infraestructuras y equipamientos son necesarias para mejorar el funcionamiento de una ciudad y su ampliación prioritaria cuando se requiera, se debe tratar de respetar el contexto y el patrimonio histórico monumental, he integrarlo al proyecto, de tal forma que se preserve la identidad y la memoria colectiva del lugar. Un caso muy curioso que voy a comentar es el de la ex hacienda San Agustín en el Callao y su relación con la ampliación del Aeropuerto Jorge Chávez. Esta hacienda fue originalmente propiedad de Mateo Pastor. A su muerte fue adquirida por la congregación de los agustinos en el siglo XVII (1), pasó posteriormente por varios dueños durante la época republicana hasta que finalmente, a principios del siglo XX fue propiedad de la familia Prado; a finales de los años 50, esta familia (cuyo principal propietario era el presidente Don Manuel Prado y Ugarteche) sede parte de los terrenos para la construcción del aeropuerto; con la reforma agraria del General Juan Velazco Alvarado, la hacienda pasó a manos de los campesinos que trabajaban en la misma, muchos de ellos de origen nikkei (2) (hijos de japoneses que llegaron a trabajar en las haciendas de la costa a finales del siglos XIX) y pobladores venidos de otras haciendas y migrantes de la sierra central; posteriormente, hacia mediados de los 80 se le llama a este núcleo urbano como el Ayllu , cuyos habitantes se dedicaban a las labores agrícolas, viviendo en condiciones de pobreza.

Rancherias de la Hacienda San Agustin. Blog de Marco Gamarra Garrido
Casa Hacienda San Agustin. Blog de Marco Gamarra Garrido

El Ayllu comprendía  una trama irregular de viviendas y rancherías donde habitaban 400 familias, la Casa Hacienda San Agustín y el ingenio azucarero  San José. La Casa Hacienda propiamente dicha estaba compuesta por dos plantas. Su material constructivo era de quincha y adobe. Tenía un techado alto para proveer de ventilación a la vivienda y un patio de ingreso muy espacioso, decorado al centro por dos palmeras de notoria antigüedad. El primer piso correspondió a la sede de las oficinas administrativas de la hacienda mientras que el segundo, era la residencia de la familia Prado (3)

Segunda Planta de la Casa Hacienda San Agustin. Blog de Marco Gamarra Garrido 
Aeropuerto Jorge Chavez. Perubicentenario

Cuando el aeropuerto se privatiza y pasa a manos de LAP (Lima Airport Partners) en 2001, se realiza un plan maestro de ampliación y modernización de la misma en la que se proyecta una segunda pista de aterrizaje y un nuevo terminal, algo que es actualmente necesario, ya que el volumen de pasajeros y turistas ha aumentado drásticamente en los últimos 10 años, haciendo que el actual opere al límite de su capacidad. Para la ejecución del plan maestro, se ha tenido que expropiar todos los terrenos ubicados entre el aeropuerto y la avenida Néstor Gambetta, dentro de las cuales se encuentra el asentamiento del Ayllu con todas sus instalaciones; esto ocasionó un conflicto entre los habitantes de la antigua hacienda y el aeropuerto, ya que los primeros no deseaban salir del lugar, además había mucha presión de colectivos y organizaciones que defendían el valor histórico del sitio, generándose la eterna confrontación entre el progreso y la necesidad de respetar el patrimonio, con posiciones radicales y sin una salida creativa. Por otro lado, el proyecto de ampliación del aeropuerto no incluía a la hacienda San Agustín como parte del mismo, lo consideraba un estorbo y no una potencialidad, ¿qué hubiera pasado si el plan maestro integraba la ex hacienda?, ¿que hubiera perdido LAP?, nada, ¿que hubiera ganado LAP?, el ser uno de los pocos aeropuertos en el mundo con un núcleo histórico, cultural y turístico dentro de su terminal, una representación de un pueblo peruano o un hotel donde el turista de paso pudiera descansar o visitar, en un lugar donde pudiera comprar productos típicos o artesanías, e incluir a los habitantes del mismo capacitándolos en talleres para generar microempresas y pudieran vender sus productos, generándose una actividad económica con mucho potencial, ganando tanto el aeropuerto como los lugareños.

Ampliacion del Aeropuerto Jorge Chavez. Skyscrapercity
Vista del Aeropuerto desde la Hacienda San Agustin. Discover Nikkei

Lamentablemente, la falta de visión de LAP y del gobierno central permitió la desaparición de un lugar que hubiera sido aprovechado de manera creativa e integral. A mediados de Febrero de este año, ante al inminente demolición de la antigua casa hacienda, los colectivos Salvemos Lima y Al Rescate del Patrimonio Arqueológico de Lima, junto con el apoyo del Ministerio de Cultura, decidió desmontarla y trasladarla a otro lugar y convertirla en un centro cultural. Si bien se salvó la infraestructura de la casa hacienda, gran parte del resto del asentamiento desapareció; lo ideal hubiera sido que se conservase en el mismo lugar todo el poblado, como parte integral del proyecto aeroportuario, siguiendo un proceso de puesta en valor, conservación y restauración, potenciando su valor turístico e histórico y no haciéndola desaparecer del mapa, algo muy usual en nuestro medio cuando no existe conciencia del respeto al patrimonio histórico y la identidad del lugar.

Fuentes:
(1) La Hacienda San Agustín: una Historia que Sobrevive en el Tiempo. Blog de Marco Gamarra Galindo. PUCP. 18 de Marzo del 2012. http://blog.pucp.edu.pe/item/154862/la-hacienda-san-agustin-una-historia-que-sobrevive-al-tiempo
(2) Ibíd.
(3) Ibíd.

viernes, 8 de febrero de 2013

Nomadismo y Simbiosis Urbana


Nomadismo y simbiosis, dos palabras con significados diferentes pero muy relacionados cuando hablamos especialmente del urbanismo peruano en su proceso de evolución histórica. El termino nomadismo, se refiere a ciertas especies vivas o grupos humanos que se establecen temporalmente en ciertos territorios, para luego emigrar a otros lugares de acuerdo a sus necesidades básicas; en el caso de las simbiosis, es un fenómeno biológico por el cual dos especies dependen simultáneamente una de la otra para poder vivir. Si estas dos situaciones las aplicamos al estudio de la ciudad, el caso del nomadismo podría estar relacionado tanto al cambio de ubicación de una determinada área urbana, producto de un desastre natural o enfermedades (el caso de Piura en el norte peruano, que cambio de ubicación cuatro veces durante el siglo XVI) como también al desplazamiento de una clase social con características particulares dentro de una gran urbe, en diferentes periodos de tiempo, asociado sobre todo a ciertas elites que forman parte de una estructura social claramente estratificada, con una marcada diferenciación con otros sectores o grupos poblacionales que muchas veces son  marginados y discriminados por los grupos de poder; sin embargo, ambas realidades, en muchos casos, terminan dependiendo una de la otra para subsistir, por lo que se produce la simbiosis, creándose relaciones sociales que tiene como objetivo solamente el brindar servicios de carácter comercial y económico, aunque no se llegue a producir una integración más profunda entre estos.

Nomadismo en el Tibet. Asia onlus

Es muy común encontrar en la historia del urbanismo peruano, especialmente en el caso limeño, esta clase de fenómenos. Los grupos de poder se establecen en ciertos espacios importantes por su ubicación estratégica, cercanas a equipamientos importantes (colegios privados, grandes centros comerciales) o zonas de gran valor paisajístico y de ocio (playas y campos); sin embargo, estas elites tienen una permanencia relativamente temporal, pueden quedarse décadas o siglos en el mismo sitio pero luego se van mudando a otras aéreas con mejores condiciones de vida, esto producto de varios factores importantes, como el aumento y la presión poblacional de otras clases sociales que quieren acceder a la vivienda, el surgimiento de nuevas formas de desplazamiento (como el automóvil), transformación de los barrios con nuevos usos que generan problemas de contaminación, y finalmente cambios en los patrones de vida y costumbres de estas familias, influenciados por nuevos paradigmas urbanos, estilos y modas traídos de los países industrializados (Europa y Estados Unidos) que son los modelos a seguir. De esta forma, las elites urbanas “huyen” de manera gradual hacia otras partes, contribuyendo a la metamorfosis y la expansión urbana de la metrópoli.

Simbiosis. Miel sabinares arlanza

Cuando surge un barrio donde habitan un grupo social acomodado, aparecen a su alrededor otras urbanizaciones cuyos habitantes tienen otros patrones de vida completamente distintos, separadas ambas por una barrera física (autopistas, muros, ríos o quebradas) y en la que residen personas de escasos recursos que necesitan subsistir, y que de pronto empiezan a prestar servicios a las elites de manera constante. Así como un edificio tiene espacios servidores y espacios servidos dentro de su organización funcional, podríamos decir que existen algunos barrios a los que llamaremos servidores y otros a los que son servidos, los que definiría mejor el proceso de simbiosis urbana en Lima.

Lima Virreinal. Foros Peru

Desde la fundación de Lima en 1535 hasta finales del siglo XIX, la antigua aristocracia limeña tubo su residencia habitual en el centro histórico, donde moraban en las típicas casonas virreinales con patio interior y zaguán, muchas de las cuales subsisten hasta el día de hoy; era costumbre que las familias más adineradas vivieran más cerca a las plaza de armas y al palacio del virrey, centro del poder político y social del virreinato. A finales del siglos XVI surgen nuevos barrios como San Lázaro y Santiago del Cercado, el primero ubicado al otro lado del rio Rímac, habitado por indígenas y esclavos libertos que se dedicaban a la pesca de camarones en el mencionado rio, y el segundo, una reducción indígena cercada por un muro (el primer “condominio urbano”) con su iglesia y su plaza en forma de rombo (asociado al modelo de la “nueva Jerusalén”); los habitantes de ambos lugares servían en muchas de las casas de la aristocracia limeña, trabajaban en el servicio público de la ciudad o en las encomiendas y tierras agrícolas de los alrededores, esto ultimo, es un ejemplo de esa primera simbiosis entre clases que se dio en la ciudad.

Plano Reconstructivo de Lima en 1613. Con los
barrios de San Lazaro y el Cercado (Archivo Juan Gunther)
San Lazaro a finales del siglo XIX. Skyscrapercity

Durante más de trescientos años, los grupos de elite ocuparon las mismas casas del centro histórico, de generación en generación, hasta que a finales del siglo XIX se produce un cambio; después de las reformas urbanas del gobierno de Balta, la demolición de las murallas y el inicio de la expansión urbana hacia el sur, las nuevas familias aristocráticas surgidas en la posguerra peruano - chilena, empiezan a ocupar otros espacios urbanos, como los palacetes y departamentos de la avenida Nueve de Diciembre (actual Paseo Colón) con un modelo urbano que emula los Campos Elíseos parisinos; a su vez, estos grupos tenían casa de segunda habitación en los pueblos y balnearios cercanos (como Pueblo Libre, Magdalena, Miraflores, Barranco y Chorrillos) a los que asistían en la época de verano para descansar. Este proceso de desplazamiento urbano continuó de manera más expansiva en las siguientes décadas, cuando una nueva burguesía surgida del boom minero después de la primera guerra mundial, con otros patrones y costumbres mas influenciados por el estilo de vida americano (modelo de vivienda en chalets rodeados de jardines y el uso del automóvil para desplazamientos urbanos) empiezan a desplazarse hacia el sur, surgiendo nuevos barrios como San Isidro y la consolidación de Miraflores y Barranco en los años 20, espacios en los que se producirían procesos de simbiosis urbanos interesantes, como la aparición en el primer caso, del barrio de Surquillo, al otro lado de la carretera a Chorrillos (actual Vía Expresa), el cual fue construido por Tomas Marzano, propietario de esas tierras agrícolas, para familias de escasos recursos, muchos de ellos migrantes que llegaban de la sierra sur o antiguos empleados de las haciendas vecinas. Según Juan Gunther, los habitantes de Surquillo brindaban servicio domestico a las casas de Miraflores, de tal forma que se crearon empresas especializadas para brindar este trabajo, muchos de la cuales aun subsisten; otra actividad importante que surge es el de las ferreterías y mecánicas, los cuales, eran visitados por los habitantes de Miraflores para la reparación de sus autos o la compra de diversos productos, algo similar a la situación que se dio en Barranco, entre las casas y ranchos del litoral y los barrios de Tejadita y Tejada Alta al este, pero con una menor intensidad.

Paseo Colon. Principios del siglo XX. Paseo Colon de Lima - Peru
Paseo Colon en la actualidad. Paseo Colon de Lima - Peru

Paralelamente, hacia mediados de los años 30, el centro histórico empieza a ser abandonado gradualmente por las antiguas elites, siendo este remplazado por comercios de lujo y servicios terciarios (oficinas, bancos, etc.), las casas abandonadas son puestas en alquiler por sus antiguos propietarios a personas de escasos recursos o son ocupadas por migrantes recién llegados de la provincia, lo que generaría la tugurización de estos espacios.

El Country Club. San Isidro. Servicio Aerofotografico Nacional
Miraflores hacia 1929. Skyscrapercity

Para finales de los años 50 y principios de los 60, las nuevas generaciones de la elite limeña empiezan a abandonar los distritos de San Isidro y Miraflores para ir mas al este, ocupando los terrenos agrícolas de Surco y la Molina, con la creación de urbanizaciones tipo ciudad jardín que seguían el modelo de beverly Hills, en la que el uso del automóvil era la norma y en donde, en muchos casos no se diseñaron veredas ni caminos peatonales, aumentando el aislamiento de las relaciones vecinales y generando un ambiente de exclusividad, como los sucedido en las Casuarinas o el Golf los Incas (que  tenía una cancha de golf dentro de la urbanización), ambas en las laderas de los cerros de Monterrico, y finalmente, Rinconada y la Planicie en la Molina, siguiendo el mismo modelo.

Simbiosis. Plano de Surquillo y Miraflores. Skyscrapercity
Miraflores en los años 40. Municipalidad de Miraflores

Al igual que en el siglo XIX, estos grupos sociales tenían viviendas de segunda habitación en otros lugares periféricos de la ciudad; en el caso de la sierra, Chaclacayo, Chosica y el Cuadro (considerado uno de los primeros condominios de su tipo), era los refugios preferidos para buscar el sol en los periodos invernales, y los balnearios del sur chico, surgidos de manera gradual entre los años 30 y 50, como La Encantada y Villa en Chorrillos, Punta Hermosa, San Bartolo, Santa María, Naplo, La Honda y la Quipa, para el periodo de verano.

Las Casuarinas. Foto Gustavo Basso. Panoramico
Casuarinas y Pamplona Alta. Google Earth

Durante la década del 70, surgen al sur de la ciudad urbanizaciones populares para la gente de origen humilde, como Villa el Salvador, Villa María del Triunfo y Pamplona; este último, surge en la ladera sur de los cerros de Monterrico, en el distrito de San Juan de Miraflores, cercano a Casuarinas (que esta ubicado en la ladera oeste del mismo cerro); ambas urbanizaciones, en el transcurso de los años, empiezan a crecer hacia la cumbre, y por ende a acercase, generándose otra simbiosis, debido a que muchos habitantes de Pamplona empezaron a trabajaban en el servicio domestico de Casuarinas. Para mediados de los 80, este ultimo barrio empieza a condomizarce, cercándose con un muro y colocando tranqueras y controles en los accesos, esto fue producto, por un lado, de la inseguridad que se vivía en aquella época ocasionada por la violencia del terrorismo, y por otro lado, para impedir el acceso a cualquier persona de Pamplona a Casuarinas, probablemente por miedo a posibles infiltraciones terroristas (recordemos que en las zonas como San Juan y Villa el Salvador existía gran actividad de Sendero Luminoso y el MRTA), lo que ocasionó una división muy grande entre estos barrios, obligando a muchos de los pobladores que trabajaban en Casuarinas a dar una gran vuelta para entrar por el acceso principal ubicado más al este, en Santiago de Surco. Durante ese mismo periodo, los sectores altos de la sociedad tuvieron un relativo aislamiento y poca demostración de su estilo de vida en el ámbito económico, social y cultural de la ciudad, algo que cambio en la década del 90, cuando el terrorismo empezó a disminuir.

Playas de Asia. Plataforma Urbana
Los balnearios de Asia y a la derecha de la autopista
Santa Cruz de Asia. Google Earth

Desde hace mas de veinte años se ha estado dando una serie de tendencias en la ocupación del territorio por parte de estos grupos sociales; por un lado, Miraflores y San Isidro van perdiendo fuerza como lugares de residencia de las elites urbanas para convertirse en nuevas centralidades de comercio y finanzas, a su vez, se genera un aumento de la densificación en algunas urbanizaciones de estos distritos, en donde las grandes residencias, cuyos propietarios (generalmente parejas mayores de 70 y 80 años cuyos hijos ya han abandonado el hogar) las alquilan para eventos o fiestas, o terminan siendo vendidas para la construcción de condominios o multifamiliares en las que van a vivir tanto sus propios hijos con sus familias, como grupos de otras procedencias, sin perder ese aire de exclusividad y lujo en el que vivieron su padres, algo similar ocurre en Barranco en el litoral marino, Surco y la Molina (el área que ocupa estos distritos junto con San Borja se le conoce como el eje de la riqueza).

Plano del proceso de nomadismo
 y simbiosis urbana en Lima.
Dibujo del autor

Una segunda tendencia se da en el litoral sur de Lima, donde desde finales de los 90, han surgido de manera compulsiva, condominios de playa para sectores A y B, en principio como lugares de segunda habitación para el periodo de verano, como el conocido caso del litoral de Asia, en la que prácticamente en menos de 10 años se ha urbanizado varios kilómetros de playa, de manera expansiva y desordenada, lo que ha generado unos impactos ambientales bastante fuertes. Actualmente, muchas viviendas que originalmente fueron compradas para pasar el verano, ahora son alquiladas por sus propios propietarios, ya que es más rentable mantener una casa con un ingreso fijo mensual que vivir los tres meses de verano con los grandes eso implica (eso sin considerar los gastos de mantenimiento por los nueve meses restantes); algunas residencias ya están siendo usadas para la permanencia todo el año, pero son muy pocas, lo que convierte a Asia en una especie de ciudad (o no ciudad?, ese es el dilema) fantasma, nómade y efímera, solamente usada tres meses del año, como un escenario que se monta para el espectáculo y el glamur veraniego y luego se desmonta, algo que no ocurre en otras ciudades balnearios del mundo, donde existe una permanencia constante y sostenible de las aéreas urbanas. Curiosamente, en el caso de Asia, al igual que ocurrió en el pasado, se da un proceso de simbiosis bastante curioso; al otro lado de la carretera, ha surgido un barrio llamado Santa Cruz de Asia, frente al centro comercial de Asia (mal llamado Boulevard), en la que viven ciento de familias que trabajan tanto en los servicios del mencionado centro, como en el cuidado de las casas de playa durante el periodo invernal, así la historia se repite nuevamente. Finalmente, En estos últimos cinco años, la tendencia de las residencias veraniegas de lujo está empezando ir mas hacia el sur, ahora en Paracas, donde se está dando un desarrollo inmobiliario bastante fuerte con casas de playa y hoteles de lujo frente a la bahía para los ricos y famosos, es el último grito de la moda; sin embargo, de continuar esta tendencia, podríamos llegar hasta Arequipa, Chile o la Antártida.

Como conclusión, podemos ver que a lo largo de la historia de Lima, espacialmente en el siglo pasado y el presente, se ha dado un desplazamiento gradual y rítmico en la ocupación residencial de los grupos de poder económico, de manera fragmentada, desordenada y discontinua, siguiendo modelos, tendencias y modas que cada sociedad ha gozado en su momento, a diferencia de otras ciudades donde existen zonas bastante definidas y zonificadas para estos grupos. Podemos así identificar cuatro etapas de ocupación:

1. El centro fundacional y el Paseo Colon (1535 – 1920).
2. Desde el centro fundacional hacia el sur, San Isidro y Miraflores (1920 – 1960).
3. Ocupación hacia el este, urbanizando las laderas y cerros de Surco y la Molina (1960 – 1990).
4. Fuera del área metropolitana, siguiendo el litoral sur, Puerto Viejo, San Antonio, Asia y alrededores, Paracas (1990 – 2013).

Paralelamente se dan algunos procesos de simbiosis, donde los barrios servidores (Cercado, San Lázaro, Surquillo, Pamplona, Santa Cruz de Asia), abastecen a los barrios servidos (Centro Histórico, Miraflores, Casuarinas y Asia), generándose un fenómeno urbano bastante curioso. Finalmente, podemos decir que a medida que un nuevo lugar o espacio de elite surge, los otros pierden vigencia, se transforman o finalmente entran en un periodo de deterioro urbano.