He querido terminar el año con un tema que ya ha sido tocado de manera puntual en algunos artículos del blog y que sería la continuación de “Plaza Pública y Democracia” escrita en Octubre del año pasado, respecto a la problemática del espacio público en Lima y en otras ciudades del Perú y el Mundo.
Cuando nos
referimos a los espacios públicos, hablamos de aquellos lugares abiertos y
vacios dentro de una ciudad, definidos por los llenos de las edificaciones, donde
en principio, la gente puede caminar y pasear de manera libre y sin
restricciones, con un uso intensivo del mismo para diferentes actividades como
la recreación publica, actividades culturales como conciertos y exposiciones de
arte, y también manifestaciones políticas. "Cuando los ambientes
urbanos son de poca calidad, sólo se llevan a cabo actividades estrictamente
necesarias; cuando son de buena calidad, las actividades necesarias tienen
lugar más o menos con la misma frecuencia; pero tienden a durar más, pues las
condiciones físicas son mejores. Sin embargo, también habrá una amplia gama de
actividades opcionales, pues ahora el lugar y la situación invitan a la gente a
detenerse, sentarse, comer, jugar, etc.
….podría decirse que una actividad social se produce cada
vez que dos personas están juntas en el mismo espacio; encontrarse en el
espacio es en sí una forma de actividad social” (1). De esta forma, los
espacios públicos son elementos vitales, verdaderos pulmones y lugares de
desahogo de las metrópolis; donde el ser ciudadano es un derecho y donde el
anonimato, es la base de cualquier forma de integración social e idiosincrasia,
y nos establece como iguales el uno con el otro (2).
Malecon 2000. Guayaquil. HolydayCheck.de |
El Zócalo de México D.F. en un manifestación publica. México Travel Guía |
El espacio
público, engloba una serie de tipologías, que van desde la calle misma como
lugar de paso y acceso a la vivienda, en donde se da también la vida de barrio,
con las vecinas que salen por las tardes a conversar en la puerta de su casa y
los niños que juegan y se divierten; los boulevares, alamedas, ramblas y
malecones - también podríamos mencionar las playas urbanas en ciudades
marítimas -, como espacios longitudinales de conexión que sirven también para
el paseo y la recreación de los ciudadanos; y finalmente, las plazas y parques,
espacios contenidos y focalizados como puntos de encuentro.
Por otro lado, los espacios públicos tienen una serie de problemáticas que afectan a la ciudad en diferentes escalas; para visualizar los conflictos y el mal uso que se da en los mismos, existen una serie de criterios a tomar en cuenta; Ian Bentley, en su libro “Entornos Vitales” habla de siete variables para medir su calidad:
1. La Permeabilidad.- Cuando el espacio es
accesible tanto física como visualmente y se integra a la ciudad.
2. La Variedad.- Los espacios públicos
tienen entornos urbanos vivos, con mesclas de usos, arquitecturas y
significados variados.
3. Legibilidad.- cuando en el contexto urbano existen elementos arquitectónicos fácilmente
identificables que determinan la imagen y la identidad del lugar.
4. Versatilidad.-
Los espacios pueden tener diferentes opciones de actividades y usos en los
mismos lugares, lo que los hace más atractivos para las personas.
5. Imagen Apropiada.- los entornos urbanos tienen que tener una imagen que busque el
equilibrio entre el contexto e identidad urbana con la imagen arquitectónica que
trasmite cada edificio.
6. Riqueza Perceptiva.- En los espacios públicos, no solamente
se percibe la espacialidad y la arquitectura,
hay otros elementos que intervienen en el mismo (colores, texturas, olores y
sabores) y que forman parte de la imagen urbana.
7. Escalas.- Esta asociado al buen
funcionamiento de los espacios públicos en relación a los roles y escalas
urbanas (Metropolitana, distrital, barrial) que tienen cada uno de estos.
Feria en la Plaza del Mercado. Delft. Holanda. Foto Enrique Cortes |
Peatonalización del la calle Huertas. Madrid. Goyo Diez |
Por otro lado, Proyect
for Public Space (3), plantea cuatro variables para medir la calidad de estos
lugares, relacionándose con lo explicado anteriormente:
1. Accesos y Vinculaciones.- Fácil acceso
a los espacio públicos e integración con la ciudad. Permeabilidad espacial y
visual.
2. Usos y Actividades.- variedad de
actividades y usos tanto dentro como en los entornos de los espacios públicos,
de tal forma que se generen lugares vivos y dinámicos.
3. Confort e Imagen.- los espacios tienen
que tener un buen confort climático, ser lugares seguros y limpios; además,
deben tener una imagen urbana y paisajista adecuada a la vista del usuario.
4. Sociabilidad.- Los espacios tienen que
ser amigables e interactivos, que generen la integración y la sociabilidad de
las personas.
Diagrama para medir la calidad del espacio publico según Proyect for Public Spaces. PPS |
Copenhague. Calle peatonal Stroeget. Foto de Nicolai Perjesl |
A partir de estos
criterios, he identificado una serie de deficiencias en el uso y manejo de los
espacios públicos a nivel general en Lima Metropolitana, estos serian:
1. El déficit de m2 por habitantes de espacios públicos,
que llega al 1,98 m2 (4), muy por debajo de los 8 m2 que indica la OMS; este
déficit está asociado a la carencia de grandes parques metropolitanos de gran escala, si
comparamos con otras ciudades europeas y latinoamericanas, estos lugares tienen
una extensión entre los 100 y 600 has, (como el Central Park de Nueva York o el
Casa de Campo madrileño o el bosque de Boloña en Paris) mientras que nuestros
parques no superan los 13 has, (el golf de San Isidro cuenta con 43 has, pero
no es considerado como espacio público) (5), Esto se debe por un lado a las
condiciones geográficas que tiene Lima, ubicada en un desierto - somos la segunda ciudad del mundo después del
Cairo –, donde las precipitaciones no llegan a los 9 mm anual y en la cual, el agua
es escasa y cara, por lo que es casi imposible sostener grandes parques de esa envergadura.
Por otro lado, el crecimiento expansivo de la ciudad desde los años 20 y el
boom inmobiliario de los últimos 10 años, han terminado ahogando a la Lima en
un mar de edificios de vivienda de alta densidad que no han generado aportes
para espacios públicos, produciéndose un estrés urbano en los ciudadanos,
empobreciendo su calidad de vida. Paralelamente, se da una atomización excesiva
de micro parques urbanos con un excesivo uso del grass con fines meramente paisajísticos
y en donde se consume mucha agua para su mantenimiento - en distritos como
Santiago de Surco, el 40 % del agua potable se usa para regar los parques -.
2. La
privatización y obstaculización de los espacios públicos, producto en muchos casos
de la inseguridad ciudadana, problemática que se da por el enrejado de muchas
calles en barrios de clase media y media alta; además, los nuevos programas de
vivienda, tanto las realizadas por promotores privados como de los programas
“Mi vivienda” y “Techo Propio”, se desarrolla bajo el concepto del condominio privado
con el fin de brindar “seguridad y status” a los pobladores, con portadas y
cámaras de seguridad, guettos que aíslan aun más la ciudad, cuarteles
inmobiliarios que destruyen la continuidad urbana y fragmentan mas el
territorio, una solución facilista y poco practica al problema de la
inseguridad (6). En otros casos, por un fin lucrativo, muchos espacios
recreativos son ocupados por equipamientos comerciales, como el caso de los
restaurantes y pubs construidos sobre las playas de la Costa Verde en el
distrito de Barranco, que rompieron la permeabilidad y la continuidad de la
línea de playa, o la construcción de grandes multifamiliares en el borde del
acantilado en el mismo distrito, considerados estos como aéreas publicas de
protección paisajística. También podemos mencionar la sub utilización de ciertos espacios que no
son aprovechados con un fin público como los frentes de los grandes malls
comerciales destinados a extensas playas de estacionamiento, donde el peatón es
la principal víctima de esta tragicomedia urbana – el caso del Jockey Plaza y
su relación con la Avenida Javier Prado es lamentable - . Dentro de este punto,
también podremos mencionar los casos de los parques zonales o el Parque de las
Aguas, en donde la población tiene que pagar una cantidad de dinero para
acceder a las mismas, recursos que son usados para su mantenimiento; en estos
casos, el municipio debería de tener suficientes fondos para subsidiar estos
recintos y tener una mejor gestión de los mismos, de tal forma que el acceso a
ciertos servicios (como las piscinas) se pueda pagar y en el resto del parque,
la gente entre libremente. (7).
Enrejado de una calle en Pueblo Libre. Lima. Temas de Antropolgía Urbana |
Estacionamiento del Jockey Plaza. Foto de Piko Tamashiro |
3. Otro punto importante es la excesiva tugurización de algunos espacios públicos, sobre todo de muchas plazas y parques de nuestras ciudades, en donde se da un diseño espacial muy recargado de fuentes, estatuas, monumentos y grandes aéreas verdes con el clásico cartelito “no pisar el grass”, que generan una hibrides tipológica entre parque - plaza, impidiendo el uso de la misma en su totalidad para la función de plaza quitándole permeabilidad, legibilidad e identidad a estos lugares. La visión paisajística y figurativa de estos jardines sin ser usados por la gente de manera intensiva, hace que tampoco se llegue a cumplir el rol de parque, lo que finalmente convierte a estos en espacios castrantes y poco accesibles, un ejemplo es nuestra plaza de armas capitalina, donde los jardines cumplen una mera función decorativa y son barreras que hacen que las personas no puedan usar el espacio en su totalidad cuando hay un evento masivo importante. Muy distinto fue el uso de la plaza mayor en la época colonial, en donde se podía dar múltiples actividades como la corrida de toros, autos de fe, procesiones, fiestas, mercado, y claro no existían jardines ni flores bonitas; un uso muy democrático en una sociedad que irónicamente no tenía nada de democrática. (8)
La Plaza de Armas de Lima con los jardines tipo Parterre. Otro mundo es posible |
La Plaza de Armas de Lima hacia 1680. Columbia University |
En
relación a esta última problemática, el fenómeno
tipológico de plaza - parque se produce debido
a una serie de factores históricos. Como sabemos, la plaza desde la época de la
Grecia Antigua era un espacio abierto y vacio destinado a distintos usos,
especialmente de índole politico, en donde las arquitecturas y los edificios
del entorno definían la identidad y la imagen urbana de la misma. En el caso
del Perú, desde el periodo prehispánico, se da el surgimiento de plazas o
grande espacios vacios dentro de los núcleos urbanos y centros ceremoniales
asociado a un fin religioso y comercial – a diferencia de la Kancha inca que
era un espacio privado ligado a vivienda -. La aparición de la plaza occidental en nuestro
territorio se da con la fundación de las primeras ciudades hispanas durante el
siglo XVI, siguiendo casi los mismos patrones de uso y funcionamiento que sus
antecesoras europeas. Sin embargo, en el siglo XIX, la fisonomía de muchas
plazas tanto en el Perú como en el resto de Latinoamérica empezó a cambiar,
esto debido probablemente al surgimiento e influencia del parque en Europa como
nuevo espacio de recreación publica.
Los parques
europeos, surgen a raíz de las tugurizarción y hacinamiento de las ciudades
producto del aumento de la población urbana durante la revolución industrial; de
esta forma y como parte de las políticas higienistas, se crean estos nuevos
espacios como lugares de desahogo para las personas. Muchos parques se originan
por la conversión de grandes bosques y prados que eran propiedad real – como el
bosque de Boulogne en Paris - o de jardines pertenecientes a antiguos palacios
reales – como el Retiro de Madrid -, algunos de estos sitios se diseñaron en
base al concepto del jardín francés, que se caracterizaba por su forma regular
y axial, teniendo como unidad modular el “Parterre” que consistía en un jardín
rectangular en cuyo interior existían senderos que se entrecruzaban con
espacios para grass, flores y arboles.
Cuando la idea
de parque y su influencia francesa llega al Perú a mediados del siglo XIX, no
existían los grandes bosques ni prados europeos, ni tampoco los jardines
palaciegos como los de Versalles; es así, que dentro del primer plan regulador
de Lima realizado por Luis Sada y Enrique Meggis en 1872, en el marco de la
exposición universal a realizarse ese mismo año, se dispuso la expropiación de 56,830.43
m2 (9) correspondientes a terrenos agrícolas al sur de la ciudad para la
construcción del primer parque urbano que existió en el país, conocido como los
Jardines de la Exposición, con un palacio destinado a mostrar las riquezas y
recursos de nuestro país al mundo (actual Museo de Arte de Lima). Por otro
lado, para aumentar la oferta de grandes espacios verdes en la ciudad, teniendo
un déficit de lugares para su diseño, se aprovecharon las plazas, que se transformaron
en pequeños parques introduciendo la idea del parterre en los mismos,
convirtiéndose estas finalmente en una especie de plaza – parterre – parque, con
una deformación tipológica que fue imitada en muchos lugares del país como
símbolo de belleza estética siguiendo la moda francesa de la época trasladándose
también a otros espacios públicos como alamedas y avenidas. El objetivo
meramente paisajista del parterre terminó por anular el uso de estos espacios,
haciendo que las plazas no fueran utilizadas en su totalidad como lugares de
encuentro. A esto hay que agregar la pobre y precaria imagen urbana de los
entornos arquitectónicos de los mismos, lo que obliga a muchos alcaldes a llenarlos
con elementos decorativos y monumentos excesivamente barrocos, cuando debería
más bien desarrollarse regeneraciones urbanas de los entornos a fin de darle
mas realce a la plaza sin llegar a alterar la identidad del lugar. A pesar de
todo, muchas de estas plazas – parque son aceptadas tal como son por muchos
lugareños en muchas ciudades del Perú y Latinoamérica, a tal punto que su
diseño forma parte de la construcción de una nueva identidad urbana.
Plaza de armas del Cusco con el modelo Parterre. Trotamundos |
El parterre francés en un parque de Manchay. Lima. Foto Enrique Cortes |
En cuanto al
diseño y definición de los espacios públicos, estos deben tener ciertos
criterios básicos como:
1. la permeabilidad, la accesibilidad y la
integración con el resto de la ciudad.
2. Diseñar los
espacios según su función tipológica (Plaza, parque, malecón, etc..)
3.
Fortalecimiento de los entornos arquitectónicos y urbanos con el fomento de
usos mixtos que generen actividades urbanas y espacios vivos.
4. Evitar la
tugurización interna de estos lugares con elementos y actividades innecesarias
y ajenas a los mismos, limitando el uso excesivo de mobiliario urbano y
arborización que no convine con la imagen del lugar.
5. fomento de
actividades recreativas, culturales y comerciales temporales que le den vida al
espacio público sin alterarlo.
6. Buena
gestión tanto del los gobiernos locales y de la participación vecinal por el
mantenimiento y preservación de estos sitios.
Es así, que el
espacio público, componente básico del la vida ciudadana, debe ser revalorado y
rescatado, no solamente como parte de la identidad de una ciudad o de un
pueblo, sino también como lugares vivos y pulmones urbanos que mejoren tanto la
calidad de vida de los pobladores como las condiciones medioambientales de
nuestras urbes en medio de una coyuntura mundial relacionada al cambio climático.
Para
finalizar. Culminando esta larga temporada de dos años, quiero agradecer a todos
los amigos que han seguido los artículos que he estado publicando en el blog,
voy a darme un año sabático dedicándome a otros temas académicos y
profesionales, solamente publicare los trabajos e investigaciones de los
alumnos a finales de cada semestre. Nos vemos en el 2015 con nuevas
publicaciones y novedades sobre el urbanismo y la ciudad. Hasta entonces.
Fuentes:
(1) Gehl, Jan. “La
Humanización de los Espacios Públicos”. Editorial Reverte
(2) Tokechi, Juan. Takano, Guillermo. “Espacio Público
en la Ciudad Popular ,
del Vacío Arenal a la
Construcción Ciudadana ”. Construyendo Nuestra
Interculturalidad, Año 5, N° 5, Noviembre del 2009. Pag. 3.
(3) Organización
de Estados Unidos dedicada a la planificación y diseño de espacios públicos en colaboración
con comunidades de vecinos y gobiernos locales.
(4) Municipalidad de Lima. “Plan Regional de Desarrollo Concertado
de Lima” (2012 – 2025). Mesa temática espacios públicos, aéreas verdes y
recreación. 2012
(5) Leguía Mariana. “Lima, hacia una
Ciudad más Democrática”. AUT, Revista de Arquitectura, Urbanismo y Territorio
del CAP Regional Lima. N°5. Diciembre 2010, citado por Enrique Cortes en “El
Complejo Problema del Urbanismo Limeño”, Composición Urbana, Junio del 2012.
(6) Cortes, Enrique, “El
Complejo Problema del Urbanismo Limeño”, Composición Urbana, Junio del 2012.
(7) Ibid.
(8) Ibid.
(9) Bromley, Juan y Barbagelata, Jose, “Evolución Urbana
de la Ciudad de Lima”, Municipalidad de Lima Metropolitana, 1945. Pag. 88
Excelente blog y tus aportaciones son excelentes también.
ResponderEliminarGracias, a partir de Enero del 2015 empiezo nuevamente con las publicaciones. Saludos.
ResponderEliminarMagnifico blog con publicaciones motivantes y que impactan. saludos
ResponderEliminarGracias por tus comentarios LE, un saludo muy grande para ti
ResponderEliminarmuchisimas gracias por compartir tan valiosa informacion
ResponderEliminargracias a ti por tus comentarios, un saludo muy grande!!!
ResponderEliminarExcelente blog, quisiera usarlo para la presentación de un trabajo.
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