Determinar cuál es la función de la ciudad de Lima hoy es difícil por la cercanía de la apreciación. Sin embargo, una sinopsis histórica de los cambios de función ocurridos en los siglos XVI y XVII es más fácil y se lograría cierta objetividad.
Las ciudades fundadas por los Conquistadores en Hispanoamérica fueron trazadas a escuadra y cordel. No tuvieron calles estrechas ni curvilíneas como en las ciudades de la Europa medieval.
El espacio se dividió en manzanas separadas por calles que se interceptan en ángulo recto. Cada manzana se fraccionó en cuatro partes llamadas solares; de modo que a cada solar le correspondiera una esquina. La conformación urbana resultante fue un tablero escaqueado. El centro de la ciudad, y lugar de fundación, es una explanada que se denomina Plaza Mayor o Plaza de Armas.
Alrededor dela Plaza de Armas se señalaban los solares para la Casa del Gobernador, la Iglesia y el Cabildo y las mansiones para los Conquistadores más importantes. En la Plaza de Armas también se ubicaba la picota y la pila de fuente, la cual en esa época no sólo era ornamental. Cuando ocurría una emergencia bélica, los encomenderos se concentraban en la Plaza de Armas a los gritos de: Alarma, alarma; a las armas, a las armas!
Plano Fundacional de Lima en 1535 Historia de Lima Virreinal |
Primer Plano de Lima conocido. Joan Belveder. 1611. Cafe de las Ciudades |
Alrededor de
Plaza de Armas en 1868. Cesar Vasques PERU: Politica y Economia |
Plaza de Armas y antiguo Palacio de Gobierno 1868. Cesar Vasques PERU: Politica y Economia |
Foto Aerea del Cusco 1984. S.A.N |
Cusco. Calle Loreto (foto Enrique Cortes) |
El ordenamiento urbano de las ciudades coloniales hispanoamericanas se debió a su finalidad militar; lo que constituyó un avance. El trazo en forma de tablero escaqueado facilitó la formación de barricadas, el desplazamiento de la caballería y aumentó contundencia a la artillería. Ambas armas fueron decisivas en la guerra.
En las ciudades fundadas en el siglo XVI los vecinos fueron principalmente soldados y la misma ciudad era un bastión o una base militar de donde partían expediciones a debelar sublevaciones o a despojar de sus tierras a los nativos para convertirlas en realengas; es decir , tierras de propiedad del Rey, el cual podía otorgarlas a voluntad.
Así como existieron prescripciones para el trazado urbano de las ciudades coloniales; también las hubo para la elección del lugar donde se asentaban las poblaciones. Entre esas prescripciones se mencionan las siguientes: posibilidad de defensa ante los ataques enemigos, preferencia por la ribera de los ríos (“de manera que el Sol diera primero en la ciudad y después en el río”), altitud, dirección de los vientos, dotación de agua, cercanía a bosques, tierras de labor y pastos, abundancia de frutas y de sal, ausencia de enfermedades endémicas y a prudente distancia de volcanes, torrenteras, zona de nieblas y de desborde de ríos. También se tomaba en cuenta la cercanía de poblaciones indígenas para reclutar mano de obra empleada en la construcción de locales “públicos” y casonas solariegas de los Conquistadores.
Tomando en cuenta casi todas esas condiciones se eligió el lugar en donde se fundó, el 29 de noviembre de 1533, la ciudad española de Jauja. (Fue al año siguiente, y luego de la fundación del Cuzco). Pizarro tuvo la intención de convertirla en la capital de su futura Gobernación, la Gobernación de Nueva Castilla. Pero allí, ni el botín de guerra ni la vida de los conquistadores estaban seguros.
Si bien, los indios wankas habían sido enemigos de los incas, también lo eran de cualquiera que intentara obligarlos a trabajos por la fuerza. Por lo demás, los Conquistadores habían sido jaqueados por Quizquiz, conductor de una sublevación indígena. Seguramente, estos acontecimientos precipitaron la decisión de trasladarse a los llanos, es decir, a la Costa. Y ahí asentarse, fundando una nueva ciudad.
Jauja. Vista Aerea. (Google Earth) |
Vista de Jauja. Wikipedia |
Según el acta del Cabildo celebrado en Jauja, el 29 de noviembre de 1534, se acordó cambiar de sitio a la ciudad. En ese Cabildo se adujo que Jauja era fría, de mucha nieve y falta de leña... Además, no se podía criar puercos, gallinas ni yeguas; pues, al parir, sus crías se morían.
Para los Conquistadores el ganado porcino era muy importante; todavía no tenían la posibilidad de apelar al ganado ovino ni al vacuno. Muchas veces marchaban, en sus expediciones militares, con sus piaras de puercos. Los puercos constituían -sino la única- su principal fuente de proteínas animales. Difícilmente se avenían a comer cuyes, importante fuente de proteínas de la población indígena de los Andes. (Aunque ante situaciones de emergencia comieron los alimentos nativos y hasta cometieron actos de antropofagia.) La importancia del ganado caballar es evidente, sobre todo, para su uso militar, que no requiere mayor comentario.
Pero lo que sí exige un comentario, es la dificultad de la reproducción de los animales mencionados; porque ahora en Jauja eso ya no ocurre. Y, sin embargo, la afirmación de los Conquistadores era cierta. Así lo confirman las fuentes históricas consultadas por el médico Carlos Monge en sus estudios precursores de biología andina. Lo mismo que les sucedía -en esa época- a las puercas, gallinas y yeguas también les acontecía a las mujeres españolas, mientras sus organismos se adaptaban a la altura. Entre tanto, las indígenas alumbraban hijos de los Conquistadores sin mayor riesgo.
Por todas esas razones, aunque principalmente por seguridad, Pizarro bajó a los llanos y pensó ubicar la capital de su gobernación en Pachacamac; pero por no tener suficiente agua, desistió. El lugar propicio resultó el asiento del cacique Tauli Chusco en el valle del río Rimac.
Reconstruccion del Asiento del Cacique de Lima, Tauli Chusco. 1534 (dibujo Juan Gunther) |
El lunes 18 de enero de 1535, Francisco Pizarro procedió -previa misa- a fundar “para siempre jamás
Lima hispana justificó las razones de su fundación cuando resistió el asedio de las tropas de Manco II, las que se movilizaron por las faldas del -luego llamado- cerro San Cristóbal. No hubo necesidad de utilizar como vía de escape al vecino puerto.
En ese siglo XVI los objetivos militares inmediatos orientaban la función de la ciudad; hasta que, en el siglo XVII, cambió el contexto histórico y, por consiguiente, la función de la ciudad también cambió. La Conquista está consolidada y las guerras civiles han sido pacificadas. Lima se convierte en la capital Sud Americana de la ruta de la plata. Todo el fabuloso metal que se remesaba a España salía por Lima. De él se deducía “el quinto real”, es decir, el 20% como tributo al Rey.
Auto de Fe en la Plaza de Armas de Lima. Siglo XVII |
Durante 230 años, esto es, mientras no se desmembró el Virreinato, las decisiones administrativo-fiscales que se tomaban en Lima -o se trasmitían desde ella- afectaban la conducta de una población que se extendía desde Panamá hasta la Tierra del Fuego. Luego de la separación de la Arquidiócesis de Lima de la de Sevilla, Lima fue el centro de la actividad religiosa del continente.
Por las razones expuestas y tal vez por no contar con una gran población indígena como Tenotchtitlán (México) o Cuzco, Lima -desde su fundación- definió su vocación: “mirar mar afuera, más que mar adentro”.[1]
Bibliografía consultada
COSSIO, Felipe: Arte del Perú Colonial.
Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1958, pp. 253.-
MARIATEGUI, Ricardo: El Rimac,
Barrio limeño de Abajo del Puente. Guía histórica y artística.
Obra patrocinada por el Rotary Club del Rimac, Lima, 1956, pp. 164.-
MORSE, Richard: The urban development of colonial Spanish America . Tomado de “The Cambridge History of Latin America”, Vol. II, Colonial Latin America, edited by Leslie Bethell, Cambridge University Press, first publiched 1984, reprinted 1985, pp. 67/105.
PACHECO, César: Memoria y utopía de la vieja Lima.
Ediciones de la Avispa Blanca-Universidad del Pacífico, departamento de Humanidades, Lima, 1985, pp. 309.-
PORRAS, Raúl: El río, el puente y la alameda
Tomado de “Antología” de Raúl Porras, Ediciones Crepúsculo de América, 1971, pp. 11/60.-
Antonio Rengifo Balarezo es Sociólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, escritor e investigador, a publicado diferentes libros y artículos sobre diferentes temas, tanto de la actualidad peruana como de nuestro pasado reciente, ha sido docente en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Universidad San Martín de Porres y en otros centros académicos.
[1] Juicio del pintor José Sabogal sobre la recepción que tuvo en Lima su primera exposición. (1918)
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