Continuando con el tema de la planificación territorial en los andes peruanos, voy a explicar en esta ocasión el proceso de asentamiento de los valles de la costa realizada por el hombre durante la época prehispánica, empezando por el periodo lítico (13000 a.C. – 7000 a.C.), siguiendo la secuencia cronológica de Luis Lumbreras (1981) (1); ya el mes pasado y a manera de introducción al tema, hice una descripción de las características geográficas y espaciales del valle costeño, de tal forma que se comprenda mejor los fenómenos de transformación que se dieron en el lugar.
La formación de la estructura urbana y rural en estos
espacios rivereños se dio a lo largo de miles de años, desde la aparición de
los primeros cazadores recolectores nómades en el periodo lítico hasta la
llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI. Esta transformación se
dio de manera lenta y compleja, una serie de pueblos se fueron asentando de manera
sucesiva en cada uno de los valles, generalmente habían dos o hasta tres
espacios culturales que ocupaban todo el largo de esta, asentándose en los
diferentes niveles que tenía (valle alto, medio y bajo); cada una de estas
pequeñas culturas se fueron organizando primero provisionalmente con
campamentos y aldeas, para luego quedarse permanente, formando un sistema de poblados
interconectados por una serie de caminos. A su vez, estos se conectaban a uno o
dos complejos urbano - arquitectónicos importantes, centros que organizaban el
territorio, generalmente utilizados como edificaciones para actividades
religiosas y/o administrativas, y en la cual probablemente habitaba una elite
que gobernaba cada uno de estos pueblos. El área agrícola se formó en las
planicies y el cono de deyección, cuyo suelo aluviónico era rico en limos,
siendo propicio para sembrar y cosechar; para extender la frontera agrícola se construyó
un sistema de canales de regadío que llevaban las aguas de los ríos desde las
partes altas hacia las bajas, proceso que duro siglos en consolidarse,
convirtiendo a los valles en pequeños oasis en medio del desierto costeño, con
una producción lo suficientemente grande para alimentar a todos sus habitantes.
Por otro lado, las actividades económicas no se dieron de manera homogénea,
según el lugar donde se asentaban los pobladores, estos fueron desarrollando distintos
procesos de extracción y producción; de esta forma, los que se asentaron en las
playas del litoral se dedicaron a la pesca y recolección de productos marinos,
los del valle bajo a la agricultura intensiva y los del valle medio y alto a la
agricultura y ganadería; curiosamente se dio un fenómeno simbiótico entre los
diferentes pueblos de manera longitudinal, que consistía en el intercambio de
productos, de tal forma que los habitantes de las partes medias y altas
consumían el pescado del mar, y los del valle bajo y el litoral los productos
agrícolas y la lana de las zonas altas, formándose una cadena productiva y económica
muy importante. Estos fenómenos y procesos de transformación han sido
estudiados por varios arquitectos y arqueólogos en los últimos cincuenta años,
tenemos así los trabajos de Carlos Williams, José Canziani, Santiago Agurto, y Roger
Ravines, en cuyas publicaciones detallan tanto el proceso de trasformación de
la estructura económica y social, como la organización morfológica y espacial
de los asentamientos urbanos y los complejos arquitectónicos ceremoniales y
administrativos. A continuación hare una descripción un poco más detallada de
este proceso empezando por el periodo lítico.
Reconstrucción hipotética de un valle costeño en el periodo de los Desarrollos Regionales (100 a.C. - 900 d.C.). Dibujo Jose Canziani |
Sistema de planificación longitudinal del valle costeño en la época prehispánica. Dibujo Marta Vilela Malpartida |
La primera ocupación de los valles costeños se da
aproximadamente hacia el año 13000 a.C., en la etapa final del Pleistoceno e
inicios del Holoceno (2), durante el llamado periodo Lítico Andino, por grupos
de cazadores recolectores que vivían en estado nómade. Según los estudios de
Santiago Uceda, Canziani y más recientemente los de Elmo Leon, estos cazadores
formaban parte de comunidades bastante definidas, los mismos que se
caracterizaban porque usaban puntas de piedra bien alargadas y pedunculadas (3).
Estos se asentaron en gran parte de los valles y planicies de la costa peruana,
quedando demostrado su ocupación por la cantidad de yacimientos arqueológicos
donde se han encontrado artefactos líticos con las características mencionadas,
especialmente en la costa norte y central. A estos grupos se les conoce en
conjunto como cultura paijanence, ya que fue en Paijan, en el valle de Chicama,
donde se descubrieron los primeros vestigios asociados a estas sociedades
humanas.
Puntas de piedra de estilo Paijanense encontradas en la Pampa de los Fósiles. El Rubio Kna Arbiter Elegantiarum |
La imagen y el paisaje de la costa peruana a finales del
Pleistoceno era muy diferente a la actual, según
Santiago Agurto, en esa época se llevaba a cabo la última de las grandes glaciaciones
del periodo y en toda la costa existía una fuerte humedad y abundantes recursos
hídricos. La costa norte del Perú era prácticamente una sábana tropical, bañada
frecuentemente de lluvias de tipo monzónico y dotada de numerosos lagos y
lagunillas, donde polulaba una numerosa fauna, tanto terrestre como acuática,
entre las que destacaban los megaterios, mastodontes, milodontes, esmilodontes,
gigantescos lagartos, caballos primitivos y antepasados de los camélidos
actuales y, por supuesto, muchos animales menores e incontables aves. (4) Estas
condiciones de vida se dieron no solo en el extremo norte de la costa sino
también bastante más al sur, pues en el departamento de La Libertad, en la
Pampa de los Fósiles (5), se han encontrado restos de dicha fauna, tanto como
en los yacimientos de brea en la zona de Talara. (6) En el resto de la costa,
si bien las condiciones reinantes no tenían las características tropicales de
las zona norte, en la que influyo notablemente un avance hacia el sur de la
Corriente del Niño, el clima de sitios como Lurín (7) era bastante húmedo y sus
extensas planicies estuvieron regadas, hasta hace 9000 años, por ríos que
permitían las existencia de una rica flora y abundante fauna. (8) Este contexto
climático y geográfico permitió que existiera una gran cantidad de recursos
alimenticios suficientemente abundante para la recolección y la caza por parte
de estas comunidades para su sustento diario.
Las consecuencias de las glaciaciones en los andes
peruanos, eran por un lado un clima frio con grandes tempestades de nieve en la
sierra, y un clima húmedo y lluvioso en toda la costa, y por el otro, según los
estudios de Elmo León Canales, una disminución del nivel del mar en todo el
litoral peruano, producto de la solidificación de las masas acuáticas en los
océanos (glaciales) que generaron una reducción del volumen líquido. (9) si
bien no hay estudios sobre las variaciones del nivel del mar tanto en el Perú
como en gran parte de Sudamérica, León asume que para el periodo lítico, el retiro
del mar pudo estar entre los 60 a 50 metros por debajo del nivel actual en toda
la costa peruana, este dato lo da en base al análisis de casos de otros lugares
en el hemisferio norte, como la evidencia de la descarga de deshielo medida en
Barbados realizada por Richard Fairbanks en 1989. (10) De esta forma, el
litoral era una planicie bastante ancha y en la cual, los cazadores
recolectores tuvieron suficiente espacio para poder asentarse y desarrollar sus
actividades de extracción y consumo.
La ocupación del territorio por parte de estos grupos
humanos se da de dos formas; la primera relacionada con la fabricación de herramientas
de piedra usadas para la caza y la recolección; y la segunda para el desarrollo
mismo de estas actividades, relacionadas a la extracción y consumo de alimentos.
De la primera podemos ver tres tipos de asentamiento; los Campamentos, las
Canteras y los Talleres (11). Los Campamentos eran los lugares donde habitaban
temporalmente los cazadores recolectores y donde se han encontrado tanto
material lítico y orgánico como fogones, y en algunos casos enterramientos
humanos. Las Canteras eran los espacios de extracción del material lítico para
la elaboración de armas para la caza, generalmente ubicados en las laderas de
los cerros de las estribaciones andinas. Finalmente, los Talleres, eran los
sitios donde se transformaba el material lítico extraído en artefactos como
puntas de proyectil, cuchillos y otros utensilios; estos asentamientos estaban
cercanos a los campamentos.
En cuanto a las actividades de caza y recolección, la
ocupación del territorio se da a partir de la organización de los campamentos
ya mencionados, ubicándose estos en los lados laterales de los valles, cuyas planicies
actualmente desérticas eran en ese entonces ricas en vegetación. De acuerdo a
los estudios hechos por arqueólogos en varios sitios paijanences a largo de la
costa, se visualiza que la organización
era casi radial, existía un campamento base o principal en el centro de la
planicie y varios asentamientos secundarios inmediatos a los sitios de
recolección y caza, estos lugares eran las lomas de las laderas de los cerros
ubicadas al este, los bosques y matorrales que estaban junto a las quebradas y causes
de los ríos, y las playas ubicadas al oeste, así como los humedales y lagunas
ubicadas en las partes bajas de los valles, para la pesca de los productos
marinos y lacustres.
Reconstrucción hipotética de un valle costeño en el periodo Lítico con la ubicación de los campamentos base y secundarios. Dibujo Jose Canziani |
Los principales yacimientos paijanences en la costa
peruana son, quebrada Batan entre los valles del Zaña y Jequetepeque; quebrada
Malambo, también en Jequetepeque; Pampa de los Fosiles, Pampa de Paijan y
quebrada de Cupisnique entre Jequetepeque y el valle del Chicama; Quirihuac y
Ochiputur en el Valle de Moche; Casma y Huarmey en la costa de Ancash; Ancón y
Chivateros, cercanos al valle del Chillon en Lima, entre otros sitios
importantes.
Ubicación del campamentos base y secundarios en el cerro Ochiputur. Valle de Moche. Dibujo Lucia Medina |
Plano del campamento base del cerro Ochiputur. Dibujo Lucia Medina |
A manera de conclusión, podemos
visualizar que la condiciones geográficas
y climáticas de finales del Pleistoceno permitieron condiciones de vida
bastante benignas para los grupos humanos nómades que pudieron tanto cazar y recolectar
frutos en las planicies inter valles donde había una abundante fauna y flora, como
la pesca de recursos marinos en las playas; esto dio paso a una ocupación del
territorio por parte de estas comunidades con patrones de asentamiento
asociadas a un sistema de transformación de los recursos tanto para la
fabricación de materiales y utensilios para la caza y recolección, como para el
desarrollo de estas últimas como actividades de extracción, proceso que se da
para el primer caso de manera longitudinal (Este – cerros – canteras, centro
oeste – planicie – talleres – campamentos) y para el segundo de manera radial
(lugares de recolección – campamentos secundarios – campamentos base), siendo
el campamento base el lugar final para el consumo y el hábitat de estos grupos
humanos.
Fuentes:
(1) Existen dos secuencias
cronológicas para explicar el proceso de periodificación histórica de la Época Prehispánica
en los andes centrales, la de John Rowe, que la divide en Horizontes e
intermedios, y la de Luis Lumbreras, que es la más reciente y aceptada por la mayoría
de los historiadores y arqueólogos, estos periodos se definieron en función a
los periodos de unidad o diversidad cultural y nacional que se dio en el mundo
andino hasta antes de la conquista española.
(2) El Pleistoceno y el
Holoceno son las edades geológicas que conforman el periodo Cuaternario, la
primera comienza hace 2,59 millones de años y termina por el año 10,000 a.C. y
se caracteriza por ser el periodo donde se dieron las ultimas glaciaciones. El
Holoceno en cambio es la última y actual época geológica tras la última
glaciación de Wisconsin ocurrida hace 14,000 años.
(3) Canziani, José.
“Ciudad y Territorio en los Andes. Contribuciones a la Historia del Urbanismo
Prehispánico”. Editorial PUCP. 2009. Pag. 45
(4) Agurto, Santaigo.
“Lima Prehispanica”. Municipalidad de Lima Metropolitana. 1984. Pag. 34
(5) Las Pampas de los Fósiles
son unas planicies desérticas ubicadas cerca de Pacasmayo, entre el valle de
Jequetepeque y el valle del Chicama, en ella se encontraron bastante restos de
asentamientos temporales y utensilios de piedra del tipo “paijanence”, este
lugar junto con los sitios de Paijan y Cupisnique en el valle del Chicama
forman una sola unidad o complejo arqueológico integrado.
(6) Agurto, Santaigo.
“Lima Prehispanica”. Municipalidad de Lima Metropolitana. 1984. Pag. 34
(7) Ibid.
(8) Ibid. Pag 35
(9) Leon, Elmo. “Origenes
Humanos en los Andes Centrales”. EPTH – USMP. 2007. Pag. 48
(10) Ibid. Pag 49
(11) Canziani, José. “Ciudad y Territorio en los
Andes. Contribuciones a la Historia del Urbanismo Prehispánico”. Editorial
PUCP. 2009. Pag. 45
Hola. Muy bueno tu trabajo y tu blog. Me he hecho segudor de tu blog. Te agradecería que visitaras el mio de fotos y lo siguieses.
ResponderEliminarGracias de antemano. Un saludo
Gracias Tomas por los comentarios y por tu interés en seguir el blog, he visto tus fotos y están muy buenas, inclusive estaba pensando usar algunas de tus fotos para futuros artículos del blog si es que tu me das permiso y claro siempre pondría tu nombre como autor de los mismo.
ResponderEliminarUn saludo muy grande