Para este mes de Junio he querido retomar el tema de la planificación urbano territorial de los andes, tal como lo hice el año pasado con una serie de artículos sobre los fenómenos de ocupación y asentamiento en la costa peruana a lo largo del periodo prehispánico. En este ocasión, los artículos estarán centrados en la zona andina o cordillerana conocida como la sierra peruana, en la cual se explicaran los procesos de planificación y patrones de asentamiento durante el mismo periodo, desde los primeros pobladores seminómades hasta el desarrollo de la cultura Inca previa a la conquista española, empezando como siempre con una explicación general de sus características geográficas y ambientales, aspectos que se trataran en este primer artículo de la serie.
La Cordillera de los Andes propiamente dicha es un
sistema montañoso de aproximadamente 7240 km de longitud (1) que bordea toda la
costa sudamericana que da al Océano Pacifico, su superficie ocupa el territorio
de seis países sudamericanos, el extremo oeste de Venezuela, Colombia, Ecuador,
Perú, Bolivia, Chile y el oeste de Argentina hasta tierra de fuego. Está
conformado por una serie de cadenas montañosas o cordilleras bastante empinadas
que se elevan entre los 5000 y 6000 m.s.n.m., siendo el monte Aconcagua el pico
más alto del sistema con una altitud de 6960.80 m.s.n.m. (2) ubicado en los
andes argentinos de la provincia de Mendoza. Las diferentes cordilleras forman
entre si una compleja red de valles, llanuras y mesetas de las que se forman
grandes lagos y salares como el sistema endorreico Titicaca – Desguadero –
Poopo – Salar de Coipasa, conocido como sistema TDPS, ubicado en la meseta del
Collao y que abarca el sur peruano, los andes chilenos y la zona occidental y
central del territorio boliviano.
Mapa topográfico satelital de la cordillera de los andes. Nasa para Wikipedia |
Monte Aconcagua. Argentina. Foto Daniel Peppes Gauger |
Dentro de la Cordillera de los Andes, el Perú ocupa el
territorio de los Andes centrales, espacio cuyas características geográficas y
medioambientales constituyen una de las áreas mundiales con mayor diversidad
climática y biológica. (3) Esto se debe a que este territorio es una de las
zonas más altas de toda la cordillera después del Aconcagua. Con alturas que
van desde la línea de costa en el Océano Pacifico hasta por encima de los 6000
m.s.n.m. Siendo el nevado Huascaran, la montaña más alta del Perú, cuya cumbre
alcanza los 6768 m.s.n.m., para luego descender nuevamente hacia las planicies
de las selvas tropicales de la cuenca amazónica.(4) De modo que el solo factor
altitud en un área que se encuentra en una zona tropical, genera múltiples y
distintos pisos, con las consiguientes variaciones climáticas, topográficas e
hidrográficas.(5)
Nevado Huascarán. La montaña mas alta del Perú. Foto Ondando para Wikipedia |
Vista de la Cordillera Blanca en el departamento de Ancash. En el centro se puede vizualizar el nevado Huascarán. Nasa |
Según Javier Pulgar y Vidal (6), la zona de los andes
centrales contienen ocho pisos o regiones naturales distribuidos verticalmente,
los cuales detallaremos a continuación: Chala o Costa, que va desde los 0 a 500
m.s.n.m.; Yunga, que va de los 500 y 2300 m.s.n.m en el caso de la Yunga Marítima,
y de 1000 a los 2300 m.s.n.m para la Yunga Fluvial – ubicada en las estribaciones
orientales de los Andes - .; Quechua, que va de los 2300 a 3500 m.s.n.m.; Suni
o Jalca, que va desde los 3500 a 4000 m.s.n.m.; Puna o Alto Andina, ubicado
entre los 4000 y 4800 m.s.n.m; Janca o Cordillera, que se ubica entre los 4000
y 6746 m.s.n.m (7); Rupa Rupa o Selva Alta, que se ubica entre los 400 y 1000
m.s.n.m y la Omagua o Selva Baja, que está entre los 80 a 400 m.s.n.m.(8)
Mapa de las ocho regiones naturales del Perú. Pzc-pics |
Sección de las ocho regiones naturales del Peru. Temas Importantes |
Gran parte de las regiones mencionadas se asientan sobre
las diferentes cadenas montañosas, las mismas que se unen en nudos, siendo los
de Vilcanota y Pasco los más notorios. Las diversas cadenas aprisionan hoyas
hidrográficas de valles altos que fueron y son todavía zonas de habitación
humana. (9) Estos valles denominados interandinos se localizan principalmente
en la región Quechua, si bien algunos sectores de su trayecto pueden también
ubicarse en la zona correspondiente a la denominada Yunga oriental. (10) Por
otro lado, también existen los valles ubicados en las vertientes de la
cordillera cuyo caudal desciende hacia la costa peruana y el Océano Pacifico –
asunto que ya fue detalladamente explicado en el artículo de Junio del año
pasado – y en la cual los valles medio y
alto estarían dentro del sistema andino. No debemos olvidar también los valles
que descienden de los andes hacia la selva oriental, originando el complejo
sistema hidrográfico del Amazonas y sus diferentes afluentes. En las zonas más
altas de la cordillera andina, sobrepasando los 4000 metros, se encuentran las
mesetas altiplánicas de la región Puna donde crece el ichu o paja brava (11),
territorio dedicado básicamente a las labores de pastoreo y ganadería. De las mesetas
más conocidas del altiplano están la del Collao ya mencionada, y las pampas de
Junín, ubicados en el departamento del mismo nombre, en la región central del
Perú.
Valle interandino de la región Quechua. El Urubamba. Cusco. Foto Enrique Cortes |
La Puna o meseta altiplanica cerca a Ticlio. Departamento de Lima. Foto Enrique Cortes |
Según Jose Canzini en Ciudad y Territorio en los Andes,
existen algunos estudios geográficos que destacan las marcadas diferencias
territoriales y medioambientales existentes en los Andes centrales y las
regiones del norte, del centro y del sur. Las diferentes condiciones
geográficas, orográficas y climáticas, que se presentan en estas distintas latitudes,
fueron graficadas en sendos cortes transversales tanto por Carl Troll en “Las
Culturas Superiores Andinas y el Medio Geográfico” de 1958 para los Andes de América
del Sur, como por Javier Purgar Vidal en “Geografía del Perú” de 1996 en cinco
perfiles transversales, que atraviesan las regiones del norte, centro y sur del
Perú. (12) Si detallamos las características de cada una de estas tres zonas,
vemos que en la región norte, las cordilleras no alcanzan una gran elevación y
se desarrollan a una relativa distancia del litoral marino. (13) En esta zona,
los pasos de montaña son relativamente bajos, lo que facilita las relaciones de
transversalidad – tanto biológicas como humanas – entre la costa, la sierra y
las regiones de la vertiente amazónicas. Asimismo, la escasa altura de las
montañas de las cordilleras del norte también deriva en la desaparición de la
puna, que tanta importancia tiene en las regiones del centro y, sobre todo, en
la del sur. En contrapartida, se presentan zonas conocidas como paramos, con
condiciones medioambientales bastantes distintas a las de la puna, aun cuando
quedan corresponder al mismo piso altitudinal. (14)
Altura de los cortes transversales de la cordilleras de los andes peruanos. Salaverry Llosa (2006) de M.Tapia (1996) Pag 18-19 |
Valle Interandino de la sierra norte. Huancabamba. Piura. Andean Botanical Information System |
En el caso de la región central, los Andes presentan
marcadas cadenas montañosas y alcanzan su mayor altitud. (15) En las
correspondientes regiones de sierra se generan amplios valles interandinos como
el Callejón de Huaylas o el del Mantaro. La altitud de las cordilleras y los
respectivos pasos de montañas dificultan relativamente las comunicación entre
los valles interandinos y entre estos y las regiones costeras. Por otra parte,
en estas regiones altoandinas se desarrollan las grandes planicies elevadas
propias de la puna. (16)
Montañas de los andes centrales. Valle de Santa Eulalia. Departamento de Lima. Foto Enrique Cortes |
Nieve en Pampa Galeras. Ayacucho. Sierra sur del Perú. Foto Enrique Cortes |
En la región sur de los Andes centrales se acentúan las
condiciones de aridez y las sequias son frecuentes, con regímenes de lluvias
irregulares y más escasas, especialmente en la vertiente occidental. (17) Las
zonas altoandinas de la región sur es dominante el piso ecológico
correspondiente a la puna, donde el rol de la ganadería es preponderante, así
como el de los cultivos de altura. Los territorios de puna hacia el occidente
son secos e inclusive áridos, mientras que los que se desarrollan hacia el
oriente son más húmedos, ya que se benefician de las lluvias generadas por los
vientos alisios del sureste que transportan masas de aire húmedo desde la
Amazonia. Los valles interandinos propios de las zonas Quechua o Yunga están
relativamente encajonados con ríos que transcurren en profundos cañones, (18) -
como el Colca en Arequipa por ejemplo -, lo que impide el aprovechamiento de
sus aguas para fines agrícolas. (19)
Fuentes:
(1)
“Cordillera de los Andes”. Profesor en Línea. www.profesorenlinea.cl. Consultado el
24 de Junio del 2016
(2) “Se dio a conocer la
nueva altura oficial del cerro Aconcagua: 6.960,8 metros”. Instituto Geográfico
Nacional (Argentina). Consultado el 24 de Junio del 2016
(3) Canziani, José.
“Ciudad y Territorio en los Andes. Contribuciones a la Historia del Urbanismo
Prehispánico”. Editorial PUCP. 2009. Pag. 30
(4) Ibid.
(5) Ibid.
(6) Fue un geógrafo
peruano que postula su tesis de las “Ocho Regiones Naturales del Perú” en la
Asamblea General del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, realizado
en 1940, contribuyendo así a una mayor profundización de la realidad geográfica
y ecológica del país.
(7) El dato
correspondiente a la altura más alta del Perú (nevado Huascaran) que está en el
Atlas del Perú del Instituto Geográfico Nacional es antiguo, la medición actual
es de 6768 m.s.n.m.
(8) Instituto Geográfico
Nacional. “Atlas del Perú”. 1989. Pag. 108
(9) Kauffmann Doig,
Federico. “Historia General de los Peruanos. Tomo 1. El Perú Antiguo”.
Ediciones Peisa. 1986. Pag. 13
(10) Canziani, José.
“Ciudad y Territorio en los Andes. Contribuciones a la Historia del Urbanismo
Prehispánico”. Editorial PUCP. 2009. Pag. 30
(11) Kauffmann Doig,
Federico. Loc. Cit.
(12) Canziani, José. Op.
Cit. Pag. 33
(13) Ibid.
(14) Ibid. Pag. 34
(15) Ibid.
(16) Ibid. Pag. 35
(17) Ibid.
(18) Ibid.
(19) Ibid.
(19) Ibid.
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