miércoles, 27 de julio de 2016

Planificación Territorial en los Andes. La Sierra Peruana en la Época Lítica


Como parte de la segunda serie de artículos sobre la planificación territorial en los andes peruanos durante la época prehispánica, voy a explicar en esta ocasión el proceso de ocupación humana en la sierra, especialmente en los valles interandinos y mesetas alto andinas durante el periodo lítico (10000 a.C. – 7000 a.C.). Estos espacios, debido a sus características geográficas ya explicadas en el artículo del mes pasado, tuvieron una forma de ocupación de los patrones de asentamiento distinto al de los valles de la costa a lo largo de todo el periodo prehispánico, como vamos a ver a continuación.

A finales del Pleistoceno, el clima y el medioambiente en la sierra peruana era bastante frio y seco, sobre todo durante la fase Dryas reciente o Joven Dryas, el último periodo de frio extremo que soportó la tierra durante la glaciación de Wisconsin o Wurn. Para los andes peruanos, existen variaciones de los fechados de este periodo según la opinión de muchos investigadores que han estudiado este fenómeno climático, pero en términos generales, este se pudo haber dado aproximadamente entre el 12,000 a.C. y 9,000 a.C. Durante esta época, la temperatura habría descendido entre 8° C y 12° C menos que la actual, lo que constituye uno de los descensos más drásticos de Sudamérica (1), sin embargo, la temperatura en todos los andes centrales no fue absolutamente uniforme, según Elmo León citando los estudios de K. Graf (2), la sierra sur (Arequipa, Puno, Cusco, Ayacucho y Huancavelica) así como la sierra norte (la sierra de Piura, Cajamarca y Amazonas) fueron muchos más frías que la sierra central, que tuvo un clima ligeramente más templado.

Al inicio del Holoceno, entre los 9,500 a.C. al 9,000 a.C., la temperatura de la sierra peruana empezó a ascender de manera gradual, siendo está un poco más cálida y húmeda, dándose inicio a un periodo de deshielo de los glaciales andinos, proceso que continuó de manera más acelerada durante los siguientes milenios hasta aproximadamente el 6,900 a.C. (3) cuando finaliza el periodo lítico. Durante todo esta época, la temperatura de los andes se eleva rápidamente, generando la aparición de nuevas especies de flora y fauna, las mismas que vamos a describir más adelante.

Sin bien estas condiciones climáticas fueron bastante favorables para un posible poblamiento de la sierra peruana durante el periodo mencionado, este no se dio de manera intensiva, a diferencia de lo que sucedió en la costa durante la misma época. Gran parte de los primeros asentamientos se desarrollaron en lugares puntuales y específicos, ubicándose generalmente entre las regiones Jalca y Puna (entre los 3500 a 4500 m.s.n.m.), escogiendo ambientes constituidos mayormente por cuevas y abrigos rocosos (4) como sitios temporales de habitación. Esto es bastante curioso considerando que los territorios ocupados originalmente tenían climas extremadamente fríos, existiendo sin embargo otros hábitats muchos más benignos climática y geográficamente en pisos ecológicos de menos altitud, como los valles interandinos que no tuvieron una intensa ocupación durante este periodo. Una explicación plausible es que a diferencia de estos, los sitios localizados en la Jalca - Puna se encontraban en una región donde se concentraba una gran cantidad de recursos y en especial, las grandes manadas de camélidos silvestres como la vicuña (lama vicugna) y el guanaco (Lama guanicoe), que se sustentaban de los abundantes pastos naturales propios de esta región (5). Además de estas especies, existían una variedad de mamíferos y venados como la Taruca, que habitaban el territorio de manera intensiva.

Pintura rupestre de la caza de vicuñas en Lauricocha.
Guffroy 2015, Cardich 1958
El abrigo rocoso de Telamachay. Junin. Patamarca.com

A partir del estudio mencionado podemos agrupar dos formas de ocupación temprana en la sierra peruana, la primera es de mayor intensidad con un tipo de asentamiento en espacios naturales, ubicados en las zonas altas de la puna, como las cuevas de Lauricocha en Huánuco; Panalauca, Pachamachay, Acomachay, Telarmachay y Uchcumachay en la región de Junín; y Cuchimachay y Tres Ventanas en las sierras del departamento de Lima. Esta forma de ocupación está relacionada con la abundancia de recursos de fauna que eran aprovechados para la caza, además de un uso intensivo en la recolección de frutos, tubérculos y raíces de plantas de las regiones alto andinas (6). La organización del territorio y la distribución de los asentamientos se dio de manera parecida a la de los valles costeños, según José Canziani siguiendo los estudios de John Rick para el sitio de Pachamanchay, existe en primer lugar un  campamento base que se ubica en una zona estratégica – situados probablemente en los puntos más altos y céntricos del territorio – en la que el grupo humano se reunía y se organizaba para dirigirse a otros puntos periféricos que serían los campamentos provisionales ubicados de manera radial, lugares donde se realizaba la caza y recolección de recursos. Ejemplos de campamentos base son el sitio de Pachamanchay ya mencionado y Cuchimachay en la sierra de Lima.

Cueva de Lauricocha. Huanuco. Historia del Perú
Plano del campamento base de Pachamachay (sitio 1),
y su relación radial con los campamentos provisionales
ubicados en la periferia (sitios 2, 3, 4,5,6 y 7).
Stanfort University. Canziani redibujado de Rick 1983

En cuanto al segundo grupo de asentamientos, estás se ubican con menor intensidad en los valles interandinos, y están asociados más a la extracción y recolección de especies vegetales. Los casos más conocidos son las cuevas de Guitarreros en el callejón de Huaylas (Ancash) y Pikimachay en la cuenca del Mantaro correspondiente al departamento de Ayacucho. Para ambos casos, la ocupación del territorio, asociados a un régimen de trashumancias (7), se da de una manera tanto longitudinal como transversal dentro de las cuencas de los valles, siguiendo una serie de desplazamientos y rutas estacionales con el fin de explotar los recursos ubicados en los diferentes pisos ecológicos del valle. Aplicando esta organización al caso de Guitarrero, los grupos humanos del valle del Santa desarrollaron recorridos transversales desde los puntos más altos en las zonas de puna (4000 m.s.n.m.) hasta las planicies aluviales, cuyos trayectos serian relativamente cortos, de nos diez a treinta kilómetros (8) Paralelamente, se da también una serie de recorridos longitudinales desde la naciente del Santa, en zonas de punas con abundantes pastos naturales, para desplazarse rio abajo hacia las zonas más bajas de la cuenca, caracterizado por un clima progresivamente más seco y templado, como es el que corresponde al sitio de guitarrero, en las laderas de la Cordillera Negra, a 2,580 m.s.n.m. y a unos 150 metros del cauce del rio Santa (9). Esta clase de desplazamientos longitudinales del valle tienden a ser más largos, de unos cien kilómetros (10).

Cueva de Guitarrero. Callejón de Huaylas. Historia del Perú
Cueva de Pikimachay. Ayacucho. Ayacucho Perú

Finalmente y a manera de conclusión, podemos decir que el poblamiento en la sierra peruana se da en términos generales a inicio del Holoceno cuando las condiciones climáticas empezaron a cambiar. Este proceso se inicia con la ubicación de dos grupos humanos en diferentes pisos altitudinales; un grupo se localizó en las regiones alto andinas de la Jalca y Puna, asociadas más a la caza de camélidos y venados y a la recolección de algunos tubérculos y vegetales; y un segundo grupo se ubicó en los valles interandinos de la región quechua, asociado más a la recolección propiamente dicha. En ambos casos, la sierra central fue el espacio de ocupación por excelencia de estos grupos (entre Ancash al norte y Ayacucho al sur), sin embargo para el primer grupo, la organización del territorio fue muy parecido al desarrollado en los valles bajos de la costa peruana, un sistema radio céntrico de desplazamientos y recorridos desde un campamento base ubicado al centro del territorio y campamentos temporales periféricos, considerando que eran grandes planicies y zonas de punas; en cambio, para el segundo grupo, la organización fue más lineal siguiendo la geografía del valle, con desplazamientos transversales y longitudinales desde los puntos más altos hacia las zonas más bajas, siguiendo un sistema de ocupación estacional en la explotación de los recursos. 



Fuentes:
(1) Leon Canales, Elmo. “Origenes Humanos en los Andes”. Universidad de San Martin de Porres. Escuela Profesional de Turismo y Hoteleria. 2007. Pag. 38
(2) K. Graf públicó un artículo “Vegetación y clima de los andes bolivianos durante la última época glacial” para la revista Ecología de Bolivia, donde explica el clima de las regiones alto andinas de Perú y Bolivia durante el Pleistoceno.
(3) Leon Canales, Elmo. “Origenes Humanos en los Andes”. Universidad de San Martin de Porres. Escuela Profesional de Turismo y Hoteleria. 2007. Pag. 44
(4) Canziani, José. “Ciudad y Territorio en los Andes. Contribuciones a la Historia del Urbanismo Prehispánico”. Editorial PUCP. 2009. Pag. 48
(5) Ibid. Pag. 49
(6) Ibid.
(7) Ibid. Pag. 53
(8) Ibid. Pag. 54
(9) Ibid.
(10) Ibid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario