viernes, 26 de agosto de 2016

Planificación Territorial en los Andes. La Sierra Peruana en el Arcaico y el Formativo


A finales del Lítico Andino, en el transcurso del Holoceno Temprano (7000 a.C.), se empieza a producir una serie de pequeños cambios en las comunidades de las regiones andinas. El Optimun Climaticum, que se desarrolló entre los 6900 a.C. al 4000 a.C.(1) generó un aumento de los camélidos, algo que fue aprovechado por los habitantes del altiplano para un uso intensivo de la caza, sin embargo, el aumento de la fauna también sirvió para una mayor comprensión del territorio y de los diferentes hábitats silvestres, especialmente de los camélidos y otros animales, dando inicio a los primeros pasos de la domesticación de estas especies y por ende de la sedentarización humana (2).

A diferencia de lo que sucedió en la costa peruana, en donde la sedentarización se dio a partir del uso intensivo de la pesca en las zonas del litoral y la domesticación de las plantas en las zonas bajas de los valles; (3) en la sierra, este proceso se relacionó con la domesticación de los camélidos en la regiones altiplánicas y mesetas como la del Collao y la meseta del Bombón en Junín, ya que estos eran los espacios más adecuados para el hábitat de los camélidos.(4) No obstante, este fenómeno fue bastante lento y gradual, especialmente durante todo el Arcaico Temprano, y no fue coincidente con los procesos de domesticación de los camélidos, como veremos en la explicación siguiente: “Las sociedades altoandinas, que transitaron de la condición de cazadores recolectores a la de ganaderos y pastores, aparentemente mantuvieron un régimen de vida trashumantes, ligado al desplazamiento que imponía el movimiento del ganado y el aprovechamiento de los mejores territorios de pastura. Evidentemente, esto no debería de excluir la creciente incorporación de algunos cultivos; ni descartar cierto rol que aun habrían tenido la caza y la recolección en el abastecimiento de subsistencias”. (5)  De esto se deduce también que las formas de habitación en los primeros milenios del Arcaico Temprano no variaron respecto al periodo Lítico, ya que no se han encontrado aldeas o zonas de habitación permanente, por lo que se siguió usando las cuevas o abrigos naturales como refugios. (6)

Es probable que el fenómeno de pastoreo y trashumancia haya continuado durante todo el Arcaico Tardío hasta bien entrado el Formativo en las zonas altoandinas de la puna, sin embargo, en los valles interandinos, hacia el 2500 a.C. estos procesos se aceleraron a formas de sedentarismo más complejas: “Poco se sabe del proceso de sedentarismo en los valles interandinos, lo común es la presencia de un sistema complejo vinculado a centros ceremoniales desde el Preceramico Final. Pero esto debe ser el resultado de un proceso anterior, o en todo caso se trataría de un proceso de sedentarismo muy vinculado con el de domesticación de plantas o agricultura, donde el ritual se une al ciclo de lluvias y posibilidades de siembra”. (7) Morales citando a Bonnier, refuerza la idea de que los procesos de sedentarización en estar regiones se asocian directamente a la arquitectura publica y que esta surgió antes que la domestica (aldeas) (8). Por otro lado, Canziani hace el siguiente comentario: “Sobre la base de este modo de vida [sedentarismo] se han presentado sugerentes hipótesis acerca del surgimiento previo de la arquitectura publica, que habría operado luego como catalizador de un paulatino proceso de sedentarización, dando paso a la aparición de formaciones aldeanas”(9). Ambas afirmaciones contradicen las teorías de muchos estudiosos como Carlos Williams, que siguiendo los estudios de Flannery y Hagget, plantea la hipótesis del poblamiento lineal de los valles interandinos a partir de la ocupación de aldeas en las márgenes de los ríos (ver gráfico 1.). William menciona que estas ubicaciones son alternadas, dando paso a la ocupación de aldeas de menor jerarquía entre los espacios alternados. Posteriormente, las ocupaciones tempranas adquieren mayor importancia en el valle, para finalmente dar paso al surgimiento del centro ceremonial en una posición geográfica central y dominante. (10) Sin embargo, los descubrimientos arqueológicos confirman más la hipótesis de Morales, ya que en estas regiones no se han encontrado vestigios de arquitectura domestica asociadas a aldeas y si una gran cantidad de complejos ligados a lo ceremonial.

Sitios donde se desarrolló
la domesticación de los camelidos
en la región andina.
Aprenda Historia de la Humanidad
Gráfico 1. Crecimiento de centros poblados en los valles interandinos.
Redibujado de Williams 1980: 380

La sedentarización de los valles interandinos se da en principio en las partes altas de los ríos Huallaga y Marañón, en la región de Huánuco, y en el valle del Santa en Ancash. De la primera región, se encontraron una serie de sitios con arquitectura monumental, de las cuales las más importantes son Piruru, Kotosh, Wayrajica y Shillacoto, y en la segunda, se descubrieron los complejos de las Galgatas y Huaricoto (11). Gran parte de estas edificaciones son una serie de montículos que contienen en su interior una organización espacial muy particular, como se describe a continuación: “Se trata de grandes montículos cuya estructura interna al excavarse está conformada por una superposición de recintos cuadrados o de esquinas redondeadas, con una entrada de acceso, en cuyo interior se observa un piso a desnivel con un fogón u horno con ducto de ventilación al centro; en las cuatro paredes que encierran el recinto hay hornacinas empotradas a manera de ventanas ciegas, los muros están finalmente enlucidos, el piso especialmente preparado y el fogón sumamente calcinado por el fuego”. (12) Lo curioso del caso es que casi todos los centros mencionados repiten este patrón con algunas pequeñas diferencias, especialmente en sus faces constructivas más tempranas, a este fenómeno arquitectónico se le llama tradición Mito.
Sitios del Arcaico Tardío en la costa y sierra norte.
Archeology in Peru
Tradición Mito.
Organización espacial del templo de las Manos Cruzadas en Kotosh.
Dibujo de Lizardo Tavera

De todos los sitios mencionados, el de Kotoch fue el más estudiado por la misión arqueológica Japonesa (13), la misma que realizó una serie de excavaciones que dieron a la luz un gran complejo arqueológico con un sistema de recintos cuadrangulares, y en la que existen una serie de fases constructivas que van desde el Arcaico (tradición Mito) hasta los Desarrollos Regionales, dándose una superposición de edificaciones, las mismas que fueron rellenadas y enterradas al finalizar una fase para construir un nuevo recinto encima de la anterior. De las estructuras más antiguas se ha identificado dos edificios asociados a la tradición Mito, el templo de la manos cruzadas, que sería la edificación más temprana y que fue rellenada convirtiéndose en una plataforma que constituiria la base del templo de los Nichitos, edificación más tardía con características arquitectónicas similares a la anterior. (14) En cuanto a la función y utilidad de estas arquitecturas, es posible que hayan podido tener una función ceremonial, esto se puede visualizar en la forma como se organizan internamente los recintos asociados a la tradición Mito – el espacio cuadrado focalizado en un desnivel cuadrangular cuyo centro se ubica un horno o fogón en el centro -, además, aparentemente no se han encontrado recintos habitacionales asociados a la tradición Mito (15) por lo que se deduce que Kotoch fue un complejo de carácter religioso.

Axonmetria del complejo Kotosh.
a la izquierda el templo de los Nichitos
y a la derecha el templo de las Manos Cruzadas.
Dibujo Yoshio Onuki 1994
Kotosh. Interior del templo de las manos cruzadas.
Peruvian Art 2014

La ubicación de Kotoch en el valle del Huallaga fue muy importante como punto de interconexión, Canziani al respecto, hace el siguiente comentario: “De otro lado, no se puede dejar de considerar la localización geográfica del sitio y el rol especial que pudo tener en cuanto punto intermedio de un corredor natural que conecta los territorios de las punas alto andinas con aquellos bosques húmedos propios de la vertiente oriental de los Andes o ceja de selva”. (16)

Durante el periodo Formativo (1800 a.C. – 200 a.C.), los centros ceremoniales del alto Huallaga como Kotosh continúan en actividad hasta la época de los Desarrollos Regionales y conviven con nuevos espacios culturales en las zonas de Cajamarca y el callejón de Conchucos en Ancash, en donde surgió Chavín de Huantar. El desarrollo de estos espacios se da a partir de la consolidación del proceso de sedentarización mediante un incremento de la actividad ganadera y de pastoreo, realizándose en paralelo a una incipiente agricultura en algunas zonas altas de los valles interandinos, proceso que se da mediante la construcción de algunos canales de regadío (17). En cuanto a la arquitectura monumental se refiere, se da el surgimiento de grandes complejos ceremoniales como centros importantes de liderazgo y organización en los valles, sin embargo no se han hecho muchos estudios respecto a la existencia de aldeas o lugares de habitación en estas regiones, al respecto Morales menciona que una mala orientación en la metodología de campo haya hecho que se dé más importancia al estudio de los centros ceremoniales que las aldeas (18) por la que no se sabría mucho como fue su organización en el valle y si estas surgieron antes que los centros ceremoniales o muchos después.

Sitios arqueológicos del Formativo en el Perú.
Blog de historia general del Perú
Principales sitios Formativos en la sierra norte.
Antiguo Perú

El surgimiento de una alta cultura en las zonas de Cajamarca y Ancash se da por una serie de factores de conexión entre las costa y la selva alta, muy parecido a lo que sucedió con la ubicación de Kotosh, al respecto Canziani menciona lo siguiente: “De otro lado, la relativa accesibilidad desde y hacia los valles interandinos de la zona de Cajamarca, debió de facilitar una fluida relación transversal que habría influido en las regiones orientales del curso superior del rio Marañón. No es pues casual que los patrones arquitectónicos de los monumentos reseñados a continuación revelen una estrecha relación entre la costa y sierra norteñas, como también fuertes influencias de lo que acontece más al sur entre Chavín y la costa nor central”. (19) En el caso de la cuenca de Cajamarca, se encuentran una serie de edificaciones del periodo que fueron investigados por la misión japonesa de la Universidad de Tokio, como los casos de Huacaloma y Layzon. Otros sitios importantes son Kuntur Wasi y Cerro Blanco, que se ubican en las partes altas de la cuenca del Jequetepeque (20) y Pacopampa, ubicado al norte de la ciudad de Cajamarca, en la provincia de Chota. (21)

Vista de Kuntur Wasi. Foto Proyecto Kuntur Wasi
Vista del Complejo Kuntur Wasi. Dibujo de Kinya Inokuchi 2008

En el caso de Chavín de Huantar, este gran complejo ceremonial fue considerado durante mucho tiempo como un centro religioso importante en todo los andes centrales durante el Formativo y su dominio se desarrolló por toda la costa y sierra norte y central. Este no solamente influyó en la arquitectura, sino también en una serie de patrones culturales y rituales que se ven reflejados en la cerámica y la escultura, cuyas muestras han sido encontradas en diferentes puntos del territorio. Su localización tiene características especiales, se encuentra ubicado a 3180 m.s.n.m en el Callejón de Conchucos, en un estrecho valle cuyos límites naturales son la Cordillera Blanca al oeste y las vertientes orientales de los Andes que lo separan de la Amazonía. Curiosamente, a pesar de ser un lugar inaccesible, es un punto de comunicación importante con las regiones amazónicas del oriente, la sierra norte de Cajamarca, la costa norte de Lambayeque y la costa central de Casma, así como los valles de Pativilca y Supe ubicados más al sur. De esta forma, su ubicación estratégica permitió la interconexión con otros espacios territoriales importantes y por ende se dio una trasmisión relativamente rápida de su influencia religiosa, cultural, social, económica y tecnológica. (22)

En cuanto a la arquitectura del complejo, esta se organiza a partir de una serie de edificaciones cuadrangulares en forma de U que definen un sistema de patios. (ver gráfico 2.) Se pueden identificar básicamente dos edificios importantes, el templo antiguo ubicado al oeste, que es un volumen en U cuyos brazos laterales forman una plaza cuadrada con un desnivel circular en el centro. Esta edificación sufrió una serie de ampliaciones de sus brazos laterales, sobre todo el pabellón del lado derecho que se convirtió en un edificio piramidal de gran jerarquía en el conjunto. En una última etapa, frente a este último – hacia el este – se construyó un sistema de patios hundidos rodeados de una serie de pabellones y pórticos con escalinatas que jerarquizaron aún más el edificio principal. (23)

Vista panorámica de Chavin de Huantar. CyArk
Plano del complejo Chavin de Huantar. Historia del Peru

Al norte del centro ceremonial, en la zona donde se ubica el actual pueblo de Chavín de Huantar, se han encontrado restos de arquitectura monumental, murallas, galerías subterráneas y basurales contemporáneas a Chavín; por lo que se deduce que toda esa área debió haber sido una zona de habitación o edificaciones que tuvieron una relación muy importante con el centro ceremonial (24) formando así un gran complejo urbano arquitectónico de una considerable extensión.

Gráfico 2. Chavin de Huantar. Secuencia de la edificación del edificio.
Redibujo actualizado de Williams 1980: 439
Aerofotografia de Chavin de Huantar.
En el cruce de los rios Wacheksa y Mosna.
Google Earth

Otros sitios Chavín con arquitectura monumental y elementos escultóricos han sido encontrados por el arqueólogo J. C. Tello a lo largo del rio Mosna, las mismas que comprenderían un sistema de edificaciones públicas que tuvieron un rol estratégico en la ordenación del territorio, teniendo funciones asociadas tanto a la explotación y gestión de los recursos como a la difusión religiosa de Chavín de Huantar hacia las comunidades ubicadas en las proximidades del centro ceremonial. (25)


Finalmente, en los periodos más tardíos del formativo, se han desarrollado otras zonas de asentamientos permanentes en la sierra central y sur, sobre todo en el valle del Mantaro (región de Junín) y en Ayacucho. Del primero podemos identificar una serie de sitios entre Jauja y Huancayo, otras edificaciones han sido ubicadas en Pirwapukio, Cochachongos Acobamba y los alrededores del lago de Junín; todos estos se localizaron sobre los 4000 m.s.n.m. en zonas de puna y con un vínculo estrecho a actividades de ganadería y caza. (26) En el caso de Ayacucho, Luis Lumbreras identificó una serie de asentamientos importantes, el primero en la zona de Wichqana, en la carretera a Huanta, con arquitecturas de piedra y quincha; y el otro en la zona de Chupas, ubicado a 20 km al sur de Ayacucho, con una edificación conformado por un conjunto piramidal con orientación SO – NO. (27)


Fuentes:
(1) Elmo León Canales, Orígenes humanos en los andes del Perú (Lima: Universidad de San Martin de Porres. Escuela Profesional de Turismo y Hotelería, 2007), 44
(2) Daniel Morales Chocano, “Historia arqueológica del Perú. Del paleolítico al imperio Inca”, Compendio histórico el Perú (Lima: Editorial Milla Batres. 1998). 167
(3) José Canziani Amico, Ciudad y territorio en los andes. Contribuciones a la historia del urbanismo prehispánico (Lima: Editorial PUCP, 2009), 57
(4) Morales, “Historia arqueológica del Perú”, 167 - 171
(5) Canziani, Ciudad y territorio en los andes, 56
(6) Ibid
(7) Morales, “Historia arqueológica del Perú”, 191
(8) Ibid
(9) José Canziani Amico, Ciudad y territorio en los andes. Contribuciones a la historia del urbanismo prehispánico (Lima: Editorial PUCP, 2009), 90, Citando a Elizabeth Bonnier y Catherine Rozemberg, “Del santuario al caserío”, boletín del instituto francés de estudios andinos, 17 (2) (1988). 23
(10) Carlos Williams, “Arquitectura y urbanismo en el antiguo Perú”, historia del Perú. El Perú republicano. Tomo VIII (Lima. Editorial Mejía Baca, 1985), 380, citando a Kent Flannery, Ed., The Early Mesoamerican Village (New York: Academic Press, 1976)
(11) Canziani, Ciudad y territorio en los andes, 80
(12) Morales, “Historia arqueológica del Perú”, 194
(13) Morales, “Historia arqueológica del Perú”, 195
(14) Canziani, Ciudad y territorio en los andes, 81
(15) Canziani, Ciudad y territorio en los andes, 83
(16) Canziani, Ciudad y territorio en los andes, 84
(17) Canziani, Ciudad y territorio en los andes, 95
(18) Morales, “Historia arqueológica del Perú”, 298
(19) Canziani, Ciudad y territorio en los andes, 100 - 101
(20) Canziani, Ciudad y territorio en los andes, 116
(21) Morales, “Historia arqueológica del Perú”, 258
(22) Canziani, Ciudad y territorio en los andes, 140
(23) Williams, “Arquitectura y urbanismo en el antiguo Perú”, 438 - 441
(24) Canziani, Ciudad y territorio en los andes, 147
(25) Ibid
(26) Carlos Williams, “Arquitectura y urbanismo en el antiguo Perú”, historia del Perú. El Perú republicano. Tomo VIII (Lima. Editorial Mejía Baca, 1985), 457 – 458, Citando a Jefffrey Parsons y Ramiro Matos Mendieta, “Asentamientos prehispánicos en el Mantaro. Perú. Informe preliminar”, Ramiro Mendieta, ed. III Congreso del hombre y la cultura andina. Actas y memorias. T. II, 544 - 546
(27) Carlos Williams, “Arquitectura y urbanismo en el antiguo Perú”, historia del Perú. El Perú republicano. Tomo VIII (Lima. Editorial Mejía Baca, 1985), 456 – 457, Citando a Luis Lumbreras, Los fundadores de Huamanga (Lima: Editorial Nueva Educación, 1974).

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